Capítulo 44.
05 de octubre 2019:
La observo se encuentra ahí sentada leyendo un libro entre sus manos, el cual se titula A través de mi VENTANA, del cual no tenía idea de que Venus fuera fan del romance juvenil, me sorprendió mucho cuando me dijo que empezaría a leer un nuevo libro de su autora favorita.
Han pasado dos semanas desde que supimos que Venus necesitaba ir a un psicólogo para poder controlar sus alucinaciones, desde entonces hemos visto gran avance en ella, ha estado más tranquila y relajada, esta semana ha logrado dormir por lo menos cinco horas seguidas en la noche también logro comer más.
Se ve totalmente diferente, por otro lado, los mellizos por su parte tienen un mes y una semana ya desde que nacieron, el doctor George nos dijo que los bebes han estado evolucionando de una manera asombrosa, dejando a más de uno sorprendido.
Si siguen así, su regreso a la casa está más cerca que nunca, algo que ha alentado mucho a Venus a mejorar su salud mental, por los momentos no hemos hablado sobre la prueba de paternidad, debido a que somos tres los involucrados y que además quedamos que los mellizos quedarían bajo el ala de los Darling.
Suelto un suspiro, no puedo dejar de mirar a Venus, su cabellera rubia larga, su piel blanca y alpina, sus ojos grises, su nariz perfectamente perfilada, sus pómulos pocos marcados y sus finos labios rosados que anhelo besar en estos momentos.
Nunca pude aclarar las cosas con Venus, con respecto que ella era Layla la chica que me gusta desde hace mucho tiempo y como idiota la busque mucho pensando que aquel era su nombre, nunca imagine que Venus Collingwood y Layla fueran la misma persona.
Tampoco hemos aclaro lo de Pamela, nunca he tenido intenciones de quererme casar con ella, solo fue una idea que le llegue a sugerir, pero luego me arrepentí al ver lo que ocasiono en Venus.
Este es el momento ideal para hablar con ella debido a que estamos los dos solos, Robert no sabe que Venus y yo nos conocimos hace cinco años, no sé si sea buena idea comentarle aquello porque él sabe que estaba colado por una mujer llamada Layla.
Sacudo mi cabeza, debo de dejar de pensar en Robert, tengo que aprovechar este momento para poder sincerarme completamente con Venus, porque si no es ahora, no sé cuándo podamos tener otra oportunidad.
Ella está sentada frente a mí en un pequeño sofá individual y yo estoy en el que es para tres personas.
-Venus – la llamo lo suficientemente claro y fuerte para captar su atención.
Ella baja el libro que está leyendo, para mirarme un poco seria, no le gusta que le interrumpieran cuando está ocupada en algo.
-Zeth – responde ella.
-Tenemos que hablar – no vacilo para ser directo, me gusta más así.
Ella frunce el ceño ligeramente.
- ¿De qué debemos hablar tú y yo? – cuestiona ella.
Suelto un suspiro, me acomodo un poco más para acercarme a ella.
-Nunca pudimos aclarar que eras Layla – empiezo hablando de eso – Tampoco pude explicarte la situación con Pamela – continuo – Son tantas cosas que debemos hablar.
Venus me mira entre sorprendida, noto que está nerviosa, porque ha mordido su labio inferior, he notado cuando ella se pone así suele morderlo de dicha forma.
-Hubo un tiempo que estuve tan colado por Pamela Darling mi prima hermana que estaba sorprendido y a la vez extrañado por haberme fijado en ella, pensé que ella sería la única mujer con la cual iba a estar el resto de mi vida ¡Joder hasta pensé en casarme con ella con tan solo veinte años! – rio con lo último.
Noto como ella hace una mueca con sus labios.
-Era un crío en esos momentos que estaba ilusionado con su propia prima – suelto un suspiro que me ayuda a soltar tensión que está en mi cuerpo en estos momentos.
Luego paso una mano por mi cabello alborotándolo más de lo que ya está, jamás pensé que iba a volver a expresar mis sentimientos a una mujer que no fuera Pamela.
-Entonces llego lo que jamás pensé que ella me dejara, Pamela se fue con la excusa de que yo solo fui un juego para ella – recordar aquello hacía que me sintiera furioso y molesto conmigo mismo – Ese día fui a una disco, donde una cabellera rosa me llamo mucho la atención, me acerca hasta ella para ver quién era, una chica de ojos grises piel blanca y labios de color rosa chillón me atraparon aquella noche.
Ese recuerdo me quedo tan grabado que me es imposible olvidarlo.
-Luego tuve sexo con esa chica de nombre Layla, joder de puta madre, estuvo eso, porque me dejo atontado y deslumbrado – me sincero.
