Capítulo 29.
08 de julio 2019:
A veces nos pasan situaciones que nosotros mismo ni creemos que pueden ser posibles, pero lo son, aunque nunca la imaginamos, pasan. Soy un claro ejemplo de aquello, en mi vida nunca me paso por la cabeza el hecho de quedar embarazada tan "joven" porque no soy una adolescente ni tampoco estoy empezando mi vida adulta.
Solo que a esta edad no veía siendo una futura madre, quizás después de los treinta, pero no en este momento, a veces pasan las cosas cuando menos lo pensamos. No voy a reprochar o algo por el estilo, al universo, Dios o a la vida, ¿Por qué debo echarle la culpa alguien o algo más de mi situación? No lo veo lógico, debo asumir mi responsabilidad y culpa en este asunto.
Últimamente, me siento un poco más madura para no decir del todo, estoy pensando más con la cabeza fría que con la vagina caliente, en parte me siento orgullosa y a la vez me da miedo ¿Es normal sentir este tipo de sentimientos al momento de tomar decisiones maduras? Joder la vida de adultos es una montaña rusa extraña.
Parpadeo varias veces, cuando escucho el chasqueo de una lengua que hace que caiga de nuevo en la realidad en la que me encuentro en estos momentos, sacudo un poco mi cabeza.
Observo a las dos personas que tengo delante de mí sin poder creer lo que me están pidiendo, puedo notar como una sonrisa yace en la boca de cada uno, eso hace que encarne una ceja.
De verdad hoy me han pillado por sorpresa porque no esperaba aquella proposición de una manera tan espontánea y hasta ambos se ven acuerdo con eso, simplemente me cuesta creerles, mejor dicho.
Suelto un suspiro para poder hablar.
- ¿Realmente me están pidiendo aquello? – cuestiono mirándolos.
Como si fueran unos robots, al mismo tiempo, asiente con sus cabezas los dos hermanos aun con sus sonrisas en sus labios.
-Si Venus, lo hemos estado pensando, creemos que es lo mejor – comenta Robert con entusiasmado.
No sé si horrorizarme ante dicha idea o simplemente seguir la corriente en este extraño juego del destino en el que estoy metida, estoy confundida.
-O si quieres nos casamos los tres – propone Robert – Si te gustaría hacer bien las cosas, pasarías a ser Venus Darling Darling Collingoowd – queda pensativo con lo último.
En estos momentos nos encontramos en la casa de Robert, que resulta es un pent-house, es muy bonito para decir la verdad, basta con decir que es sumamente lujoso, tiene cosas que cuestan más de un riñón humano siendo sincera.
Puedo asegurar en estos momentos que el chico perfecto tiene unos gustos superexquisitos y glamurosos, ya puedo tener una idea de cómo será todo para cuando nazcan los mellizos o las mellizas, estarán muy rodeadas de lujo.
Con respeto a lo otro, si, los dos han pensado que lo ideal sería que tuviéramos una convivencia bajo un mismo techo, los tres, lo cual considero una idea loca, pero vamos, nada ha sido normal hasta ahora.
-No me gusta el matrimonio – comento – No creo que sea necesario casarnos, lo de mudarme, tengo que pensarlo porque James, le ha agradado la idea de que sus nietos y yo, viviéramos con él.
Estoy sentada en un mueble de la sala de estar de Robert, mientras que los hermanos Darling están de pies junto a mí. Acaricio mi vientre, pensando en como sería vivir bajo el mismo techo que una persona que es sumamente bipolar conmigo, puede ser extraño e incómodo desde un punto de vista lógico.
No sé cómo Zeth pudo coincidir en este hecho con Robert, simplemente estoy algo sorprendida con eso.
-Los mellizos al final tendrán dos casas – comenta Robert – Pero lo más lógico sería que viviéramos juntos, para darle una "familia" que ellos tengan la figura paterna y materna.
Quedo pensativa un momento, lo que Robert me está diciendo tiene bastante lógica porque no hay más bonito y estable que darles a los hijos una familia completa, a pesar de que yo no tuve aquello, anhelo mucho que ellos dos tengan lo que yo no tuve.
