013. ¡No es una cita!

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Volvía a ser una tarde cualquiera en la que Yukio y Kaede con siete años de edad estaban en su caseta del tobogán rojo como de costumbre,  perdidos en aquellas charlas que solo unos niños como ellos podían mantener,  hasta que la pregunta del mill...

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Volvía a ser una tarde cualquiera en la que Yukio y Kaede con siete años de edad estaban en su caseta del tobogán rojo como de costumbre,  perdidos en aquellas charlas que solo unos niños como ellos podían mantener,  hasta que la pregunta del millón surgió de los labios del pequeño de grandes gafas en un murmullo curioso pero suave.

—Kaede-chan ¿p-por qué tu cabello es...así?

Y quizás en ese entonces,  la pequeña albina no debía conocer el verdadero origen de su extraño aspecto.  Pero lo sabía.  Y tenía claro que no podía decirle la verdad a nadie,  mucho menos a Yukio,  porque no quería que él le temiera solo por lo que era.  Ella no tenía la culpa de haber nacido así pero por desgracia tenía que pagar un precio por ello.

Y ese precio había sido el vivir con una mentira y ser mentirosa desde muy niña.

—Mi padre me contó que un demonio quiso poseerme cuando era bebé pero no lo consiguió a del todo aunque me dejó secuelas físicas que puedes ver en el color de mi cabello e incluso mi ojo izquierdo—respondió Kaede obedeciendo al argumento que le escuchó decir a su padre en una ocasión a otro exorcista—. Nunca le he contado esto a nadie porque mi papá no me lo permite.  Pero confío en ti,  Yukio.

El pequeño de ojos azules la observó asombrado en lo que sus mejillas eran teñidas por un débil color rosado ante lo último que dijo la del mechón verde,  puesto que Kaede no era una niña que dijera cosas tan emocionales a diestra y siniestra por lo que para Yukio era motivo más que suficiente para sentirse enternecido.

—Kaede...

—No me digas nada,  cuatro ojos—interrumpió la albina alzando su naricilla altiva—. Sé que suena raro pero si ya viste mi ojo izquierdo pues creo que el que sepas por qué es así no te dará tanto miedo.

Yukio tragó saliva y no,  no sentiría miedo por ella porque era su amiga,  pero de alguna forma saber de dónde provenía el que Kaede fuera así le intimidaba un poco porque no esperaba que realmente ella tuviera algo intrínsecamente demoníaco.

—Entonces...tu ojo rojo no es heterocromia ¿cierto? —se atrevió a preguntar sintiéndose aldo decepcionado de que ella le hubiese dicho algo distinto.

—En parte,  Yukio—corroboró la de cabello blanco con seguridad—. Es una heterocromia producto de una posesión fallida,  así que no creas que te mentí.

—Tú eres mi amiga ¿cierto? —quiso saber el ojiazul algo inseguro—. Y nunca me mentirías ¿verdad?

La pequeña Kaede lo miró con seriedad.

—Eres mi mejor amigo y por nada en el mundo te mentiría.

Y en ese entonces,  Yukio le creyó.



Kaede No Himitsu | Ao No Exorcist Fanfic |Where stories live. Discover now