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No pude dormir en toda la noche de la felicidad, me encontraba extasiada en ella, no paraba de tocarme el vientre, quería decirle a Iorak, quería gritarlo a los cuatro vientos, estaba embarazada.

Cuando Iorak llegó a dormir fingí dormir, por lo que solo me beso la frente y se acostó junto a mi. Aún no podía decirle la noticia, era muy pronto, no quería que esto fuese una falsa alarma y luego decepcionarlo. Hice jurar a Agda que no diría nada, al menos después de la bienvenida del año nuevo y que si bien todos andaríamos vueltos locos por el recibimiento de toda la corte aquí en el palacio de Karsiya, no era un momento adecuado para hablar de este asunto.

Por la mañana los invitados comenzaron a llegar. Le pedí a Revna que le dijera al cocinero que cambiara mi dieta y me diera solo la mejor comida y muchos frutos que me ayudaría a ponerme fuerte. Mientras observaba por el balcón de mi habitación los carruajes llegar, me bebía una taza de té, que según Agda su madre y abuela tomaban cada que se embarazan, pues ayudaba a poner fuerte a la madre; eran momentos como estos en los que queria que mi madre estuviera aqui conmigo. 

Iba en camino a recibir a los primeros invitados cuando Wilhem me intercepto.

—Su majestad, he traído al pintor que me ha pedido— el hombre lucía ya grande y vestía muchas capas de ropa, tal vez el frio le afectaba igual que a mi.

—Si por supuesto, hablemos en privado los tres— los lleve a mi salón privado. Ahí le pedí al hombre que hiciera un retrato del emperador, le entregue un bosquejo que encontré en la habitación de Iorak, pero le pedí que hiciera otro bosquejo de él, le indique un lugar secreto donde tendría a la vista al emperador durante la velada, así el podría tardar las horas que quisiera y lo podría pintar desde todos sus ángulos. Le indique cómo quería que él se encontrara en el retrato y quería que vistiera la misma ropa que llevaría mañana en la cena de año nuevo. Su uniforme de gala, el cual era de un color azul profundo y detalles en plata.

—Quisiera que esta pintura estuviera lista para la cena de mi aniversario y por favor pido mucha discreción

—Si su majestad imperial

Por la tarde habían llegado ya todos los invitados. Pase el resto del día saludando a estos, los esclavos se encargaron de indicar las habitaciones a los invitados asi como asegurarse de que estos se encontraran felices con su estancia. Llegada la noche habría una cena de bienvenida a la capital.

Me trenzaron el cabello en distintas trenzas para luego recogerlas en un solo peinado, me pusieron la tiara obsequio de Óski. Llevaba un vestido blanco grueso, por encima otro vestido de color azul celeste con bordados en plata y mi cuello era decorado por una piel de zorro blanco. Mis ojos los delinearon con un negro profundo y un rosa pastel daba color a mis mejillas.

Entre al gran salón, ahí una mesa larga con alrededor unas 300 personas se encontraban al centro, a la espera de los emperadores. Tome asiento en el trono, después llegó Iorak y tomó asiento junto a mi, pero antes él se detuvo a dar un beso a mi mano. Una vez todos sentados Iorak dio un discurso de bienvenida. Después de este todos alzaron sus tarros y pasamos a probar la cena. Me senté frente a mi marido, él platicaba con Óski y el rey Xel, mientras que yo llevaba una amena plática con la reina Natasha pues a decir verdad mi nordus había mejorado notablemente y ahora ya podía charlar con ella, quien le interesaba mucho saber de mi. Antes de que la cena terminara un grupo de bailarines entro a dar un espectáculo, de forma que se daba el inicio de bienvenida al año nuevo que llegaría mañana por la noche.

Iba en camino a mi habitación, me encontraba sumida en mis pensamientos de felicidad cuando de pronto escuche que alguien grito mi nombre, voltee y era Iorak.

—Oksana los hombres nos quedaremos a beber en el salón subterráneo— dijo como si me estuviera pidiendo permiso, mientras él hablaba yo me quitaba mis guantes de algodón.

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now