Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Las llamas me van a engullir, se preocupó Rin en lo que mantenía el mismo nivel de las llamas sin afectar lo suficiente al Rey Impuro pues sentía que cada vez que alimentaba la hoguera color azul del extremo de la espada sentía que estaba a punto de perder el control. Era consciente de que si decidía liberar sus llamas del todo podía acabar incinerando toda la montaña junto al resto de personas que estaba allí pero aun así se suponia que el objetivo era derrotar al Rey Impuro, por lo que contenerse no tenía sentido y menos cuando toda su vida se había estado conteniendo. Suprimieron mi poder desde que nací y tuve que aguantarme.
Nunca más, ahora soy libre ¡lo destrozare todo!, se decidió sintiendo que drenaba todo el poder que habia estado conteniendo en aumentar la potencia de la hoguera siendo capaz de destruir lo que se interpusiera en su camino. Soy una bestia que lo abrasa todo ¡ese es mi verdadero yo!
«No das miedo»
Rin de pronto pareció reaccionar cuando a su mente vino la imagen de Shiemi recordando lo que le había dicho hace un rato cuando había ido a salvarlo de la celda de contención.
«¿Ves? No tengo ninguna quemadura, es gracias a ti»
Es verdad, todos confían en mi, recordó Rin en lo que nuevamente volvía a tener control de sí mismo pensando en que la unica razón por la que estaba allí en aquel momento fue por los demás que seguían luchando por sus vidas manteniendo la fe en que él era el único capaz de poder acabar con aquella amenaza, y él tenía que corresponder a aquella confianza que le había dado después de todo lo que habían arriesgado. No quiero decepcionarlos.
Y con una respiración profunda, Rin empuñó con fuerza su espada y dejó que las llamas azules se expandieran en todas su extensión no solo cubriendo al Rey Impuro sino también avanzando a un radio kilométrico de distancia abriéndose paso por toda la montaña.
Hace unos instantes, Shiemi había seguido intentando liberar a Izumo de aquel miasma recordando años como ayudante de una tienda de exorcismo para invocar todas las especies vegetales y plantas que funcionaban contra la putrefacción. A su mente vinieron los principales helechos y musgo que contrarrestaban la corrupción empezando por Marchantia polymorpha y anthocerotophyta y usando luego Psilotum , equiseto de invierno y ofioglosaceas en tanta cantidad como podía para debilitar aquella masa de miasma aun si la energía de ella misma empezaba a flanquear pues el tamaño de Nii-chan junto al poder de invocación que estaba usando parecía estar siendo mas de lo que ella podría aguantar por mucho tiempo.
¿Aguantará si usa tanto a un demonio? , pensó Izumo legítimamente preocupada por la rubia al verla que estaba visiblemente agotada y no era para menos pues la respiración agitada de la muchacha y el hecho de que sudaba copiosamente eran señales de que estaba siendo mas de lo que podía soportar y menos por la cantidad de miasma a la que se estaban enfrentando.
