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A lo largo de los días los preparativos tomaron lugar, Hal me veía cada lunes para indicarme los avances y también me notifico que mi marido se encontraba en perfectas condiciones, pero se encontraba al frente. Le pedí a Hal que enviará un hombre o mujer de suma confianza, para que le enviase mi obsequio a Iorak, el suéter que le había tejido, a lo que él aceptó, mando a un joven que le llevaría una carta de felicitación y me regalo. 

Durante aquellas semanas pensé en darle un regalo a Iorak por su cumpleaños, el suéter que le había tejido era un simple obsequio, pero quería que tuviera algo más especial. Hable con el mejor herrero de la capital y mande que hiciera una espada para Iorak.

Había terminado de cenar y me dirigi a  mi habitacion para dormir, pues mañana partirá a Tyslia a formar parte de la celebraciones por el recibimiento de la primavera 

—Oksana— de pronto apareció Plutarch frente a mi

—Me has asustado— dije riendo

—Lo siento cariño, no fue mi intención

—¿Sucede algo?

—Quería comentarte algo

—Dime

—Queria saber, si podia acompañarte a tu viaje en Tyslia

—Pero por supuesto Plutarch— dije sonriéndole

—Gracias

—Mañana hablaré con Hal, para que te tomen en cuenta en la logística

Plutarch hizo una reverencia y  sonriendo se fue, para asi yo poder ir a mi habitacion a descansar. A la mañana siguiente salimos en carruaje a campo abierto, donde se encontraba el bakismalan esperando. Mi equipaje ya había sido cargado desde anoche, cuando entré saludé a todos quienes contentos me recibieron, le enseñaron su habitacion a Plutarch y a mi esta vez me permitieron descansar en la habitacion imperial, la cual era de Iorak. 

Pasamos viajando por los aires dos días, los cuales disfrute mucho en compañía de Plutarch quien le encantaba mirar por la ventana mi vasto imperio. 

—Su majestad tocaremos tierra dentro de pocas horas

—Gracias Hal

Aynur y Revna fueron mis acompañantes en este viaje, ambas me llevaron a la habitacion, para así cambiarme. Me pusieron un vestido azul claro por encima de este una falta azul fuerte la cual tenía a conjunto un corsé ajustado,  recogieron mi cabello  y me pusieron un sombrero azul marino; en mi cuello llevaba mi collar con cuentas de plata y unos anillos de plata en mis manos. 

—Hemos llegado

Cuando se abrió la puerta del bakismalan, vi que abajo me esperaba un grupo de gente. Salí y salude a las personas quienes también me saludaban, baje los escalones y toque tierra, caminaba entre una pequeña multitud y sentí el fuerte sol, se podia sentir que ya llegaba el verano.  Subí al trineo llena de buques de flores obsequio de las personas que habían ido a recibirme.

—Esta es una de mis tribus favoritas— le dije a Plutarch quien iba conmigo en el carruaje.

—Se puede notar eso— dijo contento.

El carruaje nos llevó hasta la tienda imperial, la cual había sido cambiada un poco para mi recibimiento, en vez de tener telas en tonos rojos, lo habían cambiado a telas blancas y color crema. 

—Pero qué bonito es todo— dije agachandome a tomar un poco de fruta de la bandeja que habían dejado en mi tienda

—Gracias su majestad, todo lo hacemos por usted— dijo una sirvienta

—Gracias— dije sonriéndole

Aynur y Revna me instalaron en la habitacion, mientras yo di una caminata entre las tiendas de la tribu, la gente se acercaba y buscaba saludarme, incluse termine mi caminata de la mano de una pequeña que buscaba siempre estar junto a mi.

—Su majestad la jefa de la tribu la invita comer junto a ella

—Esta bien, ire a cambiarme, para después irnos

Revna me sonrió e hizo una reverencia, Aynur me cambio y arreglo, salimos en el carruaje hacía la tienda de la jefa de la tribu, pues el hielo ya había comenzado a deshacerse y ni hablemos de la nieve, está ya no existía.

—Su majestad Imperial— dijo la jefa vistiendo un conjunto de pantalon blanco que cubria desde su cuello hasta sus tobillos, su cabello lila se encontraba corto, como el de un niño. 

—Jefa Gunhild— dije bajando del carruaje y acercándome a ella, quien  me tomo las mano e hizo una reverencia para después dirigirme a su enorme tienda.

—Esta es el comedor — dijo adentrandome. Ahi habia un grupo de mujeres y hombres que me esperaban—  Hay mucha gente que la esperaba con ansias

Sonreí y fue cuando tomé asiento en el comedor, los sirvientes llevaron la comida al centro de la mesa y la Jefa Gunhild quiso darme unas palabras de bienvenida, unas niñas entraron a la tienda y me pusieron un collar de flores lila. 

—Son las flores de la tribu, solo se dan en primavera— dijo una quien se sentó junto a mi y quien era la secretaria de la Jefa Gunhild.

La comida fue muy placentera, tanto que duramos ahí sentado casi toda la tarde. Mientras comíamos y bebíamos muchos quisieron hablar del tema de los esclavos, para felicitarme y preguntarme qué era lo que sucedió en la capital durante los días de incertidumbre. 

Yo iba a darle un sorbo a mi te, cuando Gunhild me dijo— He traído a alguien que ha pedido verte— la mujer de cabello lila señaló con su mirada por detrás de mi espalda, yo voltee y mire a la persona. 

—¡Hilde!

Me puse en pie y Hilde me abrazo a lo que yo le correspondi. 

—Que gusto verte — le dije en nordus a lo que ella pareció agradarle mucho

—Por fin ya hablas nordus— dijo riendo, yo rei y la invite a sentarse junto a mi. 

Gunhild pidió que trajeran una tarta de vainilla y más té, los demás continuaron con su plática, mientras yo hablaba con Hilde; ella me escuchaba atenta, me pregunto por Iora y los esclavos, pero lo que mas queria saber era que había sucedido con la pérdida de mi bebe. Cuando ella pregunto eso, recordé que a Hilde siempre le importo asegurar al imperio con un bebé... creo que a todos, sentí mi garganta cerrarse al recordar a mi nonato pero aun asi le conte lo sucedido. 

—Tengo que darte algo que se que puede ayudarle— dijo Hilde buscando algo en su bolsa de tela gris, entonces sacó una tela transparente amarrada en una bolsa.

—Beba esto cada mañana, sin antes probar alimento

—¿Qué es esto?

—Bebé— cuando dijo esto ella puso su mano sobre mi vientre

—Gracias Hilde— dije mientras le daba un beso a la mejilla, algo muy atrevido entre los nordos, pero ella lo aceptó pues a pesar de que había sido dura conmigo al principio nos teníamos cariño.



ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now