Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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Desde que Yukio podía recordar siempre había idolatrado a su hermano. Para él, Rin era todo lo que esperaba ser algún dia, él añoraba llegar a ser tan lanzado y arrojado para hacer las cosas que queria sin detenerse a pensarlo ¿por qué él siempre tenía que pensar las cosas una y otra vez antes de hacer algo? ¿por qué siempre su cobardía e inseguridad lo empujaban hacia atrás? Por esas razones era que los demás parecían encontrar diversión en molestarlo cuando eran niños, a diferencia de Rin quien no lo pensaba antes de repartir golpes a diestra y siniestra.
¿Por qué él no podía ser fuerte como Rin?
Habian varios momento de su vida donde la diferencia entre hermanos era demasiado notable para su gusto, como cuando eran niños y habian encontrado un cachorro en una caja por lo que habian decidido llevárselo al monasterio. Apenas le habian servido un poco de leche, Shiro Fujimoto les había indicado que no podian tenerlo alli dado a que era una responsabilidad para la que dos niños no estaban preparados y lo dio en adopción en una familia que asistía a la iglesia como regalo al hijo de la pareja.
Fue probablemente uno de los dias donde Yukio mas habia llorado cuando era niño ante su rota ilusión de haberse encariñado con la idea de tener una mascota , pero su hermano lo tomó de forma muy diferente pese a haber sido el primero en haber hecho el berrinche por no poder tener el cachorro.
—¡Adiós! ¡cuídate! —había exclamado Rin despidiéndose del perrito con una sonrisa.
Pero en la medida que idolatraba a su hermano no podía evitar pensar que era injusto la forma en que su hemano no se daba cuenta de que él era todo lo que Yukio deseaba llegar a ser, al punto que le daba rabia verse rebajado en cuanto Rin buscaba ayudarlo todo el tiempo.
—¡No te pedí ayuda! ¡déjame tranquilo! —había reclamado él mismo un dia en que Rin había alejado a los matones que siempre estaban molestándolo, fruto de su frustración de siempre tener que ser salvado por su hermano mayor.
Sin embargo, no importaba cuánto podía llegar a despreciar aquella buena intención porque de todos modos Rin nunca se enfadó con él ni dejó de tratarlo como a un hermano. Sin importar cuantas veces podía incluso quedarse con el mérito de cosas que él hacía, incluso si explicaba que no fue cosa suya, a Rin jamás le importó y tampoco se enojó o se enfadó con èl en lo más mínimo. Pero para Yukio era completamente distinto.
»Eres mi mejor amigo y por nada en el mundo te mentiría"
»Pero si tienes la idea, mejor conviértete en exorcista y que seas tú quien me proteja de los demonios.
»Ella me lo había contado hace un tiempo, pero me dijo que le guardara el secreto hasta que pudiese contártelo todo porque me prometió que solo necesitaba sentirse preparada ¡no tienes idea de lo que me costó cerrar la boca!
»...entonces ¿por qué hasta ahora me dices que en realidad estas enfadado?"
A la vez que idolatraba a su hermano no podia evitar pensar que siempre durante todos aquellos años, le había tenido rabia. ¿Por qué él debia ser quien debia guardarse todo solo porque estaba frustrado? ¿por qué no podía ser como Rin?
