042. ¡Vamos a Kyoto!

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Luego de todos aquellos acontecimientos la relativa calma cayó como un día soleado después de una tormenta pero con todavía unas nubes amenazando un aguacero

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Luego de todos aquellos acontecimientos la relativa calma cayó como un día soleado después de una tormenta pero con todavía unas nubes amenazando un aguacero.  Kaede terminó de abrocharse su camisa arreglando su falda y se colgó su bolso pero no muy segura de que podía sentirse tranquila. No necesitaba sondear a profundidad a Yukio para notar que algo no estaba bien pues había notado su empeño en poner distancia entre ambos al evadirla cada vez que podía y responder de forma supremamente cortante a cualquier intento de parte de la chica por entablar conversación.

¿Estaba desanimada con aquella situación?  Obviamente que sí ¿tenía forma de saber qué lo empezó y cómo solucionarlo?  No.

En medio de su desanimo solo se le ocurrió pensar que lo más lógico era que en realidad no se había tomado tan bien como había pensado la idea de haberle estado mintiendo todo aquel tiempo y estuviera actuando como si nada.  Era algo que la confundía terriblemente porque recordaba las palabras amable del exorcista cuando la acompañó y la escuchó contar su historia bastante afectada en su miedo de que él se alejara,  y no entendía por qué en ese momento estaba haciendo justamente lo que le había dicho que no hiciera.

Solo te pido que no me alejes—suplicó Kaede con un semblante algo temeroso— . Por favor,  Yukio.

El aludido dejó un beso en la frente de la chica —. No lo haré

—Mentiroso—rechisto Kaede frunciendo el ceño con un vacío en su pecho que solo hizo que se sintiera aún más desganada antes de salir de su habitación.


No iba a tomarse la molestia de explicar a detalle sobre su recuperación tan rápida luego de haber sido atravesada con una espada demoníaca,  pero era consciente de que no hacía falta pues de todos modos todos debían estar mínimamente enterados de lo que ocurría con ella pues admitía que todos eran lo bastante perceptivos para adivinar que ella no era alguien común.  Quizás diera explicaciones más adelante.

—Con permiso.. —musitó la albina con apenas fuerzas entrando al salón pero procurando no dejarse ver demasiado acabada.

Nunca antes había querido tanto no venir a clases como hoy,  pensó en lo que se limitaba a ocupar su puesto indiferentemente de si Suguro estaba al lado tratando e ignorar las miradas.

—Tienes mala cara—comentó Suguro apenas unos segundos después de que Kaede se sentara

—Como si tu te vieras hermoso.

—Di tu excusa por reposo en las clases para la licencia pero debemos ponernos al día,  Takahashi—anunció el de cabello teñido cruzado de brazos.

—Bon ¿sabes que eres un amor de persona y te admiro?

—¡Convenenciera! —se indignó el chico antes de tomar una posición más seria—. Y a todas estas ¿al final vas a explicar qué eres en realidad?

Kaede No Himitsu | Ao No Exorcist Fanfic |Where stories live. Discover now