Lazos Malignos

By JessRe

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«Dentro de cada uno de nosotros existe la semilla del bien y del mal» More

Sinopsis 💚
Prólogo ✴
Capítulo 1 ✴
Capítulo 2 ✴
Capítulo 3 ✴
Capítulo 4 ✴
Capítulo 5 ✴
Capítulo 6 ✴
Capítulo 7 ✴
Capítulo 8 ✴
Capítulo 9 ✴
Capítulo 10 ✴
Capítulo 11 ✴
Capítulo 12 ✴
Capítulo 13 ✴
Capítulo 14 ✴
Capítulo 15 ✴
Capítulo 16 ✴
Capítulo 17 ✴
Capítulo 18 ✴
Capítulo 19 ✴
Capítulo 20 ✴
Capítulo 21 ✴
Capítulo 22 ✴
Capítulo 23 ✴
Capítulo 24 ✴
Capítulo 25 ✴
Capítulo 26 ✴
Capítulo 27 ✴
Capítulo 28 ✴
Capítulo 29 ✴
Capítulo 30 ✴
Capítulo 31 ✴
Capítulo 32 ✴
Capítulo 33 ✴
Capítulo 34 ✴
Capítulo 35 ✴
Capítulo 36 ✴
Capítulo 37 ✴
Capítulo 38 ✴
Capítulo 39 ✴
Capítulo 40 ✴
Capítulo 41 ✴
Capítulo 42 ✴
Capítulo 43 ✴
Capítulo 44 ✴
Capítulo 45 ✴
Capítulo 46 ✴
Capítulo 47 ✴
Capítulo 48 ✴
Capítulo 49 ✴
Capítulo 50 ✴
Capítulo 51 ✴
Capítulo 52 ✴
Capítulo 54 (Final parte 1) ✴
Capítulo 55 (Final parte 2) ✴
Epílogo ✴

Capítulo 53 ✴

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By JessRe

Ronan.

La caja de Pandora es un mítico elemento de la cultura griega. En el interior habitaban todos los males del mundo y abrirla traería consecuencias catastróficas. Encerrar a Catalina en ella es una gran ventaja, pero solo sería posible con mucha magia.

Y no de la buena.

Con tres brujas presentes debería ser suficiente. Mila, Borna y Vera podrán contener a Catalina. Ahora debo encontrar una manera de despertarla y facilitar su acceso a la caja violeta. No morirá de inmediato, pero el tiempo que permanezca dentro del artefacto será absorbida por la oscuridad hasta que no quede nada de ella.

Nada.

Josh carraspea, su semblante preocupado como el resto. Ha estado muy ocupado sobre el viaje a Arkos. Es él quién maneja los tratos.

—Esta caja fue utilizada por los dioses más antiguos —explica Josh —. Su magia es muy peligrosa y corrupta. Una vez que quede atrapada debemos guardarla en un lugar dónde nadie la encuentre. Si cae en las manos equivocadas todo será en vano.

Es un plan muy arriesgado. ¿Existe un lugar seguro en el mundo? Si alguien con malas intenciones se entera que una bruja maligna fue encerrada en la caja no dudará en buscarla y abrirla.

El ser humano es una criatura curiosa y ambiciosa.

—Sé quién puede ayudarnos a guardarla —manifiesta Arianne —. No pertenece a este mundo y está muy interesada en destruir a Catalina.

Ella estuvo presente en la transformación de Allison y contamos con su apoyo. La diosa Luna puede esconder la caja y nadie la encontraría. No en su mundo.

—La esconderás cuando terminemos el trabajo —dice Borna sin preguntar a quién se refiere. Lo correcto es no saber la ubicación del objeto —. Es un proceso difícil y no puedo garantizar que saldrá todo bien. Catalina no es ninguna estúpida, sabrá que Vera vino aquí con otras intenciones además de convencerla para renunciar.

La molestia nubla mi mente.

—¿No sabes si saldrá bien? —cuestiono —. Tiene que salir bien sin ninguna duda.

Borna entrecierra los ojos.

—Escucha, príncipe —La bruja me dirige una mirada que intimidaría a cualquiera, pero no me asusta. Ya nada ni nadie me asusta —. Apestas a dolor y desesperación, pero no te diré palabras reconfortantes ni mentiras absurdas que te den esperanzas. Estamos lidiando con una bruja brutalmente poderosa. Tiene una antigüedad de 318 años. Utiliza una magia difícil de combatir y convirtió a tu novia en su envase favorito. Envenenó partes de ella y se niega a soltarla. El hechizo para meterla en la caja mágica podría llevarnos horas y no garantizo ningún éxito para no desilusionarte a ti o su madre presente.

El miedo dispara mi adrenalina, sacándome de mi espacio actual. Arianne a mi lado se rodea con los brazos y libera un aliento tembloroso. Maldita sea. No quiero ser pesimista ni creer que una vez más fracasaremos, pero mi mente masoquista le da la razón a Borna y no daré marcha atrás.

No me arrepiento ni me arrepentiré de mis próximas decisiones.

Soy el único que puede salvar a Allison.

Fui hecho para protegerla.

—Es la primera vez que se enfrentan a un hechizo de este tipo —asumo.

Borna se ríe y Vera me observa sin parpadear.

—A pesar de que le debía una deuda a Arianne nunca tuve intenciones de interferir —masculla Borna —. Estoy aquí porque mi rey así lo ordenó y su palabra es ley.

El strigoi.

—Krestel Markovic —digo.

Vera nos da un asentimiento.

—Él también quiere concluir la historia de Catalina y pondremos lo mejor de nosotras para darle fin a esta situación. Los dioses están de nuestro lado.

Los dioses, los dioses, los dioses...

Me cansé de escuchar sobre ellos. Son seres con aires de grandeza que se quedan en su comodidad mientras el mundo cae a pedazos. No se han ganado mis respetos.

—Empecemos —remata Mila —. Es mejor terminar el hechizo antes de que llegue la noche.

—Más vale que funcione el plan —añade Asher al borde del colapso. Sus ojos cansados me miran brevemente.

Tenemos las horas contadas y una guerra se aproxima en el pueblo. No hay tiempo, menos cuando se trata de Catalina. Cada segundo consume a Allison como si fuera un parásito y ya no soporto ver a mi chica en ese estado.

Eliminaré al mal de raíz.

Llegamos al calabozo con rejas mágicas y el ataúd de Allison abierto. Arianne se encargó de abrirla para darle la bienvenida a nuestras invitadas. Y justo cómo espero, Catalina está sentada en una esquina con el espeso cabello negro cubriéndole el rostro. Despertó porque siente la presencia de Vera en la Fortaleza.

La furia se extiende por mi sistema y trato de no delatar mi estado a pesar de que tengo la respiración descontrolada. Ella despierta cuando desea mientras Allison sigue perdida en su propio cuerpo y mente. No disimulo el odio ni desprecio. La quiero indefensa y a mi completa disposición cuando logren meterla en esa caja.

Me encargaré de torturarla como ella lo hizo con Allison.

Me suplicará morir.

Rogará por mi perdón y no se lo daré.

Mis tendones pulsan y me tiemblan los puños cuando se pone de pie en toda su altura. El vestido verde favorito de Allison luce andrajoso, su piel ya no tiene el mismo brillo y su cabello está grasiento. La juventud de mi chica está muriendo lentamente. Catalina nota mi repulsión porque me lanza una sonrisa presumida.

Hija de puta...

Me acerco, pero la mano de Arianne en mi hombro frena cualquier pensamiento de homicidio. Me cuesta mucho controlarme. Quiero a mi chica. La necesito tan desesperadamente que duele ver como este monstruo la destroza y no hago nada al respecto.

Estoy cansado de ser paciente.

Malditamente cansado.

La mejor forma de derrotar a Catalina es ser la misma mierda que ella.

Los buenos no triunfan en la guerra.

—Soñé veintidós años para que llegue este momento —La voz de Catalina inunda la celda y toca las rejas con su atención en Vera. Hay un brillo en su mirada que nunca he visto —. Más de una vez me pregunté como lucías y no me equivoqué al suponer que te pareces a tu padre. Eres su viva imagen. Tus ojos violetas son de él.

Catalina tuvo un amorío con un viejo gobernante de Arkos. Fue su amante y él se negó a reconocer a Vera. Nació fuera del matrimonio y se convirtió en una vergüenza para Caslav Dujo. El único hombre que Catalina amó y le destrozó el corazón. Su mayor mal fue heredar poderes que hombres codiciosos deseaban.

Caslav la usó y la desechó cuando ya no la necesitaba. Catalina se llenó de amargura y rencor. Perder a su hija después la convirtió en un monstruo cruel y vengativa. Ella quiere que cada madre sienta su sufrimiento.

—Tu especialidad es aprovecharte de jovencitas indefensas —expresa Borna. Vera elige el silencio con sus ojos distantes. Le genera indignación ver a Allison poseída por su madre —. Te metiste en el cuerpo de una bebé que apenas podía defenderse. ¿Cuántos años tenía?

—Meses —La voz ronca de Asher se hace presente en la celda —. Ella solo tenía meses de nacida.

Aprieto los dientes y clavo mis pies en el suelo. Si me muevo romperé su cuello o abriré su pecho para arrancarle el corazón. La quiero destruida.

—Siempre esperas lo más bajo de mí, Borna —Catalina hace un mohín —. Es chistoso porque ahora pretendes usar a mi hija como un arma en mi contra. Puedo ver que ella me detesta.

Vera se retuerce las manos en un gesto de ansiedad. No le agrada estar aquí o respirar el mismo aire de su propia madre. Catalina no significa nada en su vida. Se unió a la misión por obligación. Siguió órdenes de su rey como Borna había mencionado.

—No tuve oportunidad de conocerte.

Los ojos rojos de Catalina conectan con los suyos.

—Y tampoco quieres —Se frota los hombros en un crujido que pone mis vellos de punta —. No sabes nada de mí porque esta maldita vieja te ha dicho lo peor. Rompió mi fantasía de sostenerte entre mis brazos. Me odias, Vera. Ni siquiera tienes el valor de mirarme fijamente.

La garganta de Vera se mueve cuando traga saliva.

—No te conozco.

Catalina suelta las rejas con una carcajada, el vestido verde se arrastra por el suelo a medida que se mueve por la celda encantada. Annie está afuera, atenta a cada paso que da.

—¿Entonces a qué vinieron? —cuestiona la bruja malvada —. ¿Piensan que mi corazón va a conmoverse porque vi a mi hija? Estoy muy cómoda aquí.

Mi rabia indignada bulle.

—Te estoy dando la oportunidad de elegir, Catalina. Aún puedes renunciar a Allison y te prometo que encontraremos otro cuerpo para ti. Tendrás el privilegio de conocer a Vera y recuperar el tiempo que has perdido con ella. Es bastante amable de mi parte cuando te empeñaste en arruinarle la vida a la mujer que amo.

Sus ojos rojos llamean y las garras se hacen visibles en sus manos.

—Ahórrate tus mentiras, Ronan Dumont. Eres el más interesado en aniquilarme, no crees que merezco redención.

Los latidos de mi corazón son implacables por la afirmación y no lo niego.

—No, no lo mereces —digo con voz plana —. La muerte lenta y dolorosa sí.

Inclina la cabeza hacia atrás y estalla en carcajadas. Los padres de Allison luchan para mantener la calma a pesar de que están a punto de quebrarse. Esta bruja arruinó una vida y se burla en nuestras caras.

—Me dolió mucho perderte —Mira a Vera cuando las risas paran —. Verte ir ese día en brazos de un soldado me convirtió en lo que soy.

Vera se acerca a los barrotes. No debería hacerlo, pero necesito saber cómo responderá Catalina. Si es predecible como pienso, no dudará en atacar.

—Puedes cambiar —susurra ella —. Empezar de nuevo y disfrutar la paz que buscas. ¿No estás cansada de luchar constantemente?

—Estoy cansada de muchas cosas... —Catalina agacha la cabeza —. Pero nunca del poder.

Y justo así la leo.

Una inquietud me recorre la piel cuando en un movimiento rápido alcanza la garganta de Vera y lo aprieta en un agarre brutal. Su hija se pone pálida, su cuerpo da varias sacudidas que le roban el aire. La sangre corre por su cuello mientras las garras de Catalina se clavan en su piel.

Sabía que no era imbécil.

Annie y los demás se ponen a la defensiva. Borna lanza una blasfemia de sus labios mientras Vera gorgotea. ¿Piedad? Catalina no conoce esa palabra. Ella está hambrienta de poder y maldad. El cuerpo de Allison le proporciona lo que ha soñado y no descansará hasta tenerla completamente. ¿Recuperar el tiempo perdido con Vera? Ya nada de eso le interesa.

—Abran las malditas rejas o romperé su lindo cuello —amenaza Catalina —. ¿Creyeron que no podría sentirlo? Usaron a mi hija como cebo para encerrarme en la jodida caja mágica que has preparado, Borna. Te conozco tan bien a pesar de los años, vieja estúpida.

Borna se pone rígida. Mila me mira, pero no interfiero. Al menos no corporalmente. La capa de humo se desliza lentamente por el suelo sin que Catalina lo note.

—No serías capaz —sisea Borna —. Es tu hija y la has anhelado por años. Soñaste y lloraste por ella todas las noches. Tú elegiste su nombre y prometiste buscarla cuando encuentres un cuerpo dispuesto.

Catalina pasa las uñas por las mejillas de Vera quién perderá pronto el conocimiento y cierra los ojos. La sangre gotea en las baldosas, mezclándose con mi humo.

—Ella no me ama —Se ríe Catalina con ironía y lágrimas de resignación nadan en sus ojos —. Vino aquí porque me quiere muerta al igual que todos ustedes. No dudó en traicionarme, a mí, la mujer que la trajo al mundo. ¡¿Mi hija?! Se convirtió en una desconocida. Ignoró el llamado a la sangre y prefirió trabajar con esta blasfemia —escupe cerca de mis pies.

No parpadeo.

No hablo.

No me defiendo.

Permito que el humo tóxico haga su trabajo. Matará a cualquiera que no se cubra la nariz pronto.

—¿Cuánto tiempo planeaban encerrarme? Apuesto a que milenios —pregunta Catalina. Una de sus manos rebusca entre la capa de Vera y encuentra el artefacto para después destrozarlo con un chasquido —. Muy inteligente, Borna, pero no más que yo. No te burles de una bruja que conoce todos tus malditos trucos desde que era una niña. Fuiste mi maestra, ¿recuerdas?

Asher y Arianne no reaccionan al percibir mis intenciones. Una ola de excitación me recorre al ver la sombra moverse más rápido, penetra el suelo y luego rodea las piernas de Catalina para apartarla de Vera en una serie de golpes que desorienta a la bruja. El resto en la habitación tose mientras la capa tóxica llena la celda, pero a mí no me afecta. La piel de la bruja se chamusca y grita de dolor. Vera se aparta de su agarre y gime en shock.

Estuvo a punto de morir. Catalina me dirige una mirada de odio y tuerce la boca.

No ganarás.

—No haré las cosas fáciles para ti, Dumont —escupe y después tose —. No te daré la victoria fácilmente.

La habitación se vuelve más oscura mientras mis labios forman una sonrisa torcida.

—Yo tampoco, bruja. Yo tampoco.

Un chillido estridente resuena en la habitación cuando su boca es forzada a abrirse y una gran cantidad de humo se introduce en su garganta. Asher aparece confundido en mi campo de visión, Arianne presiona una mano en su pecho y Borna ayuda a Vera. La caja inservible está tirada como un pedazo de basura en la celda.

Estupideces que no funcionarán y fui un gran tonto al seguirles la corriente.

Plan C.

Siempre debe haber un tercer plan si la A o B no funcionan.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta Asher con un toque de miedo.

Mila responde por mí.

—Durmiéndola para volver encerrarla al ataúd sin problemas. El humo le robará el conocimiento sin matarla.

Catalina se ahoga con las manos en su garganta, se quiebra en un sollozo y después nada. Se desmaya en el suelo con lágrimas negras en sus mejillas.

—Esto es inaudito —masculla Josh —. Usaste tus trucos en alguien que las conocía muy bien.

Borna está muy ocupada con Vera. La sostiene angustiada y verifica que no tenga otras heridas. La ve como la hija que nunca tendrá.

—Les dije que no era estúpida —Borna calma a Vera quién sigue impactada por el ataque —. Ha logrado fortalecerse el tiempo que estuvo dentro de la víctima. Puede disponer fácilmente de los poderes de Allison Karlsson. Está fusionada con una semidiosa.

Mis dientes rechinan por la furia. Está obsesionada con el cuerpo de Allie. ¿Y por qué no? Ella es una de las mujeres más poderosas del mundo.

—Es hora de hacerlo a mi manera —murmuro.

Asher y Arianne fruncen el ceño sin comprender de qué hablo. Él me dio su palabra de que me ayudaría a cambio de un sacrificio. Tomaré esta oportunidad porque no habrá otra. Es ahora o nunca.

—Una deidad —susurra Borna con su atención fija en mí. Vera trata de aliviar los rasguños en su cuello —. Eres el príncipe de las tinieblas.

Les doy la espalda y camino lejos de la celda.

—¿A dónde vas? —grita Arianne a medida que tomo mi marcha hacia la salida.

—Tengo cosas que hacer —contesto sin dar más explicaciones.

💚

Melissa.

La motocicleta de Austin se detiene en una zona dónde no ocurre ninguna conmoción. Estamos detrás de una pizzería, mi corazón latiendo a mil por hora mientras me limpio el rostro con la manga de mi suéter. Ellos me atacaron, me lanzaron piedras, tomates y me escupieron. No se detuvieron a escuchar ninguna explicación, le creyeron a Demetrio en la primera oportunidad y atentaron contra las personas que mantuvo a salvo el pueblo por siglos.

Sucios malagradecidos.

Qué se pudran.

¿Y lo más raro de esta situación? Acabo de ser rescatada por una persona que detesto. Austin me tendió la mano y me sacó de ahí. ¿A cambio de qué? Me desenredo de su cuerpo, bajo de la motocicleta y tiro mechones de mi cabello. El pueblo conoce mi secreto y no lo olvidarán. No creerán que fue un montaje o una ilusión.

La lluvia arremete el ambiente y me erizo al sentir el agua fría bañándome. Austin maldice con la boca medio abierta sin dejar de mirarme. Me quedo hipnotizada, confundida y herida. Fue el causante de todos mis problemas y jamás se lo perdonaré.

Examina mi rostro con atención mientras me rodeo con los brazos. Ninguno hace el intento de buscar un lugar dónde el aguacero no nos salpique.

—¿Qué te hizo cambiar de opinión? —balbuceo.

Toma una bocanada de aire.

—Estuve bajo su influencia el primer día que me buscó —responde sentado en su motocicleta —. No iba a negarme a su propuesta, pero él usó su poder en mí.

—¿Demetrio?

Asiente.

—El humo que viste en la plaza no te permite pensar ni negarte a cualquier petición que él haga —murmura y frunce el ceño —. Te manipula hasta que olvidas tu propio nombre.

Me echo reír sin una pizca de humor.

—Te manipularon —digo con un mohín y ruedo los ojos —. Pobrecito.

Austin coloca el casco sobre la motocicleta y baja para enfrentarme en toda su altura. Elevo la barbilla, negándome a sentirme pequeña en su presencia.

—El trabajo de mi padre era matar a criaturas que perturben la paz humana. Dio su vida para mantener a salvo este pueblo y yo me uní al enemigo.

Una larga exhalación sale de mis labios.

—Mi familia nunca fue una amenaza.

—Lo sé —Desvía la mirada hacia sus pies —. Él estaría muy decepcionado de mí.

—Lo estaría —Estoy de acuerdo.

Me gano una risa de su parte.

—Eres una pequeña víbora, ¿eh?

Mis cejas se juntan.

—No me agradas, Austin. Eres la última persona en quién confiaría.

—Sin embargo, subiste a mi motocicleta.

—No tenía muchas opciones —Lamo mis labios —. Agradezco tu ayuda, pero puedo seguir por mi cuenta. Hemos terminado.

Sostiene mi codo antes de que avance otro paso.

—Déjame llevarte a tu casa. Es peligroso que estés sola.

Es tan inesperado que no puedo contener el bufido de risa que se me escapa.

—¿Te importo? Por supuesto que no. Desde que llegaste al instituto te encargaste de demostrar cuánto desprecias a los Karlsson —enfatizo —. Déjame decirte que el sentimiento es mutuo.

El color de sus ojos cambia por mis palabras, como si una chispa de admiración pasara en ellos.

—Tú me demostraste que estaba equivocado.

—Ajá.

—Eres una niña inocente, Melissa. No eres responsable de las acciones de tus padres.

Un aleteo de molestia se agita en mi pecho. Él me ve como una niña.

—No necesito tu ayuda.

Se cruza de brazos.

—¿Estás segura?

—Sí.

—¿Ni siquiera te importa saber que la Fortaleza Karlsson será atacada dentro de unos minutos por los humanos?

Estoy visiblemente nerviosa y con un grado de miedo que no logro controlar.

—¿Qué...?

Me tiende el casco con una sonrisa engreída.

—Sube —manda —. Te llevaré a casa.

💚

Ellie.

Nos dirigimos a la fortaleza con varios rasguños. ¡Casi me arrancaron los pelos! Mi abuelo Aiden ha permanecido en silencio mientras mi tío Axel conduce y mi tío Ashton se asegura de que nadie nos siga. Las personas no quieren escuchar ni razonar. Para ellos somos los villanos, los principales causantes del mal. Fue difícil lograr escapar de la multitud. Un minuto más ahí y estaríamos muertos. Demetrio salió victorioso mientras observaba como éramos atacados sin descanso.

El fin ha comenzado.

Los Karlsson somos personas no gratas en New Hope.

—El plan salió mal —dice mi tío Axel con las manos en el volante —. No hay manera de que ellos nos escuchan. Acabo de llamar a Arianne y le pedí que cancele la parte más importante.

El volcán...

—No escucharán —La voz de mi abuelo es distante y triste —. ¿Han visto sus ojos?

