Sexta estrofa

35 10 0
                                    

Es bastante sorprendente lo que una persona sinvergüenza puede llegar a hacer. Para mi desgracia, mi corazón lo único que hacía era acrecentar mi pecado conforme mis ojos volvían a encontrarse con los de él.
En ocasiones, cuando la felicidad de eventos externos a mi situación sentimental arribaban a mi cabeza podía pasar por alto su nombre. Pero no era para siempre.
A este grado puedo denominar con total seguridad que se trata de una clara obsesión con él puesto a que colocar mi felicidad a costa de la de mi hermano era una de las peores cosas que he hecho en mucho tiempo, y para ser algo justos con mi precaria posición, n o entendía porqué la culpa tardaba tanto en llegar a mi consciencia.

Claro, como dije antes, detrás de las cuatro paredes de mi pecado, la sensación de culpabilidad se esfuma una vez el deseo entra por todos y cada uno de mis poros. Una vez fuera, el fuego que hay en mi piel dejado por sus toques no se igualan al fuego del remordimiento que siento cuando veo a mi hermano a los ojos. Sin embargo, la mayor parte del tiempo estoy bien, y el hecho de que poco a poco me volvía indiferente o incluso insensible a lo que hago me asustaba. Muchas emociones en mí me aterraban en la medida tan grande que precisamente sentía que me convertía en un monstruo. 

La solución es evidente: desistir. Pero, ¿cómo podría hacerlo?

Busqué en mis escritos lo más parecido a una respuesta a todo. ¿Dónde empiezan los pensamientos poco saludables y cómo terminarlos si es que se puede encontrar una forma de hacerlo? Busqué en cada horrible letra, en cada desastrosa oración, en cada párrafo lleno de incoherencias sobre sentimientos desvariados y repletos de una desagradable adicción hacia una persona.

Entonces fue cuándo volví a tener la idea de que quizás y sólo quizás todo esto ya no fuera amor, si no alguna clase de dependencia a la nostalgia que nos volvía a ambos. Un capricho qué cumplir por no haber podido estar juntas ya qué, cuando estamos a solas, ¿qué hacemos más allá de besarnos y tocarnos? Si la respuesta a esa pregunta era afirmativa podría concluirse que no se trataba más que de una relación egoísta atiborrada de deseo que no ve más allá de sus acciones. Sin embargo, nuestras conversaciones eran amenas, volvíamos situaciones comunes una experiencia bastante agradable en tiernas miradas y dulces palabras.
Más allá de encuentros casuales, parecían citas a escondidas. Y eso me hacía feliz.

¿Qué llevaba de por medio esa felicidad? Mi dignidad, la felicidad de alguien más y mi cordura.

Los amaba a ambos. Mi hermano nos ama a los dos al igual que él lo hace. Aun así, alguien debe salir perdiendo no importaba qué.

Miré nuevamente mis escritos buscando mi canción. Recolecté cada uno de los versos y fui formando algo que tuviera sentido. Finalmente, obtuve una canción incompleta, un pensamiento ligeramente vacío para ser una canción de amor. Y me dolía.

Faltaba un verso, un coro, no porque lo haya perdido, si no porque no lo tenía. No estaba escrito y no podía pensar en nada. Esa canción era para él y sólo para él ya que buscaba que la letrilla resumiera mi historia en sentimientos no de relatos, mi versión de nuestro dolor en forma de respuesta al álbum de fotos que a la fecha no he podido abrir. Ni siquiera teniendo a mi amado más cerca que nunca.

Entonces creí que una vez estuviera completa esa canción todo terminaría. Que una vez le diera conclusión a la historia hecha versos musicales, la historia real también terminaría junto a todos esos sentimientos.

Ahí fue cuando me imaginé sin él y tuve miedo. Me imaginé con alguien más y me sentía inseguro. Lo imaginé con alguien más y lo odié. Lo imaginé junto a mi hermano para siempre y la idea no pareció tan desagradable. Lo desagradable era yo teniendo la fugaz idea de que continuaría con mi horrible secreto junto a él: "Si mi hermano lo tiene, yo también".

Y me odié. Y traté de ahuyentar todos esos sentimientos terribles percatándome que mis sentimientos hacia mi hermano no han sido más que negativos. No quería odiarlo, no quería codiciar algo que era suyo, no quería arrebatarle algo que ahora es suyo, sencillamente no quería mirar como un rival a quien me ha amado durante tanto tiempo.

Y no quise pensar más. Quería dormir hasta que todo se resolviera, hasta que no hubiera más que sentir. Un reinicio a mi mente y corazón junto al perdón.

 Un reinicio a mi mente y corazón junto al perdón

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.
I guess this is KARMA [2Jae]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora