Capítulo 33 ✴

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Allie.

¿Acabo de escuchar bien?

Tengo que reprimir mis gritos internos porque alertaré a cada miembro que habita en Fortaleza. En el fondo intuía que esto sucedería, pero deseaba que esa prueba fuese negativa. ¡Por todos los dioses! Sadie solo tiene diecinueve años y Roy es un licántropo que no está destinado a ella.

Hay un dios del mal deseando matarnos, los Karlsson siempre estamos involucrados en líos. ¿Ahora otro bebé vendrá al mundo? Tomo una respiración profunda mientras cierro los ojos brevemente. No es el momento más oportuno, pero Sadie es mi mejor amiga.

Jamás le daré la espalda.

Yo estaré para ella, brindándole mi amor.

—Cuentas con mi apoyo incondicional —digo más calmada —. Estaré para ti, Sadie. Siempre.

Escuchar su sollozo rompe mi corazón. Quiero trasladarme a Canadá y abrazarla hasta que no pueda respirar.

—Estoy asustada, Allie —musita con terror —. Mi madre me dio el sermón de mi vida y cree que Justin es el padre.

Grandes escalofríos recorren mis brazos mientras un recuerdo de ese lunático viene a mi mente. Me arrepiento por no haberlo matado cuando tuve oportunidad. Rogaré para que la hipnosis dure hasta el día de su muerte y nunca mire a Sadie de nuevo. Le arrancaré los ojos.

—¿Entonces Roy es el padre? —Le echo un vistazo a la puerta, aunque es tonto. Hay alguien escuchando —. ¿Estás cien por ciento segura?

Sadie suelta un profundo suspiro.

—Sí.

Trago, rogando a la sensación nerviosa en mi pecho que se vaya.

—¿Hablarás con él?

—No creo que sea una buena idea. Además, no sé si tenerlo.

Por Dagda. ¿Es en serio? ¿Ella realmente cree que puede ocultarle el secreto a mi primo?

—Sadie, tú no eres ninguna tonta. No actúes como si fueras una. ¿Recuerdas lo que es mi primo? ¿Si sabes eso?

—Allie...

—No me sorprendería que a estas alturas supiera la noticia.

—Me conoces tan bien, prima.

Escucho una risa burlona a mi espalda. Pongo los ojos en blanco para ver a Roy parado en la puerta, masticando una barra de chocolate. ¿Me sorprende? Nah. Camina con determinación hacia mí y me arrebata el celular de las manos.

—Hola, Sadie —murmura con naturalidad. Hay un largo silencio detrás de la línea —. Sé que te sientes culpable y crees que la única responsable eres tú. Déjame decirte que estás muy equivocada. Ambos fuimos parte y no lo lamento.

—Roy...

—Quiero decirte que voy a apoyar cualquier decisión que tomes. ¿De acuerdo? Estamos juntos en esto, Sadie. No te dejaré sola, cuentas con mi apoyo. Te quiero, sabes que lo hago.

Aww. Me quedo como tonta, escuchando la conversación.

—¿Puedo llamarte y hablamos mejor? —pregunta ella sin dejar de llorar.

Mi primo sonríe.

—Claro que sí. Me ofende que intentaras ocultar la información de mí.

—Lo siento.

Roy suspira.

—Shh... está bien. Voy a llamarte en un minuto y te dejaré claro que no soy ningún idiota que negaría su responsabilidad. Me subestimas por ser más joven que tú.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora