Capítulo 44 ✴

66.2K 7.5K 30.6K
                                    

Ronan.

Hay un miedo significativo creciendo dentro de mí. Aprieta mi garganta y hace que mi corazón lata casi inaudiblemente dentro de mi pecho. Es un miedo sutil, como si me negara a admitir lo que sucederá con mi futuro.

Nací con dones oscuros, pero estuvieron dormidos más de diez años. Mamá se encargó de reprimirme casi toda mi vida. Mi padre no es quien yo creía y estoy enamorado de una chica que cada día me resulta más irreal.

Mi historia siempre ha sido trágica y lo mismo me espera en el final.

Soy un Dumont, estoy condenado.

Es un lema que no olvido.

Quizás las noticias no se han filtrado en mi cabeza aún o tal vez me niego a creerlas. De cualquier manera, necesito desesperadamente hablar de ello con alguien que no esté ocupado ocultándome secretos vitales.

Asher Karlsson es una buena opción.

Ambos permanecemos en silencio mientras abandonamos la deteriorada mansión, cada uno muy aturdido para hablar. Mis pensamientos son enredados, un completo desorden que no permiten sacar conclusiones rápidamente.

Me estoy ahogando.

―Entonces toda tu vida escuchaste voces en el sótano ―masculla Asher ―. Y tu madre te convenció de no bajar ahí.

Mantengo mis ojos fijos en el denso camino. Es tarde, el cielo cubierto por espesas nubes oscuras. Si algo aprendí la última vez es que la noche se convierte en mi enemiga. Él apareció cuando salí del hospital con Allison.

Mierda.

Necesito sacar a Asher de aquí. Él nos atacará de forma inesperada.

―Demetrio también ―respondo ―. Lo más sorprendente de esto es que me resulta muy familiar. Siento que alguna vez estuve ahí.

Mi suegro entrecierra los ojos.

―Hay un portal dentro de tu casa que dirige a otro mundo.

―El mundo de sombras ―añado ―. Él vive ahí.

―Él ―repite.

Asiento.

―El señor de las sombras.

Detiene sus pasos para mirar detenidamente la mansión frente a nosotros. Hay una conexión que me eriza la piel. Antes me sentía como si estuviese en el infierno, pero ahora es más... reconfortante.

Ya no existe la misma amenaza de antes.

Es la oscuridad en mi interior que reclama estar en el lugar donde pertenece. La verdadera naturaleza llama tarde o temprano.

―¿Qué dice el libro exactamente? ―cuestiona Asher ―. No me digas que pretendes atravesar el portal.

La incertidumbre envía una dolorosa sacudida a mi pecho. No niego nada, pero tampoco lo afirmo.

―¿Sabes cuantas ventajas nos lleva él? ―pregunto a cambio ―. Millones. No existe ni la más remota posibilidad de derrotarlo porque no hay nada que le importe. Soy su hijo, sí, pero también un títere más. Quiere utilizarme para expandir su magia.

El pánico en mi voz no me permite calmarme.

―No entiendo qué querría de ti, además de tus poderes ―dice Asher ―. Se supone que es un ser muy poderoso. Un jodido dios.

Me vuelvo hacia él por sus palabras. El señor de las sombras quiere que ocupe mi lugar en el trono. Una vez que eso suceda, la oscuridad seguirá expandiéndose en New Hope y después en el resto del mundo.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora