Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Era increíble cómo una persona que era simplemente ingenua y capaz de ver la bondad en absolutamente todo cuanto la rodeaba podía hacerle cambiar incluso su ánimo pues después de dejar a Shiemi con su terquedad en seguir rrabajando, Kaede sintió que su mal humor se había disipado un poco. No sabía si en realidad daba la impresión de que fuese tan útil para Rin y Yukio pues solo trataba de cuidarlos como una amiga, pero no sentía que realmente fuera tan útil.
Empezando con la situación de ambos pues no podía decir que estuviesen en los mejores términos en ese momento dado a que sabía que Yukio estaba más que estresado ahora que se sabía que Rin poseía los poderes de Satanás. Por no mencionar que era aun peor el hecho de que Yukio tampoco parecía estar en buenos términos con ella luego de haberle revelado lo que era en realidad.
—Te aseguro que esperas muchas cosas en una salida casual pero jamás que tengas que pelear con perros demoníacos —comentó Kaede con una leve risa.
—¿También esperarías que estuviese a punto de besar a alguien? —cuestionó Yukio de repente tomando a Kaede desprevenida, prácticamente con la guardia baja.
Kaede tuvo que menear la cabeza en cuanto sintió que las mejillas se le coloraban recordando aquel primer beso que fue tan intenso que no parecía que hubiese sido con alguien totalmente inexperto. Le sorprendía la iniciativa que podía tener el joven exorcista en experimentar cosas nuevas, pero pronto decidió dejar de profundizar en esos pensamientos porque se sentía extraña de recordar las ocasiones en que se besaron estando en aquella situación.
No sabía exactamente si Yukio se sentía indignado o profundamente enojado de que ella le hubiese estado mintiendo todo ese tiempo pero por alguna razón aquello no le parecía muy lógico después de lo mucho que la intentó convencer de que la iba a comprender sin importar lo que pasara. Le era inverosímil creer que él le hubiese mentido pues era bastante más maduro que eso.
No voy a parar a ningún lugar si sigo dándole vueltas a eso, pensó Kaede suspirando en lo que se disponía a seguir manteniendo las distancias necesarias si lo que necesitabas Yukio era más tiempo para asimilar. Aunque no sabía si podría con la idea de que él quizás podría estar odiándola.
—Kaede-san.
La aludida de volteó encontrando en uno de los pasillos del recinto a Luca—. Buenos días.
—Justamente andaba buscándote —sonrió el exorcista acercándose —. Creo que no debes haber olvidado lo que teníamos pendiente.
—La medicina ¿no?
—Si no estas muy ocupada ahora, claro está...
—Descuida, mejor acabemos con eso de una vez.
Luego de encontrar una habitación vacía donde probablemente nadie iba a entrar hasta que acabaran, Kaede solo se sentó en una silla que había en una esquina observando en silencio al rubio preparar la jeringa y la dosis correspondiente a ese día.dedicándole al tiempo una mirada cargada de incertidumbre pues no podía decir que desconfiaba de aquel hombre a quien había conocido durante su primera formación como exorcista, pero de pronto no le tentaba demasiado una solución dónde los resultados parecían increíblemente lejanos a comparación de la oferta que le estaba haciendo Shima . No podía decir que fuera confiable pero en ese momento nada parecía demasiado seguro como para confiarse mucho.Cuando Luca se dispuso a inyectar la dosis al tomar el brazo de Kaede, ella no pudo evitar expresar su inquietud al respecto.
