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Al día siguiente muy adentro en el bosque nos detuvimos a descansar los caballos y comer algo. 

—Es hora de irnos señora— dijo Waldemar.

—Si— me puse en pie y Wilhem detrás de mí. 

—¿Si pusiste en el equipaje lo que te pedi verdad?— le cuestione a Wilhem quien cerraba la puerta del carruaje.

—Si Oksana

—Gracias— dije agachandome ya dentro en el carruaje, mientras le sujetaba la mano en forma de agradecimiento. Pasamos el resto del día viajando, hasta que nos dio la media noche. 

—Haremos una parada corta— dijo Waldemar en voz baja, pues siempre antes de detenernos revisaba que no hubiera gente cerca. 

—Entendido— dijo Wilhem poniéndose en pie. 

Ambos nos estiramos y los caballos descanzaron. Waldemar nos explicó por donde iríamos y cuanto tiempo nos tomaría.  

Viajamos tres días más en carruaje, para llegar a la frontera de con la tribu de Heim,  aunque ya no aguantaba el dolor de mi espalda y el aburrimiento por tener que ir en silencio, ya que nos encontrábamos en tierra Yaqui y podia haber uno que otro escondido en el bosque. Me encontraba dormida boca abajo cuando el sonido de un golpeteo en nuestra puerto me despertó.

—Pueden salir— se escuchó la voz de Waldemar. Wilhem salió primero y después yo

Hemos llegado a las afueras de la tribu su majestad, esperaremos aqui pues Hal dijo que uno de los guerrero del escuadron Akula, estaría aqui para darnos los caballos y seguir nuestro camino. Mire el lugar y vi que había una pequeña cabaña de madera pintada de blanco.

—¿Podemos entrar?

—Si su majestad, ahí pasaremos la noche

—Gracias Waldemar

—Entre su majestad, yo me quedare aqui esperando al hombre

Le agradecí con una reverencia con la cabeza y me adentre a la cabaña, vi que había una tina, por lo que decidí darme un baño con agua tibia. 

—He encendido la chimenea— dijo Wilhem por detrás de mi puerta, yo termine de abrochar los botones de mi vestido negro bordado en azul y salí a la sala.

—Creo que todos tendremos que dormir aqui, la habitacion es muy fría

—Su majestad usted debe dormir cómoda en una cama

—¿Pero que dices Wilhem? no podre dormir cómoda si me congelo, pienso que es mejor todos dormir junto a la chimenea

—Esta bien Oksana si así lo prefieres— Wilhem se paró a un lado de la mesa y señaló una cazuela — He preparado algo de avena

Wilhem y yo cenábamos mientras disfrutamos de una plática pues hacía días que no hablábamos, por tener que ir en silencio en el carruaje.  

 Entró el jowvnik Waldemar a la cabaña—Ya esta hecho señora, ya tenemos los caballos, partiremos en la madrugada

—Gracias Waldemar, hay agua tibia por si desea bañarse y avena

—Gracias señora

—Además, le comentaba a Wilhem que mi habitacion es muy fría por lo que quiero dormir aqui en la sala con ustedes, espero no tenga inconveniencia

Waldemar se sorprendió y nego al instante con la cabeza— Su majestad eso no me parece apropiado

Me puse en pie mientras reía un poco — ¿Que es apropiado en estos tiempos Waldemar? — dije sarcástica— Dormiremos aquí los tres, no hay nada de inapropiado. Solo tres humanos que padecen de frio y necesitan dormir, es todo

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now