Me estremezco al recordar lo desquiciados que lucían. Me recordó a la chica zombi que mi padre mantiene en su morgue. ¿Existe la posibilidad de que ellos...?

—Están bajo la influencia de Demetrio y su señor —Mi tío Ashton responde a mi pregunta no formulada —. Sus ojos distantes y sin parpadeos me hicieron sacar la conclusión.

Miro fijamente por la ventana de la camioneta que se mueve a toda velocidad. Nadie nos advirtió que Demetrio sería un problema tan grande, pero tiene sentido que haya podido escapar de la cárcel.

Es poderoso.

Los habitantes lo siguen fielmente y se dirigen directo a la muerte. Serán servidores del señor de la sombra. La tormenta eléctrica retumba cercas de las montañas, las gotas de lluvia empañan el parabrisas y hay un frío abrumador que me congelaría si no fuera licántropo.

—No hay nada más que podamos hacer —musito —. Debemos atravesar ese portal. Hicimos lo que pudimos, abuelo.

Él se frota los ojos para calmar la necesidad de llorar. No voy a juzgarlo ni enojarme por sentirse frustrado con esta situación. Le dedicó muchísimos años a New Hope. Toda su vida está aquí.

—Es muy fácil creer que estaremos bien, pero no es así. Si no detenemos esta horda de zombis va a expandirse en el resto del mundo y nunca viviremos en paz. ¿Saben cuán grave es la situación?

Muerdo el interior de la mejilla y lo miro a través del espejo retrovisor.

—La humanidad tiene suficientes armas para combatirla —Me encojo de hombros —. Esta vez ellos deberán luchar en la guerra. Las grandes potencias protegerán a los humanos.

—No ganarán contra la magia oscura —argumenta mi abuelo. ¿Acaso nada va a convencerlo de lo contrario?

Mi tío Ashton palmea a su padre en la espalda.

—Ya no es tu guerra, papá. Se ha terminado.

A mi abuelo no le queda más opciones que guardar silencio. Ya le hemos dicho varias razones y está en él aceptar la realidad. No hay nada que hacer para evitar la catástrofe que está desatándose. Los habitantes saben de nuestra existencia y no lo olvidarán.

Mi tío Axel frena bruscamente frente a la Fortaleza cuando llegamos y somos recibidos por mi madre. Está angustiada y con los ojos colmados de lágrimas. El miedo se apodera de mis entrañas.

Algo va mal.

—¿Mamá?

—No he recibido noticias de Andrew —me acerca a su cuerpo para darme un abrazo asfixiante —. Traté de llamarlo por medio de nuestro lazo, pero no me responde. Es como si estuviera durmiendo o quizás está inconsciente. Sentí una punzada de dolor en el pecho y tengo un terrible presentimiento.

Un escalofrío de pánico recorre mis miembros.

—¿Qué?

—Él sigue en el pueblo —Mamá se quiebra —. Y no hay manera de encontrarlo.

Mis tíos gruñen con frustración, ambos al mismo tiempo.

—Díganle a los demás que organicen todo —manifiesta mi tío Ashton —. Iremos por Andrew.

Mi cuerpo está rígido a causa del terror.

—No es seguro...

—Tú te quedas, papá —Mi tío Axel le ordena a mi abuelo —. Asegúrate de que nadie salga herido. Estás a cargo, ¿de acuerdo?

Mi abuelo asiente.

—Manténganse juntos.

—Traeremos a Andrew.

Suben a la camioneta y los veo desaparecer. Me aferro a mi madre con la adrenalina consumiéndome a mil por hora cuando recuerdo que Melissa tampoco ha regresado y su padre no lo sabe.

¿Hasta cuándo soportaremos las desgracias?

—¿Estás bien, cielo? —Mamá escudriña mi rostro sucio y ropa magullada —. ¿Te lastimaron?

Le tiendo una sonrisa tranquilizadora.

—No fue nada grave, mamá.

—¿Y tú, Aiden?

Mi abuelo contesta sin ánimos:

—Aún estoy procesándolo.

Pobre hombre.

Mamá me rodea el hombro con unos de sus brazos y me guía al interior de la mansión dónde mis tías y mis primos están reunidos. La televisión reproduce lo que sucede en la plaza principal del pueblo. Dioses, es un caos. Me estremezco con la espantosa imagen que veo. Habitantes perdieron la razón y destrozan cualquier cosa a su paso. La madre de Melissa es la primera en levantarse y me pongo mal al ver su rostro preocupado. No hay rastros de las brujas que vinieron a visitarnos más temprano. Supongo que nada salió bien. Puedo adivinarlo por la expresión de tristeza en el rostro de mi tía Arianne.

