Capítulo 17 ✴

92.5K 10K 19.8K
                                    

Melissa.

Tristan me ofrece su mano y bajo del carrusel con una sonrisa. Seguimos viéndonos a pesar de las advertencias de mi padre. Los sentimientos parecen dominarnos cada vez más. Soñé con él y sus ojos las últimas noches. Nuestra relación ya no es simplemente sexo. Nació algo más y temo ponerle un nombre.

¿Cómo pude enamorarme de alguien que no es mi compañero? ¿Qué haré cuando ella aparezca? El lazo hará efecto y yo quedaré en el olvido. No entiendo porque continúo con esta ridiculez sin sentido.

Sufriré el corazón roto más grande de la historia.

Me lo merezco.

Soy una ilusa.

—¿Cómo está tu hermano? —pregunta Tristan —. Los rumores sobre esa amenaza llegaron a mi clan. Mi padre me puso al tanto de la situación. Lo lamento mucho.

Por supuesto que tarde o temprano sabrían que está sucediendo en la Fortaleza. Los Persson siempre están dispuestos a ofrecer su ayuda cuando la ocasión lo amerita. Fueron grandes aliados en el pasado y lo seguirán siendo.

Simon Persson es un gran amigo de mi abuelo Aiden Karlsson.

Sé que antes tuvieron sus diferencias, pero decidieron olvidarlas por el bien de nuestra especie. Es mejor estar en el mismo bando y protegernos mutuamente. Ya no existe rivalidad entre ambos clanes. Somos una alianza indestructible. Dominamos cada zona del pueblo, protegemos los rincones. Estamos listos para enfrentar a cualquier peligro.

La unión hace la fuerza.

—Asa actúa extraño desde esa noche —expreso y caminamos —. Tiene pesadillas muy violentas que no lo dejan dormir. Mamá está angustiada.

Tristan hace una mueca.

—¿Qué quiere esa cosa de él? —inquiere, mirándome —. ¿Qué quiere de ti, Melissa?

Me pongo rígida por la repentina pregunta. Omito comentarle que tengo planes con mis primas de ir a cazar a ese monstruo y matarlo con mis propias manos. No permitiré que siga atormentando a Asa ni vuelva a acercarse.

Descubriré qué es ese monstruo.

Lo destruiré.

Yo protejo a mi familia y las personas que amo.

—Estamos tratando de averiguar lo mismo —contesto.

Los ojos de Tristan evalúan mi cara con mucha inseguridad y desconfianza. ¿Por qué es tan curioso? ¿No puede mantenerse al margen de mis asuntos? Sabe que no me gusta cuando hace preguntas que no quiero responder.

—¿Qué me estás ocultando?

Aparto la mirada de él para enfocarme en una niña chillona. Su madre le ofrece paletas dulces, pero ella rechaza cada una. Solo quiere un muñeco de felpa que cuelga en la tienda de juegos. Me recuerda a mi yo del pasado: caprichosa y berrinchuda. Sonrío ante el pensamiento nostálgico.

Amaba ser consentida por mis padres.

—Nada —miento —. ¿Qué podría ocultarte, Tristan?

La madre intenta ganar uno de los peluches en el juego, pero hasta ahora todos sus tiros han fracasado. En el último esfuerzo le doy un poco de ayuda y hago que la bola golpee el anillo con mucho éxito. Los gritos emocionados de su hija me hacen sonreír.

—Porque te conozco, puedo saber cuándo me mientes —masculla Tristan —. No soy idiota.

Resoplo.

—Sabes que soy una chica muy reservada. No tengo por qué darte explicaciones.

Mis palabras lo golpean duro.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora