Presiono una mano sobre mi corazón mientras veo a mi padre ponerse de cuclillas frente a él. Escucho a Amy jugar con mi abuela en la sala. Me reconforta que ella solo sea una niña y no cause tantos problemas. Mis padres tienen suficiente conmigo y ahora Aden.

—Lo sé, mamá —responde Aden en voz baja.

Papá aclara su garganta antes de hablar.

—Sé que las circunstancias te llevaron a esto y te prometo que pondré lo mejor de mí para que nunca más te sientas solo —Mi padre levanta su puño y choca con el de Aden —. Pero tienes que ayudarnos, campeón. Vas a decirnos cuando algo va mal, ¿de acuerdo? No finjas que eres feliz y estás bien.

Aden parpadea con los ojos llorosos.

—No quiero ser una molestia.

Mamá lo abraza y besa su cabeza. El cuerpo de mi hermano se afloja por completo y permite que mamá lo consienta como debe ser. Él es un niño. ¿Cómo puede creer que sería una molestia?

—Tú jamás serás una molestia, cariño. Eres mi bebé, no me molestará saber qué sucede contigo. Nos importas muchísimo. Tú eres importante como Amy o Allie. Te queremos hasta el infinito y más allá.

Aden sonríe.

—¿Hasta el infinito y más allá?

—Sí —afirma papá —. Quiero que vuelva a ser como antes y me digas hasta cuando te tiras gases.

La cara de Aden se sonroja.

—¡Papá!

Mamá los acompaña en el coro de risas.

—¿Qué? —Se burla papá —. ¿Ahora tienes vergüenza? Te cambié los pañales desde que fuiste un bebé y cagaste sobre mí varias veces. Conozco cada parte de ti, Aden. Sé que eres un hombrecito inteligente, bondadoso, buen hermano y un hijo ejemplar.

Aden no suelta a mamá quien mantiene los ojos cerrados y continúa abrazándolo.

—¿Lo soy?

—Por supuesto que sí —afirma mi padre —. Tú no eres como los otros niños. Tienes algo en ti que te hace muy especial.

Mi hermanito levanta la palma de su mano derecha dónde una pequeña bola de agua se forma. Él a diferencia de mí, no utiliza el fuego. Se siente más cercano al agua lo cual es grandioso. Me pregunto cuál será la marca de Amy cuando crezca.

—Y por esa razón ella me quiere —dice Aden.

Cierro mis manos en puños, sintiendo la sensación de terror apoderándose de mí. Solo recordar los gritos de Ronan cuando tocó a esa fantasma me eriza la piel. No es Georgie, pero eso no quita el hecho de que Mary también es muy peligrosa.

Estamos lidiando con dos Poltergeist a partir de este instante.

—Sí, pero tú no permitirás que ella te aleje de nosotros —Mamá acuna el rostro de mi hermano en un gesto de desesperación —. Júrame que jamás va a separarnos, Aden.

La bola de agua revienta y moja la camisa de mi padre. Casi me río, pero estamos en un momento serio. Necesito escuchar la respuesta de Aden tanto como mamá. Yo tampoco podría vivir si esa fantasma desalmada nos alejó porque él se sentía solo por mi culpa.

—No voy a permitir que nos separe —habla Aden con la voz temblorosa —. Quiero terminar la primaria, cambiar de forma, aprender a ser un buen hombre como papá, protegerte, molestar a Allie y Amy.

Limpio el borde de mis ojos.

—Oye, mocoso —bromeo —. Tus metas respecto a mí deberían ser muy diferentes.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora