071. Tan cerca y tan lejos

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Sintiendo que finalmente podría dedicarle tiempo a poner en orden sus ideas,  Kaede se dejó caer en la cama con su bolso de viaje abierto y con todavía cosas por sacar y organizar pero era algo que podía hacer luego de descansar un poco pues quiza...

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Sintiendo que finalmente podría dedicarle tiempo a poner en orden sus ideas,  Kaede se dejó caer en la cama con su bolso de viaje abierto y con todavía cosas por sacar y organizar pero era algo que podía hacer luego de descansar un poco pues quizas no había podido hacerlo apropiadamente desde que había llegado a Kyoto. El sol iluminaba la habitación con una calidez que ella no sentía,  y por lo cual se cubrió los ojos con el brazo dejándose llevar por la desolación que abrumaba su corazón.

«¿Tú crees que pudo haber ocurrido en realidad?»

Mi padre no pudo haberme hecho algo tan horrible,  pensó en lo que intentaba con todas sus fuerzas convencerse de que debía haber otra explicación pero,  para su terrible sorpresa,  se descubrió una punzada en el pecho que parecía indicarle que aquello no era cierto y que debía resignarse a que aquellos recuerdos existían en realidad.

—Supongo que Raiden fue un buen padre,  entonces.

—Fue el mejor padre que hubiera podido tener.

—¿Realmente lo fue?

Pero si yo fui su hija,  suplicó Kaede interiormente en lo que se cubría el rostro con ambas manos y se echaba a llorar de la más pura e intensa desesperación al no poder explicar lo que estaba pasando con su memoria sin caer en la conclusión de que estaba haciendo falta un gran pedazo de sus recuerdos que involucraba a su padre. Realmente no quería tener que hacerse a la idea de que en algún momento de su vida su padre pudo haber llegado a maltratarla,  pues sabía que él había sido quizás demasiado exigente con su entrenamiento como exorcista pero era todo para que ella fuera la mejor.
 
Raiden Takahashi no pudo haber sido del tipo de padre que maltrataba a su unica hija,  o al menos eso era de lo que estaba tratando de convencerse sollozando contra la almohada.









Podría decirse que más allá de todo el cansancio mental y emocional que había estado experimentando nada había cambiado demasiado para Kaede.  Apenas llegó se ocupó de asuntos del club pues aun estaban decidiendo las propuestas finales para el stand que les permitiría ser reconocidos como un club oficial de la Academia de la Verdadera Cruz. Asimismo,  siguió asistiendo con Suguro, esta vez en horario matutino,  a las clases para el Maister Dragoon, donde estaban llegando afortunadamente a las últimas clases y luego ya podrían estar considerados como Exwire capacitados en manejo de armas de fuego.

—Creo que habíamos dejado en claro que te aceptamos tal como eres,  demonio número dos—le dijo Suguro mientras salían de clases al notar el sombrío semblante de la muchacha—. No pareces alguien emocionada por tener la licencia para portar armas de fuego.

—¿Se nota demasiado que me esta costando cargar con el peso de ser tan fabulosa? —inquirió Kaede de forma burlona tratando de mantener su ego en alto como siempre.

—¡¿A qué viene eso?!  ¡trato de ser comprensivo y solo eres repelente!

—¿Cómo que repelente?  ¿tanto te cuesta aceptar la realidad?

Kaede No Himitsu | Ao No Exorcist Fanfic |Where stories live. Discover now