Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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Cuando Kaede se tomó la medicina ,como estaba haciendo religiosamente desde hace un tiempo todas las noches, se le ocurrió hacer una breve revisión para comprobar que realmente podría haber alguna mejoría en su cuerpo y se quitó la camiseta. En medio de toda esa incertidumbre que estaba viviendo y el estrés que le producía pensar en tomar una decisión sobre la cura para su padecimiento, ver qué las manchas violetas que habían aparecido en su torso hace un par de meses ya no estaban y no había rastro alguno de ellas era un avance significativo. Empezó a comprender que quizás Luca tenía razón y llevaría su tiempo curarse totalmente pero quizás tenía alguna esperanza.
Supongo que algo es algo, pensó para reconfortarse un poco en lo que volvía a vestirse e ir a buscar un vaso de agua para poder dormir un poco pues quizás necesitaba descansar tanto como pudiera. Quizás si debió notar que todo estaba en una extraña calma pero en el momento no le pareció algo extraño, sino que solo llegó a la cocina aunque no esperaba encontrarse a Shiemi.
—Moriyama-san —pronunció la albina.
—Oh Takahashi-san ¿estas bien? —preguntó la ojiverde viéndola con una cálida sonrisa.
—En la medida de lo que cabe, me sorprende es que sigas trabajando.
—Bueno, no he querido quedarme solo haciendo nadas cuando podia ayudar—respondió la rubia viendo un tanto insegura a la albina—. ¿Necesitas algo, Takahashi-san?
—Ayudas demasiado, te desgastarás—replicó Kaede sirviéndose agua de una jarra.
—Pienso que es mejor pensar por el bienestar de otros, así me siento bien y si puedo sentirme útil.
—¿Defines tu sentido de realización ayudando a otros?
—Puede que sí pero si dice que el camino de un exorcista es duro, lo mejor es que vaya acostumbrándome.
La dulce sonrisa de Shiemi revolvía las entrañas de Kaede volviendo a sentirse culpable por haberse enojado con ella sin razón alguna, era alguien demasiado inocente para encontrarle alguna intención oculta . En ese momento se preguntó si ella misma podria verse siquiera la mitad de linda de lo que se veía la rubia al sonreír ¿la sonrisa de Kaede seria bonita?
—A mi me impresiona lo rápido que te curas, Kaede-san—comentó de pronto la rubia con la impresión de estar teniendo cuidado con lo que iba a decir—. La otra vez me di cuenta que tenías una herida muy fea, me preocupaba que no te podías recuperar pero estas perfectamente bien ¡me alegra mucho!
—Pues digamos que son ventajas sobre ser mitad demonio—respondió Kaede todavía un poco dudosa de hablar de ese tema como si nada—. Digamos que ya estoy curada gracias a eso.
—¿En serio? —preguntó Shiemi abriendo bastante los ojos—. Pero, no pareces igual que Rin...oh, perdón, no quise ser maleducada...
