Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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La tormenta de miasma que se desarrollaba dentro de la barrera le estaba impidiendo a Rin avanzar hacia el giganteasco demonio que estaba enfrente por no mencionar que también se le habia pegado el putrefacto material en los pies, aunque quizás necesitara algo más que un plan brillante sino mas bien un milagro si no lograba desenvainar la espada en los próximos segundos. Suguro aun estaba frente al Rey Impuro en un esfuerzo sobrehumano para que la barrera no cayera pero todo estaría perdido si Rin no llegaba a tiempo.
Mientras tanto, Bon se esforzó tanto como pudo para mantenerse con el sello de tierra e invocó a Karura esperando ganar tiempo. El demonio de fuego se materializó a su alrededor creando a su alrededor una columna de fuego que impidió que el Rey Impuro siguiera su paso retrocediendo con un gutural gruñido asi como también apartó parte del miasma, aunque el muchacho no pudo contentarse con eso pues su energía seguía drenándose a pasos agigantados en lo que trataba de mantener la barrera y la protección contra el Rey Impuro.
—Logramos contener al Rey Impuro, pero mantener esos dos sellos te agotará—habló Karura—. Prepárate.
Bon tosió sucumbiendo a los síntomas de la exposición del miasma y detrás de él se escucharon los pasos de Rin, quien ya podía acercarse sin la cantidad exorbitante de miasma.
—¿Estas bien, Suguro? —preguntó el portador de la kurikara junto a Kuro plantándose frente a él —. ¿Que hiciste?
—Debilité ligeramente la barrera para proteger a Ryuji—respondió Karura esta vez—. Si cae el que la crea, la barrera caerá con él... el Rey Impuro se ve atraído por la fuerza vital, pero es débil al fuego asi que esto hara que no se nos acerque.
Rin se mostró un poco entusiasta—. Entonces...
—Pero a cambio, puede que la barrera solo aguante 15 minutos—repuso Suguro con voz ahogada.
—¿Solo 15 minutos? ¿por qué? —Mi cuerpo esta al límite, no se si aguantaré tanto —explicó Bon con seriedad—. Parece que Koneko y Shima no llegaron a tiempo, espero que todos estén bien.
—¡Claro que están bien! —exclamó Rin antes de que surgiera repentinamente el Rey Impuro detrás de él agarrándolo.
—¡Rin! —exclamó Kuro antes de lanzarse a atacar al putrefacto demonio logrando morderlo y colgarse de él.
—¡Kuro! ¡detente! ¡déjalo!
El Rey Impuro de pronto expulsó un potente miasma hacia el espíritu de gato hasta que Kuro se vio envuelto en aquella masa grisácea y cayó pesadamente.
—¡Kuro! —vociferó el pelinegro volviéndose hacia el demonio con rabia volviendo a intentar desenvainar la espada con todas sus fuerzas—. ¡Maldito seas!
No puede ser ¿por qué ni siquiera ahora puedo desenvainarla?, se preguntó Rin realmente frustrado luego de intentar durante varios segundos desenvainar la espada al punto que sentía que sus músculos no iban a poder y parecía que ni siquiera su fuerza de voluntad era suficiente por más que se esforzara.
