I guess this is KARMA [2Jae]

短編: 悲劇的なラブレター

Durante el cumpleaños de mamá hubo la misma armonía que los años anteriores. Papá preparó su -supuestamente famosa- barbacoa de cerdo. Sentados alrededor de la mesa de la cocina, asábamos los trozos de panceta y carne de cerdo en la pequeña parrilla eléctrica. Una sopa de alga se hacía justo al lado en una estufa portátil de gas de un sólo quemador. 
Mis amigos visitaron a mi madre temprano para darle un par de regalos. Hyukwoo hyung es el único que se queda todo el día ya que los demás piensan que es una celebración meramente familiar.

Ella agradeció todos los regalos que recibió, pero -como muchas madres- nos dio el discurso de que el amor, la salud y la unión familiar es el mejor regalo que puede recibir. Obviamente lo decía mientras se colocaba los lindos pendientes verdes que papá le regaló a juego con un sencillo pero bonito collar con la misma pequeña piedra.

Hana también pasó a felicitarla, entregándole un bonito ramo de rosas. Dijo que su madre le enviaba buenos deseos y que quería conocer a su consuegra. Eso hizo a mamá emocionarse mucho. Internamente me desgastaba pensar en que sería la primera vez que uno de nosotros le presenta la familia de su pareja a mis padres. Como ya es obvio -y ha sido siempre- yo deseaba ser el primero en hacerlo. 

Pero no valía la pena entristecerse de nuevo.

Después de Navidad las cosas sólo fueron mejorando. Vi la nieve por primera vez en mucho tiempo. Hice un intercambio de regalos con mis amigos y horneé un pastel con mi familia en casa. 
Nada fuera de lo común.

En Nochevieja subí a mi habitación después de tomar una ducha. Mientras secaba mi cabello me paré sobre la cama de mi hermano para rebuscar en la litera de arriba mi playera que lancé antes de entrar al baño. Ahí fue cuando sentí una esquina del álbum con los dedos debajo de la manta.
Extrañamente las personas tenemos la sensación de que una vez que el año termine, el siguiente será una especie de página en blanco para escribir nuevamente nuestro destino. Para mí no era así, para mí era una oportunidad de tomar mejores decisiones y dejar que el "año pasado" se tragué todo lo que hice dejándome únicamente la experiencia. No quiero escribir mi destino como persona soñadora que no soy. Quiero tener la posibilidad de tomar buenas decisiones sin arrepentirme. Quiero poder usar esa página en blanco para organizar mi mente y tener los pies en la tierra.

Por eso decidí finalmente abrir ese álbum y dejar a Choi Youngjae dentro del año que estaba a menos de media hora de terminar.

Sentándome en la silla de llantitas cerca de la ventana que daba hacia la luna menguante y con bastante lentitud descubrí la primera página al pasar la pasta.
Sabía que lo que esperaba era dolor al ver una dedicatoria que tenía unas de sus palabras borrosas por efecto de gotas saladas que cayeron sobre ellas. Estaban secas, lógicamente, pero sus marcas de muerte ahí estaban perfectamente detalladas.

Solté una pesada bocanada de aire, apagué la luz de la habitación para dejar que la tenue iluminación de la sonrisa de la luna me guiara a través de esas tristes palabras y me dispuse a continuar con mi travesía.

"Porque no son los lugares, es la persona. A mi Jaebeom sunbaenim", decía debajo de lágrimas muertas. Supuse que debió de darle un vistazo al álbum antes de irse la primera vez. O hizo el álbum entre llantos. Sólo imaginarlo me hacía un nudo en la garganta y un hueco en el alma.

Las primeras dos páginas tenían cuatro instantáneas, dos en cada página, y junto a ellas una pequeña nota que tenía su desastrosa letra describiendo no la situación, si no lo que sintió en ellas, escrito en sencillas oraciones llenas de sentimientos amparados por las fechas y -sorpresivamente- la hora en la que sucedió cada encuentro.

La primera instantánea era una foto de la luna creciente, en las orillas de la imagen se veían los árboles y mi cabeza ya que la había tomado desde el suelo. Junto a la foto: "La luna no fue la única que sonrió esa noche".