Allie.
Ronan está hiperventilando.
Necesito hacer algo rápido antes de que pierda la cabeza. Su dolor me tortura y hace que me sienta agobiada. No lograré acostumbrarme pronto a la idea de estar conectada a alguien. Sus pensamientos aterrados en mi cabeza me marean y hago una mueca de dolor.
Auch.
Su madre está desmayada en mis brazos. Intenté curarla con mi toque, pero no funcionó. ¿Qué diablos puedo hacer? Supongo que su malestar es mucho más profundo de lo que creía. Ese Poltergeist la lastimó por dentro y solo algo puede sanarla.
Mi sangre.
—Ronan —Miro a mi compañero quién está a punto de marcar a la cruz roja —. Olvida lo que dije y tráeme un cuchillo.
Sus manos temblorosas aprietan el teléfono, sus ojos marrones lucen horrorizados. Quiero abrazarlo, pero ahora debo contenerme por ambos. Su madre nos necesita fuertes. Mantendré el control.
—¿Para qué? —jadea —. Ella debe ir al hospital lo antes posible. No dejaré que muera.
—Ella no morirá. Los doctores no pueden curarla, yo sí —espeto —. Mueve tu sexy trasero y trae el bendito cuchillo. Te explicaré después, confía en mí.
Traga duro.
—Bien.
Rebusca en los cajones de la cocina mientras pongo la cabeza de su madre en mi regazo. Es una mujer tan dulce y encantadora. No merece nada de lo que está pasando aquí. Es un daño colateral de los verdaderos problemas que tiene esta familia.
Problemas que me preocupan.
Señor D, Georgie. ¿Qué oculta la familia Dumont? No es normal que esa fantasma se obsesione tanto con Ronan. Hay un motivo peligroso.
—Espero que sirva —Ronan me tiende el cuchillo plateado con punta filosa.
—Lo hará —afirmo, aceptando —. Relájate, ¿de acuerdo? Si te vuelves loco yo también.
Ni siquiera parpadeo cuando presiono la punta en mi palma y corto mi piel. Un hilo de sangre empieza a deslizarse lentamente por mi muñeca. Ronan no pregunta, pero entiende muy bien lo que voy a hacer.
—Tengo la capacidad de curar debido a una de mis naturalezas. Soy druida —Le explico —. Mi sangre limpiará cualquier cosa que dejó el Poltergeist en el cuerpo de tu madre. Sanará, pero debe ir al médico de todos modos. Está estresada.
Ronan asiente, el alivio es evidente en sus ojos marrones.
—Gracias —susurra.
—De nada, amor.
Pongo mi muñeca en la boca de su madre y ella bebe como si no pudiera resistirse. En realidad, no puede. Mi sangre es demasiado tentadora para los humanos. Un elixir anhelante.
—Carajo... —dice Ronan. Observa la escena entre fascinado y confundido.
La señora Dumont abre los ojos segundos después mientras aparto mi mano con una encantadora sonrisa. Sé que la herida desaparecerá pronto.
—Tranquila, señora Dumont —musito —. Estará bien.
Ella gimotea e inmediatamente observa a su hijo.
—¿Ronan? —Se frota la cabeza mientras se incorpora lentamente —. ¿Qué sucedió?
Pobre mujer.
«Por favor, no menciones de nuevo al Poltergeist. Ella no cree nada». —Le advierto a Ronan.
Me da una mirada herida.
«Nunca me creyó y dudo que lo haga ahora».
Mi corazón se hunde.
«Veremos una forma de protegerla sin hacerle saber lo que está sucediendo»
—Perdiste el conocimiento —Ronan suena suave, aunque por dentro es un desastre —. Te advertí que necesitas ir al médico. ¿Por qué no me escuchas, mamá?
La señora Dumont agacha la cabeza avergonzada.
—Tengo una cita a las dos. ¿Crees que llegaré a tiempo? —farfulla —. No recuerdo nada.
Mejor así. ¿Qué le explicaremos? Ella no está preparada para estar al tanto de las cosas turbias que rodea su casa, mucho menos de Georgie. ¿Cómo pudo ver a la fantasma? Pensé que solo Ronan tenía esa habilidad.
—Sí, faltan dos horas para la cita. No estás bien, mamá.
—Lo sé —concede ella —. Me duele la cabeza.
—Está un poco mareada, no se preocupe —sonrío —. Tome un té y analgésicos para calmar el malestar.
La señora Dumont aprieta mi mano.
—Gracias por estar aquí.
—No hay nada que agradecer —digo.
Ronan la ayuda a levantarse cuidadosamente mientras su madre hace una mueca de dolor. Él es tan atento con ella.
—Te llevaré yo mismo al médico —sentencia Ronan —. No puedes seguir postergándolo.
—Puedo ir muy bien por mi cuenta —intenta calmarlo su madre —. Además, tienes visita. Quédate con tu novia.
