Lazos Malignos

Capítulo 30 ✴

Mi corazón está a punto de estallar en el acto.

—No me parece justo que arriesgue su vida por mí —musito.

Raven sonríe.

—Logan está haciendo esto porque es lo correcto, Allie. Quiere salvar la vida de muchas personas y la tuya también.

Las lágrimas me escocen los ojos. Estoy muy agotada, hoy fue un día de mierda. Descubrimos a la fantasma que acosa a Aden, mi discusión con Ronan y ahora esto. ¡Olvidé mencionar mi drama con Catalina!

—Gracias por decírmelo —musito —. Y no dudes en acudir a mí si necesitas algo. ¿Logan tiene dónde quedarse?

Raven muerde el interior de su mejilla.

—Uh... no —dice —. Su vida está en peligro y lo adecuado sería ayudarlo.

Lucho para que el pánico no se apodere de mí, pero es inevitable. ¿Tendremos que alojarlo aquí? Ay, mierda...

—Hablaré con mis padres. Ellos sabrán qué hacer en una situación como esta.

Raven asiente.

—Logan está pasando un momento muy difícil. No debemos darle la espalda.

—Lo sé.

Raven besa mi mejilla antes de dirigirse a la puerta.

—Mereces ser amada cada segundo de tu vida —me sonríe —. Nunca creas que no vales la pena. Eres muy valiosa, Allison.

Le doy una media sonrisa.

—Te quiero.

Me lanza un beso con la mano.

—Y yo a ti.

Raven se retira y Annie se acurruca cerca de mis pies en la cama. Me pregunto qué rumbo tomará mi vida a partir de ahora. Sé que tengo la fuerza suficiente, pero no la certeza de hasta cuando soportaré. El agujero dónde estoy metida es muy profunda al igual que el dolor en mi corazón.

💚

Me detengo frente a la puerta de Aden que se encuentra abierta. Mis padres están con él, teniendo una seria conversación. El momento familiar me conmueve, nada volvió a ser lo mismo desde que abandonamos nuestra casa de Canadá. Puedo entender perfectamente por qué razón mis padres no permitieron que pase mi infancia aquí.

New Hope significa desgracias y dolor.

—Me contó un pajarito que andas deprimido —empieza mamá.

Mi pequeño hermano apaga el vídeo juego y observa a ambos con cautela. Papá permanece serio y en silencio. No muestra sus emociones, pero sé que también está sufriendo.

—No me hables como si fuera un bebé, mamá. Tengo nueve años.

Los ojos verdes de mamá parpadean para alejar sus lágrimas. Me trago el dolor que crece en mi garganta. No soporto que sufra, ella merece nada más que amor en este mundo.

—Tú siempre serás mi bebé, Aden.

No necesito ser adivina para saber qué pasa por la mente de mi madre. Ella no superará la culpa por haber descuidado a mi hermano. Sé que esta situación le recuerda todo lo que ha vivido con mi tío Theodore. Lo perdió cuando era solo un niño. Theo murió por culpa de aquellos que querían apoderarse de su alma y sus dones.

Era un niño inocente y le arrebataron las posibilidades de vivir.

No quiero lo mismo para Aden.

—Mi deber como madre es protegerte, amarte y abogar por tu seguridad siempre —musita mamá —. Lamento muchísimo que lo hayas buscado en alguien más, Aden. Nunca quise que te sintieras así.