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Pase el resto de los días dormida, a veces tenía breves recuerdos y pocos momentos lúcidos, pero la mayor parte del tiempo estaba bajo la influencia de aquellas flores que me hacían olvidarme de todo. Apenas comía y mucho menos me levantaba de la cama. Nadie había visto a su nueva emperatriz, pues todos tenían estrictamente prohibido verme en tales condiciones, pero tal vez entendían... entendían la enorme pérdida que era la muerte de Iorak, no solo para el imperio, sino que también lo era para su esposa.

Wilhem daba noticias mías a Hal y Kiril todos los días, pero pedía que no me presionaran, pero la verdad es que alguien debía tomar las riendas del imperio, los Yaqui estaban cerca y peligrabamos.

—Wilhem ella debe salir a dar la cara

—Por favor tengan paciencia, la pobre ha perdido a su marido, entiendan

—Intenta al menos que esté despierta, ya no la duermas más

—Lo intentare


—Oksana por favor despierta— dijo Wilhem mientras terminaba de limpiar mi rostro.

—Dejame dormir por favor

—Oksana te necesitan allí fuera

Como pude me levante y roja de llorar le dije— ¿Y yo que? yo también necesito a Iorak y no está... así que déjenme dormir— Wilhem no dijo nada y solo agacho la mirada

—Dame una dosis por favor

—Oksana

—¿Quieres verme sufrir?—nuevamente Wilhem no dijo nada— Entonces dame mas, necesito no sentir nada

Puedo asegurar que pase medio mes encerrada y drogada, queriendo morir a cada momento que tenía lucidez, pues el dolor que sentía en el pecho me mataba.

—Dale una menor dosis, vamos a bañarla— le dijo Wilhem a Agda quien me puso un pañuelo blanco en la nariz e inhale, hice mis ojos hacia atrás como si hubiese tomado una bocanada de placer.

Agda me desnudo y me cubrió el cuerpo en una bata de algodón. Wilhem me cargó y me metió en la bañera; como me habían dado una dosis menor, me encontraba lúcida. Agda lavaba mi cuerpo mientras yo cabeceaba pues me encontraba algo adormecida.

—Listo— Agda con ayuda de Revna me puso  en pie y cubrieron mi desnudez con una bata de terciopelo rojo, Wilhem me cargó y me llevo hasta la cama.

—Dame mas vallmo— dije mientras me sentaba en las almohadas

—No— dijo Wilhem serio

Abrí mis ojos como pude y le mire—No te estoy pidiendo permiso, dame mas vallmo

—No Oksana, ya es hora de que vuelvas a la realidad

—¡Wilhelm!— me puse en pie como pude y le avente una almohada— Dame mas, te lo ordeno

—No lo haré

Le avente mas almohadas y el tambien se puso en pie— Salgan— le dijo a Revna y Agda, quienes asustadas salieron.

—Por favor— comence a llorar pues no me gustaba comportarme así, pero tampoco quería sentir el dolor que sentía

—No te dare mas vallmo, se acabó

Comencé a aventar objetos al azar pues no tenía ni fuerzas ni enfoque por lo que Wilhelm esquivando las cosas se acercó a mí —Cálmate— él tomó mis brazos y los llevo a mi pecho para que dejase de moverme, pero comence a pegarle y a gritarle que me diera más vallmo, entonces entre lágrimas y gritos el me dio una cachetada. Todo se detuvo, deje de gritar y patalear y el dejo de sujetarme. Me lleve una mano al rostro y roja de llorar le mire.

ROSA INVERNALOnde as histórias ganham vida. Descobre agora