Sonrío ante la mención de «novia». Es bueno saber que a ella le agrado. Mi antigua suegra me odiaba. Ronan enarca una ceja cuando oye el rumbo que está tomando mis pensamientos. Ups.
—¿Estás segura, mamá?
—Sí, deja de exagerar, Ronan. Llamaré un taxi y estaré bien —Me ofrece una sonrisa de disculpa —. Lamento si interrumpí cualquier momento que estaban teniendo.
Me ruborizo.
—Solo estábamos hablando —aseguro —. Nosotros...
—Tranquila, cariño —me corta —. Eres más que bienvenida en nuestra casa.
Ronan se ríe al ver mi cara consternada mientras besa la frente de su madre.
—Ve a descansar y después hablamos. Te llevaré al médico.
La señora Dumont gira los ojos y aparta las manos de su hijo.
—He dicho que iré por mi cuenta —insiste ella —. Deja de ser terco.
Ronan se cruza de brazos.
—No, deja de ser terca tú. Se trata de tu salud, no está en discusión.
Su madre suspira derrotada.
—De acuerdo, iremos juntos —cede —. Ahora permite que vaya a mi habitación.
Segundos después, se retira de la cocina mientras Ronan recoge los vidrios rotos y yo lo ayudo a limpiar el sucio piso manchado con pastel hecho por Ellie. Mi prima enloquecerá si ve su creación así.
—¿Puedes ver a Georgie cerca? —Le pregunto, tirando restos de pastel en el cesto de basura.
Ronan pasa una mano por su cabello.
—Muy pocas veces aparece de día. Sus visitas son más frecuentes de noche.
Apoyo mi cadera contra el mostrador mientras lo veo barrer el piso con una escoba.
—Cuéntame más sobre el señor D —mascullo —. ¿Por qué sospechas de tu padre?
Tira los vidrios en la basura.
—Tiene actitudes de mierda que me hace cuestionar. Sospecho que engaña a mi madre —responde —. Le gusta las chicas jóvenes como tú y tus primas.
Eww... Recuerdo la forma que me miró anoche y me estremezco. Dioses, su padre da miedo y mucho asco. Es un tipo repulsivo.
—¿Pedófilo e infiel?
Ronan lava sus manos con agua y jabón en el fregadero.
—Sí, puedo asegurarte que sí. Mila afirmó que puedo ver los secretos más oscuros con una simple mirada —espeta —. Podría intentarlo con mi padre.
Estuvo reprimido durante mucho tiempo, dudo que funcione. Él necesita practicar más.
—En caso de que no funcione puedo hacer algo más —musito. Sé que es una mala idea acudir a la hipnosis, pero se trata de un asunto importante. Mis padres lo entenderán —. Puedo doblegar la voluntad humana con un par de palabras.
Se seca las manos con la servilleta más cercana.
—¿Lo llamas hipnosis?
—Ajá. Solo ordeno y ellos obedecen. Ningún humano pudo resistirse hasta ahora, también hace efecto en seres sobrenaturales. Lo intentaré con Georgie.
Sigue mirándome, un poco sorprendido por lo que acabo de decir.
—Eres alucinante —dice Ronan —. Acabas de curar a mi madre como si fueras el mismísimo Jesús de Nazareth y ahora resulta que puedes manipular.
Me mira profundamente a los ojos con tanta intensidad que puedo sentir la electricidad que irradia de ellos.
—Eso no es nada. Cambiaré de forma el próximo mes y soy muy capaz de patear traseros sin esfuerzos.
La boca de Ronan se curva en una perezosa sonrisa.
—¿Hay algo más que sepas hacer, chica poderosa? —bromea —. No quiero perderme los detalles.
Atrapo mi labio inferior con mis dientes. Incluso las palabras más inocentes suenan como insinuaciones sexuales saliendo de su boca, bañadas en su voz profunda. Detente ahora mismo, Allison. El chico solo está hablando.
—Si me llevas a tu cama puedo enseñarte más de lo que soy capaz.
Tengo el impulso de cubrir mi boca, pero sostengo su mirada. ¡Mierda! Definitivamente estoy en celo. El cálido sonrojo cubre mis mejillas y un profundo dolor abajo. Me castigo mentalmente por ser tan fácil de excitar.
Los ojos marrones de Ronan queman los míos. Puedo sentirlo, cada centímetro de mi piel arde. Él da un paso cerca y suspiro. De repente me gira y está detrás de mí. Su pecho cubre mi espalda, lo huelo como lo hice hoy mientras nos besamos. Un hormigueo se extiende por mis brazos y muslos. Me duele. Solo quiero calmar esta ansiedad que crece cada vez más.
—¿Quieres volverme loco? —pregunta en tono ronco. Su pecho sube y baja detrás de mí mientras respira en mi pelo, pero no me doy la vuelta —. Porque te aseguro que está funcionando, cariño.
Las chispas chisporrotean por mis venas, haciendo un camino directo a la boca de mi estómago. Yo también estoy enloqueciendo.
