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Desperté temprano me puse mis botas, acomode mi espada y salí a correr. Hacia un frio terrible, pero quería seguir enforma, pues ahora como emperatriz debía ir a pelear y recuperar nuestras tierras.

Regresando de ejercitar Hal me recibió algo molesto

—Se que quieres estar a solas, pero ahora eres la emperatriz y no puedes salir sin compañía

— Lo siento, tenía que ejercitar

— Ya habrá tiempo, tenemos varias juntas

Me reuní con Kiril para planificar nuestra estrategia de guerra contra los Yaqui, también envié cartas a nuestra corte en el reino de Zands, para notificarles que había tomado el cargo y en cuanto recuperaremos la capital ellos podrían volver. Tambien hable con Plutarch diciéndole que se mantuviera en el sultanato de Izwe, para mantenerlo seguro. Me notificaron que aún no había noticias de Saleh, sabía que tal vez él se había quedado junto a Iorak y probablemente también estaba muerto, ya el tiempo lo diria. Pensé.

Al paso de los días llegó el año nuevo y como lo pensé no hubo grandes celebraciones, solo una cena y el sacrifico de una cabra de las nieves. Me prepare por días para poder matar al animal pues no tenía ni el corazón ni el estómago para hacerlo, pero Wilhem y Kiril me apoyaron mucho, hasta que lo hice.

En la cena de año nuevo no pare de pensar en Iorak y como hace un año estábamos en la capital en el palacio de karsiya.

—¿Quiere más druva?—  me pregunto Kiril

— No, gracias no quisiera beber tanto esta noche, mañana quisiera reunirme con usted para seguir con el tema de la capital

— Me parece bien majestad

Mientras hablaba con Kiril vi como Hal nos observaba a lo lejos mientras platicaba con unos guerreros; decidí ponerme en pie para hablar un poco con Aynur y así distraerme, ambas reíamos un poco mientras las horas pasaban.

— Su majestad imperial me permite hablar con usted

— Claro

Me puse en pie y camine junto a él quien quiso sentarse en la mesa principal, ya casi no había gente entonces nadie nos escucharía.

—¿Puedo tener una audiencia con usted por la mañana? es urgente

— Si quiere podemos hablar aquí

— No, quiero estar completamente a solas

— De acuerdo Hal, lo veré al amanecer.

Me puse un vestido gris y por encima una manta de lana negra, me puse un cinturón de cuero negro con hebilla dorada y pinte mis ojos con negro.

—Majestad imperial—  dijo Hal mientras hacía una reverencia

— Adelante

— Mi visita tiene un motivo urgente y antes que nada quiero aclarar que no hago esto con la intención de molestarla ni mucho menos, pero creo que esto le beneficiaria mucho

— Dime ¿de qué trata esto que puede beneficiarme tanto?

Hal se quedó en silencio por unos segundos, pasó saliva y me vio a lo ojos un tanto nervioso—  Hablo de matrimonio majestad

Cuando Hal dijo esto abrí mis labios y me hice un poco hacia atrás— ¿Que?

— Se como suena y creame que la entiendo, pero casarse le ayudaría mucho majestad

— No, no lo hare, jamas volvere a casarme

— Majestad escúcheme

— No—  dije dándole la espalda y caminando hacia afuera. Hal me siguió y continuó hablando.

— Majestad, usted no tiene herederos a quien dejara como emperador

Me detuve a mirarlo molesta y sorprendida por tal atrevimiento— Pues.. no sé, tal vez puedas ser tú o Kiril, parecen ser buenos gobernantes

— No majestad, el imperio se hereda por sangre no por elección, además ambos estamos viejos, tiene que traer hijos al imperio y asegurar su linaje

— ¿Cual linaje ? Iorak ya está muerto

—De eso mismo hablo, aunque sea debemos tener uno nuevo, nadie estará molesto de que su sangre sea la nueva dinastía de los próximos emperadores

— Y emperatrices—  voltee a verlo muy seria.

— Emperatrices también su majestad

Seguí caminando a paso veloz, creí que si iba al bosque el hombre se cansaría y me dejaría en paz pero no lo hizo.

— Ya dije que no Hal, no insistas mas—  dije aun dándole la espalda.

— Podria por favor parar y hablar esto como dos adultos

— No compartiré el trono con ningún hombre

— Majestad

— No lo haré

— Oksana

Me paré en seco y lo mire—  Está bien, habla

— Usted sabe que necesitamos un heredero y para ello necesita un hombre que le ayudó a engendrarlo

— Hal— dije disgustada

— Lo sabe

— Esta bien, si es que  accedo a casarme lo haré con un hombre...

—Con un hombre nordo, tiene que ser alguien de aquí y además alguien que sea del gusto de la gente

—¿Y yo que? —  me acerque a Hal boquiabierta—  Mi marido acaba de morir y ya me quieres casar y además embarazar y como ya estamos hablando de engendrar te lo diré, no quiero que otro hombre me toque, mucho menos de esa manera. Yo amo a Iorak y no puedo hacerle eso— me di la media vuelta y partí en dirección contraria a él.

Pasaron los días y a pesar de que evite ver a Hal, el siempre buscaba la manera de encontrarme, aunque ninguno de los dos decía nada, sabía que su mirada me decia que debia casarme, pero no podia y no queria.

Practicaba con Waldemar, pues en unos días iríamos a las tribus del sur ya que Kiril quería que viera cómo era estar en una zona de guerra.

— Majestad Hal la busca—  dijo Agda

— Dile que no quiero hablar con el

—  De acuerdo majestad

Termine de practicar y Waldemar se acercó a mí—¿Todo bien con Hal?

— Si, es solo que...— me quede pensando que era lo que diría, no quería que nadie más se enterara de nuestra discusión, pues sabía que todos le darían la razón—Nada, todo bien

Regresando de mi estancia en la tribu sureña el jefe Wren preparó una comida; antes del brindis por mi regreso con bien, se nos informo la muerte del rey Xel, por lo que Sphin era el nuevo rey y marion la nueva reina. Ambos partieron al amanecer para ir a su nuevo reino.

Regresaba de andar a caballo pues quería estar a solas, hoy era mi aniversario de bodas, un dia especial para mi y para Iorak. Pase mis comidas en compañía de mi kyrias y los ratos libres me encerré en mi habitacion pues no quería ser molestada y queria llorar a gusto. A la mañana siguiente después del desayuno Hal me volvió a intervenir.

—Majestad siento molestarla con esto nuevamente, pero Aleksi se ha proclamado como rey

Me detuve en seco y voltee a verlo—¿Que?

—Si y las tribus del Este lo apoyan, majestad ahora más que nunca necesitamos construir una familia imperial y crear una dinastía—me quedé en silencio viendole a los ojos, mientros  los míos  comenzaron a humedecerse— Además se me informó que está buscando una esposa... el planea legitimar su nombramiento ya que el es nordo y usted no. Por eso usted necesita casarse cuanto antes.

Baje la mirada y comence a llorar, entonces el me abrazo y dije con la voz entrecortada— Está bien, aceptó— Hal me separo un poco de él para verme a los ojos y sonrió levemente

—Nunca olvidaré el gran sacrificio de su majestad.

No dije mas, Hal beso mi mano y se desapareció entre la nieve mientras yo me retiraba a mi habitacion a llorar.

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now