十九

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—La chica que estaba en la tienda de conveniencia —dijo Hyukwoo con emoción—. ¿Cómo se llama?

—¿Hablas de Hyejin? —pregunté desconcertado de verlo en la cafetería cercana a mi universidad—. ¿Qué no trabajas?

—Sí. La hermosa morena del lunar en la mejilla izquierda.

—Valió mierda —dijo Yugyeom con expresión de disgusto antes de beber de su frappé.

—¿Es soltera? —continuó el mayor de todos sin importarle el comentario del menor.

—No tengo idea —respondí—. Las conozco desde hace casi dos semanas, no tengo información personal respecto a nadie de mi salón de clases.

—¡Averígualo por mí!, por favor.

—Pregúntale tú mismo mañana. Literalmente irá a tu casa a beber cerveza.

—No puedo hacer eso, la acabo de conocer. Sólo quiero saber si es soltera, si lo es, puedo conocerla sin detenimientos.

—Y si no es soltera también puedes conocerla sin detenimientos, hyung —añadió Yugyeom—. Tampoco es necesario ir de lleno a buscar un noviazgo.

—Si tiene novio, pintaré una línea y habrá cosas que no podré decir, es por respeto, Gyeom, no porque quiera ser su pareja mañana. Por ejemplo, decirle que se ve linda es diferente cuando es una chica soltera a cuando no.

—Decirle que se ve linda al segundo día de conocerla es igual de aterrador de decírselo si tiene novio o no. No seas igual de intenso que mis otros tres hyungs, por favor, suficiente tengo con el Club de los Aferrados para que tú también llegues con un amor imposible y no hablar más que de eso.

—No hablamos únicamente de eso, Gyeom —le dije entrecerrando los ojos.

—No todo el tiempo, gracias a Dios, pero llegan a un punto en el que me deprimen.

Estábamos sentados en una mesa de la cafetería donde solemos hacer tarea. 
Yugyeom tenía una hora libre y yo salí temprano, por lo que quedamos en vernos ahí y beber algo para desayunar. Eso sí, sin pan o algún postre ya que mis amigos tienen la política de no comer nada de eso si no es preparado por mi madre. ¿Por qué? Ni idea.

Hyukwoo se sentó a mi lado, aparentando que era un dos contra uno siendo Yugyeom el contrincante. Pero en estas batallas que tienen como tema principal esos "amores imposibles", Gyeom siempre tiene la victoria por default. 

—Es que, desde que la ví flechó mi corazón, lo juro —añadió nuestro hyung con cara de idiota.

—No jodas —dijo Yugyeom poniéndose de pie y tomando su mochila—. En quince minutos empieza mi clase, me retiro primero. Si necesitan algo, váyanse al diablo.

Caminó a la salida agradeciendo el servicio y salió del establecimiento.

—Tú me entiendes, ¿verdad, Jaebeom? —inquirió pasándose al asiento de enfrente mirándome con la desesperación de obtener una respuesta afirmativa.

—Sinceramente, no —respondí—. Nunca me he enamorado a primera vista. Sucede una vez que conozco a la persona. 

—Es que ella es tan sensual. Tiene una postura y una presencia que me intimidan.

—Créeme que su personalidad no tiene nada qué ver con eso —dije viéndolo con algo de lástima—. Hyejin y las demás hablan siempre del complejo del tamaño de sus pechos, de su estatura, de cuando les llega el periodo y lo mal que huele, de que todos los hombres son unos perros, de que el ombligo huele a culo, de cuántas veces pueden rehusar un sostén sin lavarlo.

I guess this is KARMA [2Jae]Där berättelser lever. Upptäck nu