—Ronan...
Las puertas se cierran de golpe en la sala de estar y por tercera vez en el día somos interrumpidos. Mi pecho está muy agitado cuando veo al señor Dumont entrar en la cocina con un maletín en la mano. Se queda pasmado al verme con su hijo sobre mí.
—Vaya, qué sorpresa —murmura, estoico —. No creí que hablaban en serio sobre estar en una relación.
Ronan no oculta su irritación. ¿Y por qué le sorprendería si estamos en una relación? A mí me resulta extraño que alguien como Ronan jamás tuviera novia. ¿Nunca se vio en un espejo? Es malditamente hermoso.
—Acostúmbrate porque Allison vendrá aquí muy seguido —dice Ronan, tomando mi mano y alejándome.
Ni siquiera me da una oportunidad de saludar al hombre.
—Tenemos una conversación pendiente, mocoso —masculla su padre a nuestras espaldas.
Qué tipo más desagradable. No me sorprendería si es verdad todas las cosas que afirma su hijo sobre él. Tiene cara de pedófilo y es un completo imbécil. Entramos de nuevo a la habitación y Ronan cierra la puerta.
—Antes no le importaba mis asuntos, pero últimamente actúa extraño —comenta Ronan —. Y yo no soporto su presencia. Quiero que se vaya de esta casa y nos deje en paz.
Me siento en su cama con las piernas colgando.
—Esta casa tampoco es segura, Ronan. Hablaré con Mila para buscar una solución. Tienes que sacar a tu madre de aquí. No puedes luchar contra Georgie, es un ente maligno. Todavía no comprendo cómo pudo verla.
—Yo tampoco comprendo. ¿Qué puedo hacer? Mamá no abandonará esta casa fácilmente.
Mierda, esto será difícil.
—Puedo convencerla de pasar tiempo en la fortaleza. Solo hasta que solucionemos el problema.
—¿Qué le diremos a mi padre?
—También me ocuparé de él —aseguro —. Lo prometo.
Mi celular suena en medio de mi escote y lo saco para ver un mensaje de mamá destellar en la pantalla. Qué raro. Ella no suele enviarme mensajes.
«¿Estarás aquí pronto?»
Le doy una sonrisa a Ronan antes de contestar.
«Por supuesto. Dame diez minutos».
—Debo irme, pero volveré esta noche —observo sus ojos marrones —. Quiero estar presente cuando ella venga a molestarte.
Él sonríe.
—¿Qué harás?
Me levanto de la cama para dirigirme a la puerta.
—Patear su trasero. Te veo después.
Asiente.
—Te acompaño hasta la salida.
Sacudo mi cabeza.
—Puedo ir por mi cuenta.
Contiene el aliento cuando cierro la distancia entre ambos y me pongo de puntitas para unir sus labios con los míos. Su boca se abre, dándole la bienvenida a mi lengua para que explore con más profundidad. Las sensaciones de su toque son eléctricas y el estremecimiento familiar que experimenté en nuestro primer encuentro regresa con mucha fuerza. Nunca he sentido algo así. Es simplemente extraordinario y adictivo.
La mano de Ronan está anudada en mi cabello, acariciando mi cuero cabelludo, mientras que la otra está en mi espalda baja, acercándome más. Él es fresco como una bebida helada en un caluroso día de verano.
Sin embargo, yo sigo ardiendo.
Aparto mis labios y pongo mi cabeza en su pecho para calmarme. No es buena idea seguir besándolo con una cama tan cerca.
—Si necesitas algo solo pídemelo —digo, agitada —. Un simple pensamiento será suficiente para que me tengas aquí.
Aclara su garganta.
—Bien.
Me aparto de su cuerpo con los labios hinchados y húmedos. Ronan se ve extrañamente tranquilo y sereno, incluso presumido como si supiera que me ha desarmado. Mierda, él sabe que me tiene bajo su hechizo.
—Tú también me tienes bajo un hechizo —murmura, sonriendo.
Ruedo los ojos. ¿Cuándo dejará de escuchar lo que pienso? Qué fastidio.
—Nos vemos en la noche —susurro, saliendo de su habitación y bajando las escaleras.
Mis piernas parecen de gelatina mientras camino. Definitivamente no estaba preparada para este tipo de desorden en mi vida. Yo siempre tengo el control. Ronan me adormece la mente y lo peor de todo es que a mí me gusta.
—Será agradable verte aquí muy seguido —La voz del señor Dumont detiene mis pasos en el último escalón. Sostiene un vaso de whisky en la mano —. Mi hijo tiene muy buenos gustos. Siguió mis consejos.
¿Se supone que eso debería tomarlo como un halago? Suena peor que un depravado. La palma de mi mano pica porque tengo muchas ganas de lanzarle una bola de fuego justo en su cara de mierda.
—¿Qué está insinuando, señor? —inquiero.
La da un trago a su whisky.
