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Camino a nuestro palacio fingí dormir, pues nuevamente los silencios entre Iorak y yo se hacían presente, además que no quería recordar aquella terrible cena. Cuando llegamos el me despertó amablemente y Wilhem me ayudo a bajar, le mencione que estaba sumamente cansada que lo vería por la mañana, lista para ir al palacio de Jaimich y Annia.

Desperté muy temprano del nerviosismo de tener que volver a ver a los reyes, mis damas abrieron mis cortinas y estas me sacaron de la cama, para lavar mi cuerpo con paños mojados, ellas me peinaron y vistieron; recogieron mi cabello en una trenza que caía por uno de mis hombros semi descubiertos, pusieron una pequeña corona de plata por sobre mi cabeza, me pusieron un vestido azul de terciopelo de mangas largas y ajustadas, colocaron un cinturón por mi cadera de cadenas de plata y me pusieron una gargantilla con pequeñas cuentas de plata que enlongaban mi ya largo cuello.

—Su alteza imperial ha salido por la mañana a cabalgar por lo que no podrá tomar el desayuno con usted — dijo Wilhem entrando a la habitación.

—Gracias— dije mientras me ponía en pie y salía de la habitación para dirigirme al comedor, ahí tomé asiento y los sirvientes trajeron todo para tomar un apetecible desayuno. Mientras untaba mermelada de melocotón a mi pan recién hecho, Saleh entró a la habitación, cuando se percató de mi presencia este hizo una reverencia y tomó asiento.

—Su alteza imperial es un placer verla

—También lo es para mí... a decir verdad tengo mucho que contarle — dije mientras lo miraba a los ojos, el parecia saber de que se trataba y solo sonrió.

—Tenía razón con lo que menciono ayer por la noche, sirvieron uno de los platillos mas horripilantes y nauseabundos que he visto en mi vida— el rapido solto una carcajada.

—¿Huevos de serpiente?

—Así es

—La reina Annia siempre sirve esa comida cuando no le agrada alguno de sus invitados, con el regalo que le hizo, puedo apostar que es usted su majestad imperial —dijo algo apenado, mientras que yo solté una risita de disgusto y le di una mordida a mi pan.

 —Si yo tambien pienso que no le agrado, pero no termino de entender por qué, era la primera vez que me conocía

—Por ser la emperatriz y esposa de Iorak

 Molesta deje a un lado mi desayuno y dije entre dientes, mientras me ponía en pie— Como si yo hubiera tenido elección

—Supongo que allí estaban sus hijas

—Si— dije sin interés mientras me acercaba a la ventana — Ahora que menciona eso, una de ellas parecía estar pegada a Iorak todo el tiempo, incluso cuando no estaban cerca — dije irritada, por primera vez hablando lo que realmente pensaba.

—Su cabello es blanco... casi lila— dijo mientras se ponía en pie y caminaba hacia mi

—Si, ella

—Su nombre es Lilianka, es la hija menor de los reyes— cuando él dijo esto, ya se encontraba frente a mi — la razón por la que a la reina Annia no le agradas es por que Iorak estaba destinado a casarse con su hija la princesa Lilianka.

Cuando el dijo esto yo velozmente le mire a los ojos, mientras los míos se abrían como dos platos por aquella revelación.

—¿Pero de qué hablas?— le cuestione boquiabierta.

— Cuando eran niños el emperador Akos y el rey Jaimich comprometieron a Iorak y a Lilianka cuando ambos alcanzaran la mayoría de edad— cuando Saleh mencionó al padre de Iorak me sorprendí, pues jamás había escuchado hablar de el, Iorak jamás lo hacía — pero una vez que este murió y Iorak alcanzó la mayoría de edad él postergó el matrimonio; cuando este alcanzó los 21, todos creímos que era momento de hablar de matrimonio, pero el dijo que no se hablaría del tema, incluso ese mismo año terminó su compromiso con la princesa. 

— ¿Por qué razón no quería hablar de matrimonio?

— No se la razón exacta, pero si te puedo decir que no tiene un buen recuerdo del matrimonio de sus padres ni de como su padre el emperador tuvo tantas esposas — cuando el dijo esto yo baje la mirada algo triste recordando el maravilloso matrimonio de mis padres y de cómo me dolía que Iorak no haya vivido eso con sus padres o madrastras. 

Volví a tomar asiento junto a Saleh y pregunte — ¿Por qué terminó su compromiso?

— No hay una respuesta concreto a eso... creeme yo le pregunte lo mismo, pero el jamás dio respuesta, fue algo inesperado, durante su compromiso se volvió un gran amigo de la princesa, tanto así que todo el tiempo estaban juntos, el imperio entero juraba que terminarían casados, hasta que el un día rompió el compromiso— escuchaba atenta las palabras de Saleh —  Cuando cumplio veintisiete  sorprendió a todos con su idea de que quería casarse, pero aún más cuando dijo que quería una novia extranjera, el mando embajadores alrededor del mundo que le enseñase princesas solteras en edad de casarse.

—Por eso me odia, yo le quite el lugar a su hija — dije recargándome en mi asiento conmocionada.

—Por así decirlo, pero recuerde que el compromiso entre el y la princesa Lilianka habia sido roto antes de que la encontrará a usted su majestad imperial... pero ha decir verdad mientras el buscaba a su futura novia y supo de usted, se vio obsesionado con usted y su belleza. No paraba de hablar de usted y de presumir lo bella que sería la emperatriz, por eso tenía mucho interés en concerle — dijo Saleh sonriendo —Tanto así que ahora que la conozco parece que usted le causa cierto nerviosismo a Scalar, pues cuando usted está presente parece no tener palabras, algo raro en el, puesto que el se caracteriza de hablar mucho, tal vez se siente intimidado por su gran belleza— cuando el dijo esto yo agache mi cabeza y sonreí ligeramente.

 No podía creer el entusiasmo que el tuvo cuando supo de mi, de cierta manera me gustaba escuchar lo que Iorak sentía por mi, pero ahora entendía porque la reina Annia era tan fria conmigo.

A las horas nos subimos a un carruaje con un pequeño equipaje y nos dirigimos al palacio al que habíamos sido invitados, nos recibió la pareja real junto a sus esclavos, después del saludo la reina Annia se unió a un séquito de mujeres que eran sus esclavas, ellas me recibieron y dijeron que indicarían donde estaría mi habitación

—¿Pero no dormiré con mi marido el emperador?— pregunte sin entender, pues mi sangrado se había detenido y casi a la brevedad de que esto sucedía Iorak pedía verme,  a lo que ella se dirigió a mi

—No, dormirán separados— dijo secamente, mientras estas me tomaban de los brazos. Me llevaron a la que sería mi habitación y ahí me quedé por un largo rato hasta que llamaron pues la comida será servida.

Comimos junto a los reyes y otros cortesanos. Mientras esto sucedía, vi como la reina junto a su séquito de mujeres me observan fijamente y reían una que otra vez, como hablaban en su idioma no podía entender, por lo que al terminar la comida fui con Wilhem y le pedi no separarse de mi en ningún momento, otorgándole una nueva tarea, la de traducir todo lo que la gente hablaba. 

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now