A pesar de que con James siempre sentí que no me faltaba nada, había momentos que anhelaba que Barbara estuviera a mi lado como mi madre, dándome algún consejo de ropa, chicos, peinados, pero no pudo ser.
-Tenemos cuatro habitaciones, una para mí, para Zeth, otra para los mellizos y una para ti, al menos que desees dormir conmigo, no tendría ningún problema – dice Robert lo último con una sonrisa.
Lo observó sorprendida por aquello, Zeth por su parte se encuentra serio mirando a su hermano, me atrevería a decir que lo está matando con la mirada o quizás solo sean ideas mías, pero con él nunca se sabe.
-Tendría que pensarlo, aparte quisiera hablarlo con James para saber su opinión – comento con una sonrisa – Por los momentos, si me permiten, quisiera dormir en una habitación del lugar.
-Claro que puedes – dice cortésmente Robert.
Me pongo sobre mis pies, me dirijo a donde él me está señalando, con una sonrisa camino hasta la habitación para adentrarme.
Necesito descansar, últimamente no me estoy sintiendo muy bien, todo me está dando vueltas y los dolores de cabeza han estado aumentando seriamente, no he querido decir nada por que no quiero preocupar a nadie.
Espero que pronto se me pase.
ZETH:
Observo como Venus se pone sobre sus pies, mientras mi hermano le decía algo. Ella le da una sonrisa atractiva como siempre se han caracterizado, luego de aquello puedo notar como ambos se miran de una manera que hace que mi estómago se revuelva, no sé qué es, pero es extraño.
Luego veo como se pierde en el pasillo que da paso a las habitaciones, no fui el único que la siguió con la mirada porque Robert también lo hizo, después, decidido mirar a la persona que está conmigo de mala gana.
- ¿Le acabas de pedir que duerman en una misma cama? – preguntó en voz alta y mala gana, haciéndolo salir de su trance.
Él se voltea, para luego mirarme con una sonrisa.
-Ya hemos dormido antes, hemos tenido sexo, está embarazada, además – me recuerda él - ¿Qué tendrá de malo que duerma conmigo todas las noches?
Frunzo el ceño ante su comentario.
- ¿Qué te traes con ella Robert? – le pregunto.
La sonrisa de mi hermano crece un poco más.
-Lo mismo que tu querido hermano – comenta como si nada - ¿Crees que no me he fijado como las miradas? No soy idiota Valentino, sé que la deseas tanto como yo, pero te recuerdo que hay dos personitas creciendo dentro de ella, que merecen una familia unida.
Lo miro sorprendido por todo lo que acaba de decir, no sé porque mi sangre hierve al notar que en parte tiene razón, me siento como un verdadero idiota.
-Es momento que pienses con la cabeza y no con tu pene – pide.
Suelto una risa sarcástica delante de mi hermano.
- ¿Quién te dijo que pensaba con mi pene? – Le cuestiono de mala gana – Lo mejor para esos bebes es que estemos unidos los tres, nos guste o no.
Siempre he estado arisco a la idea de dicho embarazo, pero últimamente algo me ha hecho cambiar de parecer, no me he querido desviar de mi objetivo principal que es demostrar que ella es una vil puta.
Pero no sé, últimamente todo se me ha puesto patas arriba, estoy cuestionando muchas cosas en estos momentos ¿Estará bien eso? Simplemente no lo sé.
-Vaya, has madurado Valentino – dice Robert con sarcasmo - ¿Qué harás con Pamela? – pregunta.
Me encojo de hombros, tenía días que no sabía de Pamela, prefiero que eso siguiera así. Mi prima siempre ha sido sinónimo de problemas en vida, no quiero seguirme involucrando con ella para evitar cosas que no deseo.
-No lo sé – respondo intentando sonar desinteresado – Creo que la prioridad son los mellizos, hay que intentar de que Venus tenga un embarazo lo más tranquilo posible.
En estos momentos debía apartar lo que sentía por Venus, esos sentimientos que son sumamente confusos y extraños, no me han dejado pensar con mucha claridad sobre que hacer. Solo espero que antes que los mellizos nazcan, tenga claro que sienta por ella.
Si es odio o es amor...