—Nada especial. Trabajo con tu abuelo en la alcaldía y me pone feliz saber que mi hijo es pareja de una Karlsson —expone —. Pensé que no sucedería con sus antecedentes.
¿Se refiere a ser un chico muy apasionado y dulce? Odio que intente dejarlo mal frente a mis ojos.
—Su hijo es grandioso, debería saberlo.
Sus labios forman una sonrisa siniestra.
—Veremos hasta cuando mantienes la misma opinión. En verdad no lo conoces.
La rabia me calienta la cara al instante. No es buena idea alterarme porque haré de las mías. ¿Es el violador de Georgie? ¿El señor D que Ronan afirma? Puedo descubrir sus secretos, pero esa vocecilla en mi cabeza me advierte que no debería usar la hipnosis.
No ahora.
«Cada vez que usas tu don complaces a Catalina y no te das cuenta...».
Las palabras de mi padre se repiten en mi mente. No importa lo mucho que deseo descubrir la verdad, tendré que recurrir a otros métodos. Además, debo reservar mis energías para utilizarlas con Georgie.
—Usted tampoco conoce a su hijo —espeto —. Tenga un buen día, señor Dumont.
A pesar de que mis manos están apretadas en puños y que la rabia circula por mi sangre, me doy la vuelta y voy a la salida. Este hombre ya tuvo mucho de mi valioso tiempo.
💚
Cuando llego a la Fortaleza Karlsson me reúno con mamá, mis primas y la tía Reynard en la gran cocina. Sin rastros de papá ni mis tíos. Imagino que deben estar haciendo de las suyas por ahí. Son hombres adultos, pero actúan como si fueran adolescentes cada vez que están juntos.
No tienen límites para la diversión.
Agarro una fresa del frutero mientras Raven se sirve una taza de té caliente. Esta mañana parecía muy animada, pero ahora su rostro es de piedra. Algo le preocupa. Ava también está presente mientras deja su cuaderno negro sobre la isla. Ellie mencionó que debíamos hablar sobre un asunto importante. ¿Mi pequeña prima tiene algo que ver? Claro que sí. Ella es igual de sabia que Raven y su madre.
—Le pedí a Roy que mantenga ocupada a tu mejor amiga —murmura Melissa —. Fueron al cine.
Asiento. Me encanta tener a Sadie aquí, pero entiendo que hay asuntos que no puede saber.
—Perfecto. A Sadie le gusta mucho Roy.
—No te imaginas cuanto —Se burla Ellie —. Anoche lo hicieron en el baño.
Raven pone los ojos en blanco.
—Son tal para cual.
Mamá baja a Amy en el suelo quién de inmediato se entretiene con sus juguetes. La niña ya camina, pero prefiere estar en los brazos de mamá. Malcriada.
—Cómo sabrás... —empieza mi tía Reynard —. Anoche sucedieron cosas buenas y malas. Tu cumpleaños fue un completo éxito. Conociste a Ronan y la pasaste increíble.
Chupo los restos de fresa de mis dedos.
—Él es lindo.
—Oh, ya veo que sí —Ellie toca su nariz —. Puedo oler que te tiene muy caliente, ¿eh?
Pongo un mechón de pelo detrás de mi oreja, deseando alejar la vergüenza que siento.
—Tu padre y yo pasamos por la misma etapa cuando nos conocimos —sonríe mamá —. Una vez que tuvimos relaciones sexuales no pudimos detenernos.
—Todas pasamos por la misma etapa —agrega mi tía Reynard.
La cara de Ava se enrojece y apunta el cuaderno sobre la encimera.
—¿Pueden dejar a un lado sus charlas sobre el sexo y prestar atención a lo que debo decir? —pide. Abre el cuaderno y señala dibujos extraños en la hoja —. Los chicos y yo anoche nos perdimos en el bosque porque teníamos curiosidad de ver las ranas gordas que abundan en el lago.
Mi tía Reynard le da una mirada crítica. ¿Por qué querrían ver ranas gordas? No hay nada atractivo en esa actividad.
—No debiste estar ahí, Ava.
—Ya lo sé, pero eso no importa ahora —Ava me mira seriamente —. Vimos una figura fantasmal y de aspecto antinatural en el bosque.
De repente, tengo una sensación de impaciencia.
—¿Una figura fantasmal? —inquiero.
Ava me lanza su cuaderno y lo atrapo en el aire. El sentimiento de inquietud aumenta cuando analizo sus escalofriantes dibujos. Se trata de una sombra con ojos rojos.
—Yo lo llamo el señor de las sombras —prosigue Ava —. Lo he visto en mis visiones y sé qué quiere.
Le devuelvo el cuaderno con la esperanza de disipar el repentino estremecimiento que me recorre. Esto no suena nada bien. Ya tenemos suficientes con la bruja de Catalina. ¿Ahora debemos enfrentarnos a otro demonio? Mi vida es una broma pesada.
