Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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Los dos adolescentes dieron un par de pasos hacia atrás tratando de meditar las opciones que tenían pero era difícil pensar con tal agotamiento y habiendo sido atrapados sin estar en absoluto preparados para algo como eso. Aunque no tuvieron mucho tiempo para pensarlo pues rápidamente uno de ellos se adelantó a una velocidad de vértigo abalanzándose sobre Yukio y aterrizando a un lado en cuanto esté le disparó en varias ocasiones.
No obstante otro de ellos le ganó la mano al exorcista logrando derribarlo al resistir las balas mientras el por lo que Kaede no pensó en quedarse sin hacer nada y con toda la rapidez que pudo se hizo con el arma que Yukio soltó por el impactó y disparó en repetidas ocasiones a la cabeza del demonio tirada en el suelo.
El cerbero volvió a dirigir su atención a ella pero Kaede podía percibir que estaba débil así que continuó disparando con el demonio corriendo hacia la peliblanco. Sin embargo, en un momento dado escuchó el inconfundible "clic" de una pistola descargada y sintió que el mundo se le venía abajo.
—Desde tiempos remotos...el pedernal de la discordia—empezó una voz masculina en italiano muy familiar para Kaede—. ¡Aplacó la soberbia del Titán!
Con un estridente sonido de un poderoso filo, Luca hizo aparición en su campo de visión empuñando su magnífica hoz, cuya hoja estaba iluminada en una brillante luz carmesí que provenía de tres incrustaciones en el extremo superior. Con un movimiento limpio, la hoz lanzó un corte que partió en dos al cerbero logrando desaparecerlo y con otros tres ataques más derrotó otro par de cerberos en lo que otros cinco exorcistas se hacían cargo del resto de los cerberos ante la mirada entre aliviada y consternada e Yukio y Kaede.
El de gafas rápidamente recuperó la compostura acercándose a Kaede y ayudándola a levantarse.
—¿Dónde aprendiste a disparar? —preguntó el castaño esforzándose por no mostrarse demasiado sorprendido. Ella tragó saliva con nerviosismo mientras pensaba que decir optando por la verdad a medias al final.
—Mi padre me dio unas clases...hace poco, pero no pensé que realmente iba a servirme de mucho alguna vez—respondió Kaede colocando su mejor máscara de sensatez .
—Pues a tu favor diré que tienes bastante buena puntería, hiciste bien en elegir Dragoon como tu Maister—comentó Yukio sonriendo frente a Kaede, quien le devolvió la sonrisa con algo de ironía escondida —. ¿No te lastimaste en algún lado?
A decir verdad no, pero como que prefiero que sigas siendo así de lindo conmigo, cuatro ojos metiche.
—Algún que otro raspón, supongo, pero nada grave—respondió Kaede con un inexplicable rubor en las mejillas, de verdad que no entendía de qué iba ese día —. Pues de simple salida a pelear con cerberos ¿quien diría que hoy sería un día tan emocionante?
—Que espero no se repita, no se supone que bajo mi cargo esté permitiendo que te expongas de esa forma al peligro— habló Yukio acomodándose las gafas y volviendo a su faceta de "Exorcista súper profesional".
