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—¿Pero que está sucediendo? ¿Por que estaba Agda aqui? — dije con los papeles en la mano.

Iorak se acercó hasta mí — Se te olvida que ella tambien es mi sirvienta

—Pero ¿qué hacia aquí?

Iorak no dijo nada y rapido busco abrazarme, me sujetaba fuerte y en silencio, yo no entendía pero sabía que su abrazo buscaba decirme algo.

—Vine a preguntar qué postre quieres para hoy en la noche—Iorak no me soltaba, ni decía nada

—¿Iorak?

—Espera, quiero sentirte— no dije nada y sus brazos me estrujaron más, el reposaba su mentón sobre mi cabeza, cuando dijo eso la beso y siguió abrazándome. 

Extrañada decidí no hablar más y solo seguirle la corriente, después de unos minutos el me soltó y busco mi rostro, lo sujeto con sus manos muy delicadamente y me veía detenidamente. No entendía su comportamiento pero vi en sus ojos tristeza.

—¿Que haces?

Sus labios se abrieron para hablar, pero lo pensó más y no dijo nada, tan solo negó con la cabeza.

—Eres muy bella es solo eso— sonreí levemente y no conteste nada, entonces él me soltó y tomó aire— ¿Me preguntabas?

— Si, es solo que quería saber qué postre quieres que te preparen para la cena— el me observo en silencio y se llevó sus manos a la boca como intentando evitar hablar.

—Lo que tu quieras

—Iorak como dices eso, el que se va a la guerra eres tu, quiero que comas todo lo que te gusta

—No me importa eso, yo estoy feliz si tu estas feliz— cuando dijo eso me sorprendí y mi corazón se hizo pequeño, quería llorar pues los últimos días había estado muy triste.

—De acuerdo, entonces será tarta de manzana

—Tarta de manzana suena bien

—Me iré, tengo que hablar con las cocineras y después darme un baño, te veré por la noche— dije dándome la media vuelta, entonces el rapido me llamó y me sujetó la mano.

—¿Si?

—Te amo

—Yo tambien Iorak— acerque su mano y la bese, para después irme. 

El dia transcurrió y había llegado la cena de despedida, solte mis cabellos rubios pues sabía cuánto le gustaban a Iorak y quería que los recordara, cuando estuviese allá. Me vistieron con un vestido blanco ajustado, mi cuello lo decoraba un kolié de plata que cubría hasta mis hombros, me puse unas pulseras plateadas en ambas manos y delinearon mis ojos de negro.

Mientras me dirigi al salon no sabia como sentirme, si feliz o triste, la verdad es que tenía miedo de perder a Iorak, no podria sobrevivir a su perdida.

Al entrar al salon salude a todos, quienes vestían sus uniformes pues mañana al mediodía partirán a la guerra. Platicaba con ellos cuando Iorak llamó la atención de todos para decir unas palabras. Buscaba alentar a las personas y evitar que el miedo los poseyera, la guerra era muy importante para los nordos y morir en el campo de batalla era un honor.

Tomamos la cena, rompi el protocolo y me senté junto a mi marido quien toda la velada sujeto mi mano por debajo de la vieja madera de aquella mesa. El platicaba y bebía pero siempre sujetándome.

—Iorak quisiera ir a dormir, estoy cansada y tenemos que despertar temprano— le dije al oído, él asintió y pasó su mano por mi rostro hasta mi cabello.

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now