024. Memoria intermitente

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Un buen día de verano se lucía fuera de la ventana en todo su esplendor con el sol despejado y un brillante sol que dejaba a todos a merced de altas temperaturas

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Un buen día de verano se lucía fuera de la ventana en todo su esplendor con el sol despejado y un brillante sol que dejaba a todos a merced de altas temperaturas. El pequeño ventilador a duras penas alcanzaba a brindar algo de fresco a los tres jóvenes que estaban en la misma habitación. El menor de los Okumura se encontraba adelantando algunas tareas desde temprano, la albina estaba repasando algunos de sus apuntes para hacer ella misma sus tareas más luego, y el mayor de los Okumura se había quedado dormido con la cabeza apoyada sobre el libro de texto que estaba intentando leer para hacer su tarea también.  

—¿Cómo es posible que alguien duerma tanto? ¿Es narcoléptico?—se preguntó Kaede volteando a ver como el pelinegro nuevamente se quedaba dormido. 

—Empiezo a considerarlo una posibilidad—respondió Yukio sin voltearse a verlo—. Si no reacciona en dos minutos, por favor, despiértalo. 
La albina asintió con una leve risa en lo que usaba otras hojas de apuntes para echarse aire en lo que seguía leyendo. De alguna forma sentía que podía tratar de actuar de forma normal aun después de saber que su padecimiento podía ser algo grave, pues aunque tenía ciertas incertidumbres, de alguna manera poder celebrar su cumpleaños con los Okumura había logrado ponerla de bastante buen humor.
 
Se le hizo extraño de pronto no tener recuerdos de sus cumpleaños de la infancia pues podría asegurar que su padre le habría celebrado sus cumpleaños pero quizás su memoria no era tan buena como creía. Los cumpleaños que no olvidaban era cuando su equipo se reunía para festejarle el cumpleaños por la tradición de hacerlo con los cumpleaños de todos, y debía admitir que aquel cumpleaños que tuvo estando con los gemelos fue el que más había disfrutado. No podía negar que sin su padre era bastante triste festejar algo así, pero podía conocerlo lo suficiente para saber que él habría querido verla feliz. 

Desearía que estuvieras aquí y conocieras a mis nuevos amigos , pensó algo triste de pronto pero con una sensación amarga al pensarlo.  

Tratando de distraerse, solo picó varias veces la costilla de Rin. 

—Despierta…despierta… ¡Rin! 

—¡No se coman mi pedazo de pastel!—exclamó Rin cayendo del otro lado de la silla—. ¡Hey ¿p-por qué hiciste eso?! 

—A este ritmo morirás si duermes tanto, pedazo de narcoleptico—respondió la albina señalándole el libro abierto en el escritorio—. Venga, que no has hecho tareas en varios días. 

—Este no parece un día para solo hacer tareas—refunfuñó Rin en lo que dejaba escapar un bostezo y estirándose al levantarse del suelo—. ¿Saben qué? Mejor iré a la tienda a comprar algo dulce si quieren que siga despierto. 

—Si no es una molestia y si no te duermes en el camino te agradeceré que me traigas una botella de agua mineral—solicitó Yukio, tan sereno como de costumbre—. Solo espero que no se te olvide. 

—¡¿ Por quién me tomas?!—gruñó Rin mostrándose indignado—. No tengo memoria de pez o algo así. 

—Diría que te acompaño pero voy de salida—habló Kaede revisando un mensaje entrante de Luca y respondiendo rápidamente—. No me esperen temprano, iré con Luca. 

Kaede No Himitsu | Ao No Exorcist Fanfic |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora