二十八

57 14 6
                                    

—No quiero provocar más problemas a nadie —murmuró con su mirada concentrada en el movimiento de su café entre sus manos—. Shun-ah ha lidiado conmigo durante tanto tiempo que no deseo en absoluto continuar preocupándolo. Acabo de conocer a las chicas y no he hecho más que provocarles disgustos e inconvenientes.

Miré sus sedosos cabellos azules se recorrían hacia enfrente cada vez más conforme bajaba su cabeza a la par de las apagadas palabras que decía. 
Se escondía entre sus hombros y sorbía por su nariz tan despacio que parecía que mientras menos ruido hiciera menos repercutía su tristeza.
Sentado en el suelo del almacén de intendencia en la pared de atrás de la subdirección de la facultad, Choi Youngjae contraía su cuerpo lo máximo posible juntando sus rodillas al pecho sin derramar su vaso. Hecho bolita, como dicen por ahí. 

—Ya me perdonaste —dije con suavidad—, no hay más nada qué discutir.

—¿Y por qué peleamos tanto?

—Cosas inconclusas que han de seguir por ahí. ¿Sientes que aún hay algo que debas decirme?

Choi Youngjae se maquilla. No es algo exagerado, sólo alarga sus pequeños ojos. Un poco de sombra para ojos de tonos más oscuros de su color de piel aplicada en el rabillo, dónde los especialistas le llaman "V externa". Sus cejas ligeramente perfiladas y un poco oscurecidas. Su piel está algo más clara y sus labios tintados levemente.
Esos labios, esos temblorosos y suaves labios.

De cualquier modo, yo no lo miraba por su aspecto emperifollado precisamente. Sus ademanes y gestos hacían que por momentos yo estuviera junto a aquel adolescente de piel dorada, cabellos amarillos, cejas castañas y cara regordeta. 
En los momentos en que más vulnerabilidad expresaba su rostro era cuándo el Choi Youngjae que conocí era reconocible en él. 

Su actual aspecto no oculta lo que fue, y con algo de suerte, lo que sintió y siente.

—¿Hay algo que usted quiera decirme? —preguntó dándole la vuelta a mi cuestión inicial.

—Responde tú primero. 

Suspiró, perdiendo su mirada hacia enfrente como si estuviera buscando la respuesta en el aire. O quizá buscaba la forma de ordenar sus ideas.

—Me molesta que vaya a prestarle atención a esa chica. Yo lo vi llorar por las actitudes de su ex novia hace cuatro años y cómo lo destrozó al punto de prestarme atención a mí —soltó volviendo a su hostilidad.

—¿Qué te hace pensar que ella será igual? Además, que te quede claro lo que en su momento te dije, tú nunca fuiste un desquite o distracción, te amé como es debido. No te presté atención por tener el corazón destrozado.

—Se enamoró de mí porque estuvo en la etapa de necesitar apoyo emocional, yo se lo dí y confundió esos sentimientos con amor. Sé que parece que estoy dando por hecho sus sentimientos, pero cuando pienso en ello es a la conclusión que llego.

—Y por eso sigo soñando contigo, deseando verte todos los días, teniendo un conflicto en mi cabeza por tu persona —respondí con sarcasmo—. ¡Claro, Choi! Tiene bastante sentido que lo mío haya sido sólo una confusión volviéndose un capricho y no amor realmente.

Cerró fuertemente los ojos. Como si lo que recién le dije fuera terrible de entender.

—¿Puede asegurar -sin vacilar- que realmente me sigue amando tan fuerte como aquellos días? 

La pregunta entró como calor a mi cuerpo.
No poder responder al instante me sofocó enormemente. ¿A qué quería llegar con eso? No era como si pudiera responder con un "obviamente, ¿no lo notas?". Negarlo tampoco era una opción. Me sentía atado y no entendía el porqué de ello. 

I guess this is KARMA [2Jae]Where stories live. Discover now