Agarro una taza de té caliente con la esperanza de disipar el repentino estremecimiento.
—¿Y qué quiere exactamente? —pregunto —. ¿De dónde crees que viene este fenómeno?
—Aún no sabemos sus orígenes —responde Raven por su hermana —. Pero esta maldita cosa estaba empeñada en acercarse a Asa.
Mi sangre se enfría, todo alrededor de mí se silencia completamente. Estoy entumecida. Melissa al fin reacciona. Temblores recorren mi columna vertebral y el vello delgado de mis brazos se para en atención. Raven tiene la mano cubriendo su boca, Ellie se abraza a sí misma.
—Mi hermano estuvo muy callado después del evento —habla Melissa —. Mamá no se apartó de él desde anoche. Está asustado.
—Dioses... —dice mamá en shock—. ¿Qué hacía esa cosa en el bosque?
—Asher y los demás están tratando de averiguar lo mismo —contesta mi tía Reynard —. Sabemos muy bien que New Hope atrae a los entes malignos después de lo sucedido con Abigail.
Gracias por eso, bisabuelita. Ella maldijo este mugroso lugar. Solo mi familia es lo suficientemente estúpida para seguir aquí a pesar de las tragedias.
—¿Qué más has visto, Ava? —me dirijo a mi prima —. ¿Esa cosa realmente quiere algo de nosotros?
Mi prima tiembla y es reconfortada de inmediato por su madre.
—Se alimenta de la oscuridad —dice Ava distraídamente. Sus ojos sin parpadear, luciendo aturdidos por el miedo —. Asa tiene más que suficiente, tú y Melissa también.
El miedo me invade, mis ojos se abren con horror. Que Asa esté asustado es una muy mala señal. Mi corazón se acelera a un ritmo peligrosamente rápido mientras intento digerir las palabras.
—¿Estás completamente segura de las cosas que dices? —inquiero —. Pudiste confundirte, ver mal...
Raven me dedica una mirada molesta.
—Nosotras jamás nos equivocamos. Asa y Aden también vieron a esta cosa —suena ofendida —. Mi hermana cree que el señor de las sombras es peligroso y debemos hacer algo pronto antes de que nos lastime.
💚
Ronan.
No he visto a Allison hace más de una hora, pero el sabor de sus labios perdura en mi boca. No dudé en darme una ducha cuando abandonó mi habitación. Ella me provocó una dolorosa erección que me costó calmar.
Quiero que llegue la noche de una vez. Prometió dormir conmigo. Sé que su mayor prioridad es intentar alejar a Georgie, pero me emociona la idea de tenerla en mi habitación.
Allison despierta mis deseos más profundos.
Permanezco sentado en la sala de espera con el celular en mi mano y auriculares puestos. Paradise de Coldplay suena en mis oídos mientras pienso en los sucesos de las últimas veinticuatro horas. Nunca fui normal, pero tampoco imaginé que mi vida parecería un cuento de fantasía o mitos.
Soy médium y compañero de una licántropo. Esto podría enloquecer a cualquier idiota, pero yo siento que finalmente mi vida tiene sentido. No estoy perdido como antes. Una parte de mí solo quiere sonreír cada segundo.
Allison es un enigma que quiero descifrar. Amaría conocer todo de ella, aunque también disfruto del misterio. Me gusta esta emoción de no saber casi nada de su mundo. Quiero descubrir sus gustos, sus defectos.
Ella dijo que es peligrosa, pero dejé claro que no me importa. Probablemente estar a su lado traiga consecuencias, pero estoy dispuesto a tomar cualquier riesgo. ¿Por qué? Porque no tengo nada que perder.
Continúo reproduciendo mi lista de Spotify, cerrando los ojos. Ignoro a cualquier idiota curioso porque no tengo ánimos de pelear con nadie. Solo salí de mi casa por mamá. Ella necesita al médico. Mi buzón de mensajes parpadea y frunzo el ceño. ¿Quién diablos me hablaría? No tengo el contacto de casi nadie. A excepción de...
"¿Cómo estás? Allie llegó a casa muy acalorada. ¡Cuéntame todos los detalles! Somos amigos, ¿recuerdas?"
Es Raven.
Me río mientras escribo una respuesta.
"Soy un caballero, zanahoria. No cuento detalles"
"Aww. Tan tierno él. ¿Ni siquiera a mí que soy el cupido oficial de ambos y shippeadora número uno de Rallie?"
Frunzo el ceño.
"¿Rallie?"
"Ronan + Allie es igual a Rallie" —contesta.
La canción termina y me encuentro con los ojos de mamá. Está justo frente a mí con el rostro pálido y agotado. Raven tendrá que esperar.
—¿Mamá? —pregunto —. ¿Qué dijo el médico?
—Me hicieron algunos análisis, pero los resultados estarán listos dentro de dos días —responde —. Nada grave, cielo.
Guardo mi celular en mi bolsillo con mis auriculares y enlazo su brazo con el mío para dirigirnos a la salida. El cuerpo de mamá está tenso. ¿Qué demonios me oculta?
—Te amo, mamá, pero si hay algo que me molesta en este mundo son las mentiras —detengo mis pasos en los pasillos. Mi madre hace lo mismo —. Tu cuerpo está muy tenso así que habla.
Puedo notar que sus nudillos están muy blancos mientras sostiene su bolso.
—El doctor aun no afirmó nada, pero los resultados tal vez no serán buenos.
Mi garganta está apretada por la conmoción y el miedo.
—¿A qué te refieres? —tartamudeo.
Los ojos de mamá se llenan de lágrimas.
—Es muy probable que tenga leucemia como tu abuela, Ronan.
💚
Allie.
Todos en la Fortaleza estamos hechos un lío después de las revelaciones de Ava.
Hay otro enemigo cerca y pronto atacará. No sabemos mucho de él, pero debemos estar listos. Mierda, llegué hace menos de una semana al pueblo. ¿Cuántos problemas me esperan? Todo era más fácil en Canadá, pero recuerdo que también era muy monótono y aburrido.
Aquí se encuentra la adrenalina que tanto busco.
—¿Puedo pasar, cariño? —pregunta mamá, tocando la puerta.
—Sí —respondo.
Estoy terminando de desempacar mis maletas ahora que tengo un poco de tiempo. Pronto regresaré a casa de Ronan. Si mis planes salen como pretendo esa fantasma dejará a mi chico en paz.
¿Mi chico? Dioses, sueno ridícula y hasta posesiva. Annie me mira asqueada como si percibiera mis pensamientos.
—Llegó algo para ti —informa mamá. Alejo mis ojos de la gata para observar con curiosidad la pequeña cajita con lazo verde en sus manos —. Tu padre quiso tirarlo, pero no creo que sea lo correcto. Sabes que odio ocultarte secretos.
¿Por qué mi padre querría tirar algo tan lindo?
—¿Qué es, mamá?
—Es un regalo de Logan —susurra.
Aprieto con fuerza mis ojos para apartar el sentimiento de culpa. Pedir que se olvide de mi cumpleaños fue demasiado. Sabe muchas cosas sobre mí, incluso mi ubicación aquí en New Hope. Le conté porque confiaba en él. Muy tonto de mi parte.
—Mierda... —digo y acepto la pequeña caja.
Mamá se sienta a mi lado en la cama mientras la abro y observo el regalo. Es una pulsera de oro con un lobo como medalla.
Los ojos de mi madre están muy abiertos por la sorpresa. ¿Por qué me enviaría Logan esto? ¿Él sabe mi secreto? Hay una nota también escrita con su caligrafía perfecta.
"No renunciaré a ti, no ahora que entiendo más que nunca tus motivos...
Feliz cumpleaños, preciosa.
Con amor, Logan"
El shock me deja completamente muda. ¡Por supuesto que sabe mis jodidos secretos! Cuando hablé con su madre ella dio a entender que conoce mis orígenes. ¿Estará todo bien en Canadá? ¿Mi tío Brent se encuentra a salvo?
—Esto no puede estar pasando —me quejo y guardo de nuevo la pulsera en la caja —. Tengo suficientes problemas para lidiar con otro.
Mamá suspira.
—Habla con Logan, dale las gracias por el regalo y dile que ni se le ocurra venir al pueblo —musita —. Presiento que lo tendremos aquí pronto si no lo detienes. Ese chico está loco por ti, Allie.
Trato de apartar la creciente ansiedad que aumenta en mi pecho.
—No puedo ocuparme ahora mismo de él. Mi prioridad es Ronan —enfatizo —. Hay un Poltergeist en su casa que lo atormenta.
—¿Cómo lo atormenta?
—Envenena a su madre y lo atacó. No quiero que nada malo le pase. ¿Crees que Mila puede ayudarnos?
Mamá sonríe dulcemente.
—Estás muy perdida por él. ¿Me encanta? ¡Por supuesto que sí! —exclama, emocionada —. Estuve esperando este día durante años. Es una bendición disfrutarte en todas tus etapas.
—Mamá... —me quejo.
—Lo siento, pero no creo que Mila pueda ayudarte hoy —Sus labios tiemblan por la diversión —. Me dijeron que salió con tu abuelo.
Pongo una mano sobre mi pecho.
—¿Ellos...?
Mamá estalla en carcajadas.
—Sospecho que sí.
Hago de cuenta que no escuché nada y guardo mi regalo en uno de los muebles. Me agrada la idea de que mi abuelo sea feliz con alguien, pero prefiero no saber los detalles.
—¿Puedes cuidar a Annie por mí? —pido —. Hoy dormiré con Ronan.
Los ojos verdes de mamá nunca brillaron tanto como ahora.
—Por supuesto —agarra a Annie y la pone en su regazo —. Adoro a esta bola de pelos. Vete cuando quieras.
💚
Llego a casa de Ronan cerca de las siete de la noche. Su madre me recibe con una pequeña sonrisa. Luce mejor que esta mañana, pero no puedo ignorar que sus ojos están rojos. Estuvo llorando.
—Señora Dumont —musito, avergonzada —. Uh... lamento si molesto, pero Ronan y yo quedamos en que nos veríamos.
Ella me arrastra al interior de su casa sin dejar de sonreír. El frío me ataca de inmediato, llenando mi piel de escalofríos.
—¿Qué dije esta mañana?
—Que soy bienvenida.
—Exacto, no me molestas en absoluto. Hoy mi hijo sonrió más que cualquier día en sus diecinueve años. Tú eres el motivo, Allison.
Me sonrojo.
—¿Puedo verlo?
—Adelante, ya conoces el camino.
—Gracias, señora.
Sacude su mano hacia mí.
—Llámame Olenna, cariño.
Le doy una sonrisa agradecida.
—De acuerdo, Olenna. Nos vemos después.
Escucho A Sky Full Of Stars de Coldplay mientras subo las escaleras y camino directo a su habitación. Una vez en la puerta, golpeo tres veces y doy un paso atrás. Unas suaves pisadas suenan segundos más tarde, y a continuación se oye un crujido.
Ronan abre la puerta sin camisa, sus abdominales son un ondulante camino de piedra hacia los pantalones desabrochados que cuelgan de la sexy V de sus músculos de la cadera. Están tan bajos que puedo ver su ropa interior de Calvin Klein. Verlo así me deja la boca muy seca.
Respira, Allie.
—Bueno, hola —sonríe.
—Hola.
Agarra mi brazo y me mete en su habitación sin dejarme pronunciar otra palabra. El olor a acrílico llega de inmediato a mi nariz mientras noto restos de pinturas en el suelo y el caballete con el lienzo cubierto.
—Lamento mucho el desastre —Se limpia el sudor de la frente —. Suelo pintar cuando estoy muy frustrado.
Intento con todas mis fuerzas concentrarme en su cara y no en su pecho desnudo.
—Oh, está bien. ¿Qué te tiene frustrado? Siento tu dolor, pero no piensas en el causante. ¿Hay algo que pueda hacer?
El dolor lo golpea en los ojos.
—Llevé a mi madre a su cita con el doctor. Ella está enferma.
—Lo siento mucho, pero estoy segura de que podrá recuperarse pronto.
Ronan aparta la mirada.
—Tiene leucemia.
Mi respiración se vuelve irregular por sus palabras. ¿Mi sangre no funcionó? Pensé que podía curar cualquier mierda dañina en los cuerpos, pero entonces recuerdo un evento trágico que sucedió hace años. No pude sanar a un pobre perro que fue atropellado por un auto.
«No puedes hacer milagros, princesa —dijo papá —. El destino de este animalito estaba sellado»
—Dioses...
—Aún no están listos los resultados de su análisis, pero mi corazón sabe que está muy enferma. Soy algo así como psíquico. ¿Lo recuerdas?
—No sé qué decirte, Ronan. Yo... —Me acerco y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura —. Lo siento mucho.
Sus manos están manchando mi ropa con un poco de pintura, pero en realidad no me importa. Solo quiero sostenerlo para alejar su dolor. En algún momento ambos terminamos en la cama sin soltarnos. Sus brazos me aprietan fuerte.
—Estoy aterrado —susurra —. Mi mamá pasaba mucho tiempo conmigo debido a mis pesadillas. Solo se alejaba cuando iba a la escuela. Era muy dependiente de ella, la necesitaba para todo.
Sonrío tristemente.
—También fui así con mi madre.
—Mi mayor miedo es perderla. No me imagino una vida sin ella.
Entrelazo sus dedos con los míos, examinando la pintura en su piel.
—Todos tenemos miedos.
—¿Tú también? —pregunta —. ¿A qué le tienes tanto miedo, Allison?
Perder a mi familia, no poder quitar a Catalina de mi cuerpo. Tengo tantos miedos que podría pronunciar, pero hay una que es primordial:
—Olvidar quien soy realmente.
Durante la siguiente hora, entablamos una conversación fácil, ofreciendo todo, desde nuestras películas favoritas hasta nuestros libros favoritos. Es perfecto, aunque me encuentro perdiéndome en el sonido de su voz. Le cuento recuerdos de mi infancia, él también. Omito hablar sobre mis primeras experiencias sexuales. Tal vez no le gustará saber.
Hojeamos nuestra vida familiar durante minutos entre risas. Él es hijo único mientras yo tengo dos hermanos que amo con mi vida entera. Soy vegana, Ronan no. Tenemos muy pocas cosas en común como el amor que sentimos hacia nuestras mascotas.
—Quitaste la sal —comento, pasando mis manos por sus abdominales.
—Es la única manera de que Georgie pueda entrar a mi habitación. ¿Podrás usar así la hipnosis con ella?
—Lo intentaré —digo. Un gusto amargo se instala en mi boca —. ¿Qué estabas pintando?
Se ríe.
—Prometo mostrarte cuando esté terminado.
Levanto la cabeza de su pecho.
—¿Por qué no puedes mostrármelo ahora?
Se encoge de hombros.
—Sorpresa.
Me mira a los ojos antes de que sus labios se presionen contra los míos. La habitación se llena de suspiros y caricias. Sus labios se mueven tentadoramente sobre los míos, robándome el aliento. Mis manos se enredan en su suave cabello, tirando algunas hebras sedosas. Ronan se queja contra mi boca.
—Lo siento —me disculpo.
Sonríe.
—No te preocupes —besa mi nariz —. Le dije a mamá que vendrías y preparó algunas recetas veganas que consiguió en internet.
Mi corazón se derrite. Me encanta que él tenga en cuenta el tipo de alimento que consumo.
—Eso es muy amable de su parte.
Ronan se aparta.
—Iré por esos bocadillos un segundo.
—Estaré aquí —digo. Intento no reírme mientras lo veo acomodar su erección. Ronan se pone rojo cuando nota dónde están mis ojos —. Puedo ayudarte a solucionar ese problema, cariño.
Maldice y se dirige a la puerta. No paro de reír mientras hundo mi nariz en su almohada e inhalo. Huele a él. No querré salir de esta habitación pronto.
💚
Ronan.
Espero que Georgie aparezca pronto, no quiero quedar en ridículo frente a Allison. Además, quiero que alguien más sienta lo mismo que yo cuando la veo. Hará esto más real de alguna manera. Será un recordatorio y confirmación de que no estoy loco.
Lavo mis manos y después saco del horno los bocadillos que mamá preparó para Allie. El corazón me duele al pensar en la mujer que me trajo al mundo. Nada está confirmado, pero ese mal presentimiento no quiere desaparecer. Sacudo mi cabeza e intento no pensar en el asunto. Atrás, pesimismo. No perderé la fe hasta que vea los resultados de su sangre.
Pongo los últimos bocadillos en el plato y mi boca se hace agua porque huelen increíblemente bien. Mejor que la típica comida que traga mi estómago. Mastico uno sin poder evitarlo cuando alguien entra a la cocina.
Papá.
—Ella volvió —comenta —. ¿Qué pacto hiciste para atraparla?
Mi mano se tensa en los bordes del plato. ¿Es todo lo que le interesa? ¿No preguntará por la salud de mamá? Qué poco le importa su esposa.
—¿Cuál es tu problema, papá? —exijo —. ¿Sabes cómo está mamá?
—¿Crees que olvidé tu numerito en la fiesta, Ronan? —gruñe en mi cara, omitiendo el asunto sobre mamá —. No ensuciaré mis manos contigo, pero soy capaz de algo peor. Tus antecedentes psiquiátricos nunca fueron buenos y haré que regreses al centro si me faltas el respeto de nuevo.
Mis fosas nasales se dilatan. Mis manos tiemblan ligeramente mientras lucho contra la furia que se apodera de mi cuerpo. Mi mente está enredada en mi enferma necesidad de violencia contra él. Quiero matarlo a puñetazos.
—Inténtalo y el pueblo sabrá que eres un puto violador de mierda. ¿Recuerdas a una niña de ocho años? Fue encontrada muerta en el bosque con la ropa desgarrada y restos de sangre. Su cuerpo no soportó tantos abusos. Se llamaba Georgie.
Levanta la mano, pero mi mirada desafiante parece detenerlo. No volveré a retroceder nunca más. A él le encanta mi miedo.
—No sé de qué hablando, imbécil. No conozco a ninguna Georgie —gruñe, su voz tiembla —. Puedo tener miles de defectos, pero sería incapaz de hacer cosas atroces. ¡Soy tu padre!
—¡Un padre a quien le perdí el respeto hace tiempo! —elevo la voz y después la bajo —. ¿Crees que no sé sobre tus andanzas? Tienes una amante, papá. Te revuelcas con otra mientras mamá se está muriendo en tus propias narices.
La rabia se apodera de sus rasgos.
—Estás jugando con fuego, muchacho. Cuidado porque puedes quemarte.
Me encojo de hombros mientras le doy otra mordida al bocadillo. Creo que Allison se quedará sin cena.
—¿Y tú crees que puedes golpearme cuando quieras? Ya no soy un jodido niño que se deja humillar. Conozco tus secretos más oscuros, papá —me burlo —. Levántame la mano de nuevo y te prometo que lo lamentarás.
Su pecho sube y baja a una velocidad ligeramente rápida porque está lívido. Sus ojos transmiten su furia que lo siento hasta en mis huesos. Atrapado, ¿eh? No tiene ninguna justificación. A mí no volverá a manipularme con mis antecedentes.
—Buenas noches, padre. Mándale saludos a tu amante de mi parte.
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