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A la mitad de la noche Iorak se fue a tomar un baño, mientras yo me quedaba dormida entre sus sábanas, en la madrugada a los primeros rayos de sol Iorak junto a Oski y sus guerreros salieron hacia territorio Yaqui; ahí pasaron cinco días intentando implementar este nuevo protocolo de seguridad, su viaje tardó más de lo planeado, pero según la correspondencia que mandaban las cosas se habían complicado y tuvieron varios enfrentamientos con los Yaqui.

Había visitado una escuela en la aldea, cuando me llego el mensaje de que Iorak había vuelto, el estaba en la tienda principal comiendo junto a sus guerreros y Óski. Cuando entre a la carpa,  todos se pusieron en pie menos Iorak pues como emperador no tenía que hacerlo. Me acerque hasta el. Dejo de lado todo y se puso en pie para abrazarme, al verlo se me aceleró el corazón, algo a lo que no estaba acostumbrada. Después de nuestro abrazo el beso mi mejilla y yo le sonreí con gran nerviosismo.

—Me alegro de verte— dijo sonriendo como un chiquillo.

— Yo también— le dije mientras besaba su mano, la cual me acariciaba el rostro.

Comí junto a ellos, pero después él se retiró a darse un baño y descansar, por lo que no lo vi hasta la mañana siguiente; nuestro encuentro fue breve, pues yo iría al occidente de la tribu a visitar un hospital, acompañada de Agda y Wilhem. Íbamos los tres en el carruaje, en este había un silencio sutil pues los renos hacían fuertes ruidos; yo no paraba de pensar en Iorak, lo quería cerca, quería tocarlo, besarlo estar junto a él.

—¿Pero qué es esto? — me pregunté molesta en voz alta, con aquel ruido desperté a Agda quien dormía sobre el hombro de Wilhelm.

—¿Su majestad?

—Disculpa... creo que tengo que parar, estoy sintiendo mucho calor, tengo calentura— dije tocándome el rostro, Wilhem le dijo al cochero que se detuviera y rápido abrí la puerta.

Me tope con el gélido viento y la nieve blanca a mis pies, di bocanadas de aire mientras me llevaba la mano al vientre y al rostro.

—Su majestad ¿le sucede algo?— pregunto Agda.

—Siento una sensación extraña, solo pienso en él y hasta me sonrojo — dije tocando mis mejillas calientes, entonces Agda comenzó a reírse, más y más que hasta Wilhem se asomo por el carruaje

—¿Pero de que te ries?

—Su majestad usted está enamorada

—Enamorada—repetí en un susurro— no, es que tu no entiendes, no puedo dormir ni dejar de... pensar en él, es algo mas...

—Si lo se, la he visto estos últimos meses

—Me refiero a ahora Agda

—Está tan perdida en su amor por el emperador que no lo había notado hasta que él se ausentó completamente de usted...completamente

No dije nada y solo me quede pensando, en a que se refería con completamente, por su puesto que sabía que en esta parte final del viaje no nos habíamos tocado a excepción de aquella noche en su tienda de dormir. Me había enamorado perdida y profundamente de Iorak ahora lo entendía, por eso me emocionaba al verlo, por eso mi corazón palpitaba, por eso me sonrojaba, mis deseos de estar con el. Todo tenía sentido, el sentirme como en casa tenía sentido... todo lo tenía ahora.

Regresamos por la tarde noche del hospital, Óski me esperaba con una cena para mi y los cortesanos. Durante la cena, no pare de mirar a Iorak, ahora era yo quien lo perseguía con la mirada con la esperanza de que me mirase, de que me hablase. La cena terminó y los hombre se quedaron a beber algo de alcohol, a lo que yo tuve que retirarme pero cuando Wilhem me informo que su majestad estaba por fin solo en su tienda.
Me escabullí hasta allí vistiendo solamente una abrigo de piel de conejo gris, solamente eso.

—Oksana— dijo Iorak sorprendido, yo ni lo deje continuar. Me acerque a él y lo comence a besar

—Te extrañe tanto— entonces me desnude y el se sorprendio por mi audacia y pareció emocionarse también; le ayude a quitarse la ropa y lo arroje cuidadosamente al suelo, ahí lo bese nuevamente mientras el me tocaba toda, yo me detuve y le vi el rostro, parecía excitado, entonces me mordí el labio, abrí mis pierna y me pose sobre él, entonces suavemente comencé a subir y abajar algo que le sorprendió a el.

—A esto me refiero con suave— dije mientras levantaba mi cabeza y me movía lentamente, el tenia vista de mi fuerte abdomen y mis pechos, entonces sentí como él los tocó y despues subio acercándose hasta mi rostro— También te extrañe Oksana

Al terminar aquello caí en un profundo sueño, pero me desperté por el ruido de los renos.

—Buenos días su majestad— dijo Agda

—¿Que hago aquí? — dije refiriéndome a mi tienda

—Su majestad imperial la trajo por la noche— no pregunte más y solté un largo bostezo, para después volver a tirarme sobre la cama— Su majestad tiene que despertarse, hoy irán a la periferia sur de la tribu

—Ay estoy extremadamente contenta Agda

—Puedo notarlo su majestad— dijo mientras me tomaba de las muñecas  y me sentaba sobre la cama.

—Ay es que no sabes, ese hombre... mi marido ... aah— dije pensando en todo lo que habíamos hecho la noche anterior.

Agda acercó un trapo mojado y comenzó a limpiar cuidadosamente mi rostro.

—Me alegra verla así

—Juro que jamás había sentido esto y tienes razón lo llevo sintiendo hace tiempo, solo que no sabía lo que era— rei al final de mi oración y Agda se alejó para tomar mi ropa cuando ella llego hasta mi le tome la muñeca—¿Se puede morir de tanto amor?— dije sonriendo como una vil boba a lo que Agda respondió con una risa, para después forzarme a ponerme en pie. Agda me lavaba el cuerpo con una tela mojada, después depilo los vellos de mi cuerpo y fue cuando comenzó a vestirme. Yo le daba la espalda mientras ella amarraba los hilos de cuero de mi vestido.

—No puedo creerlo

—¿Que cosa? su majestad

— Ya casi es el aniversario de bodas mio y de Iorak

— Es verdad, falta menos de un mes

— Tengo que ir pensando en que obsequio darle— me lleve la mano a la mano y comencé a morder mis uñas.

Salimos por la tarde, al frente iba un grupo de guerreros nordos a caballo, después iba el trineo de Óski quien iba armado y acompañado de sus hombres, después iba Iorak manejando su propio trineo, tras él iba mi carruaje; ahí íbamos Agda, Revna, Wilhem y yo, al final de la fila iba otro grupo de guerreros a caballo y un trineo con más guerreros resguardando nuestro camino.

No es que el camino fuese inseguro sino que ahora la emperatriz viajaba y Iorak no quería dejar nada al azar y más por que le hicieron saber a Iorak que Aleksi planeaba atacar a la emperatriz extranjera o eso fue lo que me explico Wilhem quien había ido a territorio Yaqui junto a Iorak y Óski.

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now