Recordar la noche que tuve sexo con Venus, siendo ella Layla, hace que mi piel se erice ante el recuerdo de una magnífica noche.
-Layla desapareció dejando me una nota sin mucha explicación, estuve buscándola durante varios meses ese año – hago una mueca ante ese recuerdo amargo que viví – Luego cinco años después de aquello descubro en la habitación de una jodida rubia que me trae loca una peluca color rosa, idéntica al cabello de Layla.
Observo a Venus, la cual se encuentra callada, su rostro refleja asombro en estos momentos.
– Entonces fue cuestión de conectar varios puntos, tu tatuaje en la muñeca, tus ojos grises, ya de por sí sentía que los había visto en algún otro lado pensando que se tratara en una revista de chisme, pero no fue aquella noche que conocí a Layla – comento.
Suelto una risita al ver todo lo que estoy contando, yo Zeth Darling el chico que le gusta follarse todo lo que pasa frente a él, se encuentra confesando sus sentimientos hacia una chica que quizás me pueda rechazar porque está saliendo con mi hermano el cual se la ha follado en varias ocasiones y la trata como una reina.
-Solo me di cuenta de que estoy enamorado de la misma persona, el reencontrarme contigo hizo que ese sentimiento de amor que sentí por Pamela y ese flechazo que tuve con Layla desvanecieran y creciera algo nuevo en mí – confieso.
Ella abre su boca para decir algo.
- ¿Qué es ese algo nuevo que creció en ti? – me pregunta tímidamente Venus.
Ladeo un poco la cabeza, le doy una sonrisa pequeña a Venus.
-Que te quiero Venus Collingwood – suelto sin dudarlo – Me di cuenta de que por Pamela no siento nada, creía que sí, pero no es así, estar alejado de ti y saber que casi te pierdo me hizo dar me cuenta que no puedo estar sin ti, sé que estoy locamente por volver a follar contigo porque sé que tú y yo tuvimos esa noche en el baile, tengo tu arete.
Ella me mira sorprendida, no sé en qué momento paso, pero estoy más cerca de ella, arrodillado, mirando directamente a esos grises que me vuelven loco.
-Quiero formar parte de tu vida, compartir cada momento a tu lado, sea bueno o malo, quiero despertar cada jodido y puto día a tu lado, también quiero acabar el día en una misma cama contigo durmiendo y deseando que cada día se repita – me siento cursi confesando aquello.
Mi corazón late de manera rápida.
-Quiero estar para ti, igual con los mellizos, quiero ser un padre para ellos, quiero todo contigo porque joder Venus Collingwood tú le das sentido a mi vida y no te quiero fuera de ella – confieso libremente.
Al fin revele todo lo que siento por Venus, me costó, pero es así estoy loco por esa mujer rubia que tengo frente.
-Pensé que me odiabas – ríe ella levemente – Pero ya veo que no, ahora entiendo todo mejor, sé que también te quiero porque en estos momentos mi corazón se quiere salir de mi pecho, jamás pensé que me iba a tocar mi propio cliché romántico por el cual estoy deseosa de vivir.
Suelto una risita ante su corta, pero adorable declaración para mí, no sé en qué momento paso, pero Venus está encima de mí besándome como si no hubiera un mañana, ambos estábamos tirados en el suelo de la sala de estar del departamento de James Collingwood.
Toco cada parte del cuerpo de Venus, como había deseado que esto pasara desde que también supe que me acosté con ella el día del baile, descubrí que ella tiene el arete que tengo yo guardado.
Estoy siento que el destino nos está diciendo, que es nuestro momento de volver reconectar juntos como tanto había deseado y como sé que ella en estos momentos quiere.
Pero como todo, la magia se acaba porque el timbre de la casa suena haciendo que Venus se sobresalte y frunza el ceño.
- ¿Quién será? – pregunta frunza el ceño.
Ella se levanta de encima de mí, noto como se acomoda su ropa, la cual estaba a nada de arrancar de su cuerpo, paso una mano por mi rostro y suelto un suspiro frustrado, odio quedar a medias, pero no podía hacer nada, alguien está solicitándonos.
- ¿Qué haces aquí? ¡Qué sorpresa! – escucho hablar a Venus animadamente.
Me levanto de donde estaba acomodándome mi ropa y mi pobre erección que no tendrá nada hoy o por los momentos no tendré nada.
Frunzo el ceño cuando veo a la persona que está ahí ¿Qué cojones está pasando? ¿Por qué está aquí visitando a Venus?
-Hola Zeth – dice la persona que se encuentra en la puerta mirándome con una sonrisa.
-Eros – respondo de manera seca.
Eros Darling está frente a mí y a Venus como si nada, esto no me agrada ni un poco.