Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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Un suspiro de fastidio de parte de Shura fue todo lo que la exorcista pudo hacer para quejarse de que desde que había llegado trabajos sencillos se convertían en deberes de vida o muerte y, en este caso, que un traidor de la Orden se hiciese con los Ojos del Rey Impuro no pintaba para nada bien aun si desconocía qué será exactamente lo que ocurriría una vez que ambos ojos se juntasen.
De alguna forma tenía la sensación de que alguna pieza más hacia falta dentro de todo aquel teatro que se estaba montando pero suponía que hasta no hablar directamente con el mandamás de la sucursal y el resto del equipo de exorcistas no estaría segura de qué más podía estar ocurriendo allí. Todo parecia tan sospechoso y le preocupaba que la situación de Rin empeorara y decidieran ejecutarlo, las cosas podían complicarse aun mas esa noche.
Aunque quizás Luca tenía razón y habian motivos para temer por Kaede, ella podría haber pasado por una experiencia donde se le bajaron mucho los humos aun si acabase por terminar repitiendo su formación como exorcista, pero ella no dejaba de ser alguien inmadura e impulsiva que milagrosamente no había tenido mayores consecuencias por sus arranques de locura donde se lanzaba sin pensarlo más allá de heridas graves que acababan sanando por su curación demoníaca. Le preocupaba que ella pudiese hacer alguna locura cuando de Rin se tratase porque sus reacciones desmedidas podian amenazar con arruinar cualquier plan que tuviesen.
Si Luca no la encontraba ella por lo menos debería localizarla también y mantenerla controlada sin comprometer a Yukio.
Sabia que ella y Yukio habían tenido algunos roces y no le importaria lo mas minimo si no fuese porque se trataba de Kaede, y podía venir un gran berrinche si surgía alguna discusión entre los dos. Además de que lo que le había contado del extraño que había estado atacándola en las oportunidades donde la encontraba desprotegida le daba cierta inquietud ¿podrían aquello estar relacionado con el robo de los Ojos del Rey Impuro? ¿y qué tendría que ver Kaede con todo aquello? No sabía y era por ello que lo mejor era localizarla y mantenerla cerca solo por precaución.
Pese a que esperaba mantenerse lo más optimista posible no podía negar que la detención de Rin no era para nada una buena señal y aunque asumiría su deber de acatar ordenes si se llegaba al veredicto de que debía ser ejecutado no podía evitar sentir cierta pena por el chico, era alguien que se dejaba llevar muy fácil por sus emociones y en su condición era algo que le jugaba muy en contra. Realmente no sabía cómo se lo tomaría Yukio, y hablando del rey de Roma...
—¡Yukio! ¿qué haces aquí? —habló la exorcista al ver al chico de gafas acercarse junto a su equipo al parecer recién llegando de la misión que tenían por su lado.
—Había interferencias, no podíamos contactar con nadie y vinimos aquí directamente —explicó Yukio concisamente—. ¿Cuáles son los problemas que mencionaste?
La de ojos violetas de pronto empezó a buscar la mejor forma de explicarlo sin que sonara a que todo iba mal—. Ah verás...
—Tarsem Mahal—se presentó de pronto uno de los exorcistas cortando aquella conversación para alivio de la mujer—. Soy el capitán del escuadrón para recuperar el Ojo Izquierdo.
