Capítulo 37 ✴

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Ronan.

Sé que las palabras de Arianne fueron rudas, pero ella dijo nada más que la verdad. Por mucho que odie aceptar la realidad, estoy lastimando a su hija. No es agradable ver marcas en el cuerpo de Allison cuando la toco.

Incluso a mí me repugnan.

Cuando consumía las pastillas estaba relajado, pero están fuera de mi sistema. Ya no hay nada que me contenga. Mis poderes fueron absueltos y no existe manera de que me reprima nunca más. Este es el inicio. Mi energía negativa consume la suya, esa oscuridad que la rodea a pesar de todo me resulta irresistible.

Allie está debilitándose y es mi culpa.

Catalina la envenena, sí, pero yo también soy el culpable de que se sienta débil. Soy más dañino desde que descubrí mis orígenes. Hay una ira incontrolable en mi interior, una necesidad insaciable de drenarla.

No me puedo calmar.

Mi toque la hería sutilmente, pero ahora es muy notable.

Temo no poder controlarme.

El miedo se precipita como un río helado bajo la superficie de mi piel. Estoy asustado, pero me rehúso a hundirme. No todo es perjudicial en mi vida, aún puedo entrenar y aprender. Sin embargo, me resulta difícil. El nuevo color en mis ojos son una prueba de que costará.

Soy heredero de la oscuridad. Está en mis venas reclamarla, anhelarla.

Cierro la puerta con seguro porque no tengo ganas de lidiar con nadie en estos momentos. Fue un día terrible y estoy recuperándome de las revelaciones. Mamá está aquí y Demetrio en la comisaría. ¿Y Georgie? Me mató ver su pasado, las cosas horribles que sufrió a una edad tan corta. Era una niña.

Un dolor vacío se filtra en mi abdomen, la atmósfera es sofocante. No me siento a gusto ni en mi propia piel. Y lo peor es que esto es apenas el comienzo. Se avecinan más dificultades que me harán cuestionar lo que soy.

Camino hasta el pequeño mueble, recojo el diario de mamá y busco la última página que leí. Prometí que lo haría con Allison presente, pero las ganas de leerlo solo me atacan. Maldición, me asusta tocarla. Me asusta estar en el mismo espacio que ella.

No lo haré a menos que encontremos una solución pronto. No arriesgaré su vida por culpa de mis deseos. Ella es mi mundo.

—Mierda... —musito y suspiro.

Nunca me sentí tan avergonzado en mi vida. A pesar de que Reynard y Arianne no me acorralaron en el comedor con mala intención, me sentí juzgado. El mismo niño de seis años que trataban como un fenómeno.

Odio que me haya afectado.

No logro nada lamentándome por lo que soy. Mi pasado no cambiará, mucho menos el presente. Solo me queda seguir luchando y afrontar lo que venga. No voy a rendirme, no le daré esa satisfacción a Catalina. Ella será la primera que conocerá lo más vil de mí. Tendrá más motivos para tenerme miedo. Le prometí a Allison que quitaría a esa bruja de su cuerpo y yo jamás olvido mis promesas.

Libero un hondo suspiro, froto mis hombros y prosigo a leer las páginas que tengo pendientes. Mamá puede decirme personalmente cada secreto, pero es muy intenso para ella. No quiero que se vea obligada a hablar. Lo hará cuando se sienta a gusto y cómoda.

Necesito averiguarlo por mi cuenta.

Solo, sin Allie o cualquier otra persona.

Avanzo a la página pendiente y luego...

Cuando lo tuve en brazos por primera vez jamás lo vi como un monstruo. Era un bebé precioso de intensa mirada marrón. Él heredó mis ojos y me sentí inmensamente feliz. No fue la tormenta que temí encontrar.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora