Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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El sillón donde estaba sentada de pronto se hizo mas incómodo quizás por la aguda mirada de Shura sobre ella pero por más que quería bajar la mirada un poco, se mantuvo impasible con la espalda recta aunque aquello denotara qué tan tensa se sentía. Lo más desconcertante es que ni ella misma sabía qué era lo que temía realmente aunque quizás era que Shura pudiese hablar en el Vaticano de lo que Kaede había estado haciendo esos meses donde quizás no había acatado con exactitud precisamente las condiciones de su estadía.
Principalmente, Shura había comentado que era grave el que la existencia de Rin hubiese estado permaneciendo totalmente oculta y que se había ofrecido a ayudarle a entrenarlo ya que el chico no parecía tener las habilidades necesarias para defenderse adecuadamente, menos para proteger la kurikara, la cual permanecía en poder de la exorcista de alto rango hasta considerara que él pudiese protegerla. Hasta el momento no habían mencionado nada de ella.
—Retrasaré mi reporte a mis superiores, sin embargo, seguiré observando a Okumura Rin—había anunciado Shura—. Debido a eso, me gustaría que prepararas un lugar para mí aquí.
—Es muy tranquilizante para mí saber que una Exorcista de alto rango se quedará aquí —declaró Mephisto aun sonriente en su estrafalario sillón.
—Entonces pasemos al tema de esta chiquilla—sentenció la de cabellos rojos y rubios volteándose a mirarla ligeramente —. Apenas has dicho una palabra, Takahashi Kaede, cualquiera diría que pareces estar consciente de que estas en una posición peligrosa si no tienes el mínimo disimulo ni prudencia.
—Kaede-chan no ha hecho nada que yo no haya permitido —expuso Mephisto con una ligera risa—. Debe estar bastante consciente de las consecuencias que traen sus comportamientos erráticos.
—Agradecería si pudieran dejar de hablar de mí como si fuera una niña—se manifestó Kaede tomando aire para hablar—. Si en algún momento he actuado por cuenta propia he hecho lo posible para que no se me exponga en mi condición sobrehumana.
—¡Ja! ¡tan pragmática y textual como siempre! —se rió Shura cruzando las piernas en otra posición —. No has cambiado un pelo ¿debería cuestionar si ha hecho algún cambio significativo en el comportamiento de ella al menos, Pheles?
—No pienso tomar los riesgos de el Vaticano y en vista de su experimento fallido he decidido yo hacer el experimento a mi manera—explicó el de extravagante vestimenta cruzando las manos frente a él, lanzando una rápida mirada a la peliblanco—. Planeo conseguir lo que la rama Vaticana no pudo.
—Interesante teniendo en cuenta que su propio hermano fue el detonante de que se encuentre aquí.
—Kirigakure Shura-san, ya había expuesto que no quiero que hablen como si no estuviera aquí —recalcó la albina llenándose de un poco más de aplomo—. No creo que sea muy prudente de su parte que estemos tratando el tema de mi exilio a no ser que también haga parte de la investigación de la rama japonesa que en teoría trataba sobre Okumura Rin.