—¿Dónde está mi hija? —pregunta la madre de Melissa.

Trago contra mi malestar, mi corazón retumba salvajemente. El último vistazo que tuve de mi prima fue cuando estaba peleando con un hombre calvo.

—Prometió que estaría aquí pronto —musito.

Asa tensa los puños.

—Claramente no ha llegado —gruñe él —. Apuesto a que trató de combatir a todos porque así de terca es. Piensa que puede contra cualquiera que la enfrente.

—Iré por ella —dice mi tía Melody.

Mi madre la detiene.

—Te atacarán sin piedad y es probable que no la encuentres. Esperemos un par de minutos y si no llega yo misma te acompaño.

Raven sostiene la taza de té con manos temblorosos.

—La noche se acerca —susurra.

¿Y qué con eso?

—No puede ser —Se queja mi tía Arianne —. El hechizo para quitar a Catalina de Allison no funcionó. Ronan se fue hace treinta minutos al pueblo y Asher lo siguió. Es un cuento sin fin.

Ava niega con la cabeza.

—No debieron permitir que Ronan se vaya. Es el principal objetivo del dios y lo lanzaron a su disposición.

La señora Olenna solloza.

—Mi hijo no va a detenerse. Él irá con su padre y la profecía va a cumplirse.

¿Qué? Necesito que ese bendito portal se abra y todos la atravesemos de una vez. ¿Era muy difícil permanecer juntos hasta la hora que indicó mi tía Reynard? Ahora los que están afuera son futuros bocadillos de zombis.

Por favor, que regresen pronto.

—Markovic sabe que estamos en marcha —comenta la madre de Raven —. Nos recibirá en su reino en un par de días.

Raven tiembla ligeramente.

—No habrá retorno —musita con la voz asustada.

—Para ti no —añade Ava.

Agito la cabeza que está doliéndome a causa de tantas dudas.

—¿Pueden explicarnos qué diablos sucede?

El sonido de una motocicleta estacionándose interrumpe la conversación y vemos por medio de la puerta a abierta a Melissa con una persona bastante desagradable. ¿Qué demonios está mal con mi prima? El profesor Weston se mantiene detrás de ella vestido de cuero y con un casco en la mano.

Este tipo tiene fuertes deseos de morir. Mi familia lo odia y se atreve a pisar nuestro territorio. Asa va a despedazarlo si no lo hace mi tío Axel.

—Lo mataré —La cara de Asa se contorsiona y sus colmillos sobresalen mientras acecha directamente al enemigo. Su madre lo abraza antes de que llegue más lejos —. Suéltame, mamá.

—Quédate quieto —ordena su madre.

Mi tía Arianne se frota la cara.

—¿Algún otro problema que quieran añadir?

Melissa nos mira con una calma que me alarma. ¿Qué hace con su verdugo? ¡Él la delató! Es el causante de las agresiones que recibimos. El resto de mi familia muestran la misma señal de asco mientras observamos a Austin. Ojalá pateen su culo por abusivo. Si Asa lo mata voy a celebrarlo con una copa de vino. Odio a este cerdo. Hizo pasar muchos malos ratos a Melissa.

—Austin me salvó la vida —expone Melissa —. No estaría aquí si no fuera por él.

La expresión de mi tía Melody es pétrea y letal.

—No estaríamos en esta posición si no fuera por él —corrige su madre —. Dame una sola razón para no matarlo, Melissa. Estoy a dos segundos de permitir que Asa lo drene como ha querido desde que supo su cobarde ataque.

La postura de Austin no demuestra que está asustado por meterse en una guarida de criaturas peligrosas. Siempre me ha parecido un tipo misterioso que no le agrada mostrarse vulnerable. Su seriedad es inquebrantable.

—No hay justificación para lo que hice —espeta con determinación —. De hecho, no lucharía si uno de ustedes decide matarme.

Asa se toca el contorno de los labios para calmar a sus colmillos impacientes.

—¿Qué demonios haces aquí?

La respuesta de Austin es inmediata:

—Vine a disculparme por el error que cometí. Esto pudo evitarse si desde el principio me hubiera acercado a ustedes para contarles las intenciones de Demetrio. Mi error siempre fue asumir que eran los malos por lo ocurrido con mi padre. Ahora el pueblo y la humanidad están en peligro sin la protección de los Karlsson.

Asa se burla.

—Demasiado tarde. Lárgate por dónde viniste, hijo de puta. Hazlo rápido si valoras tu patética vida humana.

Melissa rueda los ojos y los demás observamos el intercambio.

—Austin no es el problema, ¿pero saben quiénes sí? El maldito pueblo. Estarán aquí pronto para quemarnos con sus antorchas.

Mila evoca un suspiro de resignación y Josh la rodea con un brazo.

Están aquí —corrige.

La oscuridad cubre la fortaleza, pero después es iluminada por antorchas, gritos y una multitud furiosa dispuesta a matarnos.

Oh, mierda.

La noche será muy larga.

💚

Ronan.

Desde el día que Allison entró en coma he fingido que estoy bien y traté de llevar la situación de la mejor manera posible. Recurrimos a la diosa luna, buscamos ayudas de criaturas que no forman parte de este mundo como Serenity. Borna vino desde Arkos para tratar de derrotar a Catalina y no funcionó.

Nada.

Estoy agotado y aburrido del fracaso.

No me quedaré quieto mientras Allison muere lentamente. Usé varias estrategias, traté de mantener la fe y nada dio resultado. ¿Por qué seguí intentándolo a pesar de que sabía lo que pasaría? Camino hasta el centro del caos, mis piernas sin detenerse. El humo salta de mis dedos y mi visión está desenfocada.

Responderá a mi llamado.

Sé que sí.

—No tan rápido —La voz de Asher frena mis pasos y la tensión se arrastra a mi cuello —. No irás a ningún lado sin mí.

Los músculos de mi cuerpo se ponen rígidos por su presencia. No puede estar aquí.

—Vete —Le pido —. Necesito hacer esto solo.

Se interpone en mi camino con determinación. Él no me dejará ir si no le doy un buen motivo.

—¿Hacer qué? —indaga —. No tienes un rumbo fijo, ¿o sí?

Lo miro con la ira invadiéndome las venas. Es un error que esté aquí y demasiado peligroso. No arriesgaré su vida.

—Sé lo que hago. Vuelve con tu familia, Asher. Ellos te necesitan mucho más que yo. Largo.

Sus ojos avellanas resplandecen en la oscuridad y permanecemos de pie a pesar de la lluvia ligera que cae del cielo.

—Dime qué diablos está sucediendo. No me iré de aquí.

Cierro los ojos.

—Nunca lo aprobarías.

—Dime —insiste.

Me trago la emoción amarga y agria que pasa por mi lengua. Probablemente será la última vez que lo vea.

—Haré un trato con él —murmuro, mi voz áspera y grave —. Prometió acabar con Catalina y lo hará. Es el único que puede.

La cara de Asher es una de conmoción que no estaba listo para ver.

—Tu padre.

Odio como suena.

—Sí.

—¿A cambio de qué?

Mis labios tiemblan y mi piel es abordada por los escalofríos a causa del frío.

—No quieres saber.

Paso por su lado, pero atrapa mi brazo.

—¡¿A cambio de qué?! —insiste.

Exploto.

—¡Irme con él al reino de sombras y olvidar todo lo que soy! —Mi respiración sale jadeante y mi visión se vuelve borrosa por las lágrimas acumuladas —. Soy su heredero y quiere que ocupe el trono. No hay lugar para Allison y tengo que olvidarla para siempre.

Asher hace una pausa para recuperar la compostura, y cuando vuelve a hablar, su voz ha adquirido ese tono distante.

—Allison nunca me perdonará si se entera que no te detuve.

—Allison no está aquí para impedirlo. Piensa, Asher —Lo observo fijamente —. Recuperarás a tu hija y Catalina al fin morirá. Ya no será un problema en la vida de tu familia. Es lo que siempre quisiste, ¿no? Cuando ella cumplió diez años deseó ser una niña normal y celebrar sus cumpleaños sin ningún miedo. Allie quería ser contenida durante las noches cuando había tormentas, pero no podía.

Su cara es una de sufrimiento y pesar. No quiere dejarme ir, pero Allison es su hija y aceptará cualquier cosa para verla libre.

—No hagas eso conmigo, no te atrevas a manipularme.

Mi sonrisa es triste.

—Sin Catalina podrá hacer las cosas que siempre quiso.

Asher niega.

—No sobrevivirá sin ti.

—Ella es una mujer fuerte y saldrá adelante sola. Ya no soportará que la bruja envenene su cuerpo. Tendrá un descanso.

Me mira abatido.

—¿Qué hay de ti?

—Estaré bien —Trago el nudo en mi garganta —. Adiós, Asher. Fuiste el padre que nunca tuve ni tendré.

Y cuando le doy la espalda para caminar en la silenciosa carretera no me detiene esta vez.

💚

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