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Waldemar mando a llamar a Wilhem y ambos amarraron nuestros caballos cerca de un pequeño arroyo, para que bebieran y comieran. Mientras Iorak se encontraba en su junta, su sirviente Gerhard nos indico cuales serian las tiendas donde Waldemar y Wilhem descansarían. Los tres platicamos con Gerhard sobre los peligros de la zona y nos explicó que a unos metros había una constante pelea; que los soldados que se encontraban aquí en el campamento, eran aquellos que habían luchado y se tomaban un descanso para dentro de unos días volver al frente.
los comedores se encontraban adentro en el bosque, junto a la cocina y la tienda donde se traba a los heridos. 

Este campamento parecía una pequeña tribu, con todo lo necesario para sobrevivir, con sus curanderos, sus cocineros y quienes iban a pelear.

—Su majestad imperial, el guerrero máximo me ha indicado que usted dormirá junto a él en su tienda

—Gracias Gerhard— el hombre de cabello rizado, hizo una reverencia y salió de la tienda.  

Al salir Gerhard, los tres nos quedamos platicando de cuando sería prudente volver y  pensábamos que lo mejor sería partir en cinco días, pues no queríamos ser una carga para el campamento y mucho menos para Iorak, pues a pesar de que anhelaba estar junto a él todo el tiempo, su deber se encontraba a unos cuantos metros del campamento.

—He escuchado que servirán la comida, es bueno que nos alimentemos y recuperemos la fuerzas del viaje

—Si Waldemar — dije poniéndome en pie. Los tres caminamos al comedor y ahí vimos varias mesas horizontales.

Vi un espacio en el comedor y me dirigí a tomar  asiento cuando escuché que alguien me llamó, volteé y era Pavlos quien me invitaba a sentarme junto a él y su grupo de guerreros de élite.
Le sonreí aceptando y mire a Wilhem y Waldemar para indicarles con la mirada que me siguieran. Cuando llegue a tomar asiento Pávlos parecía haberse sólo invitado a mi.
— Mis invitados van conmigo a donde sea — dije eso para hacerles atender que ellos también comerían ahí. 

Wilhem y Waldemar tomaron asiento y yo quede en medio de ambos, apenas los presentaría con Pávlos y sus compañeros cuando Iorak entró al comedor, todos al instante se pusieron en pie, mientras que yo me mantuve sentada, así Iorak se acercó hasta nosotros.

 
—¿De que hablaban?— dijo mi marido, al mismo tiempo en que todos volvían a tomar asiento. 


—Estaba a punto de presentarles a mis acompañantes, tal vez ya lo conozcan él es mi fiel sirviente y mano derecha Wilhem Blomquist y también nos acompaña el Jowvnik Waldemar del escuadron Nordborg


— No tenía el gusto, Joevnik Waldemar, pero bienvenido— dijo Pavlos, para después sonreírle a Wilhem, mientras  Iorak miraba serio a Waldemar.


—Gracias por traerla con bien—Iorak habló en un tono verdadero de agradecimiento.

 
—Nada que agradecer su majestad, es mi trabajo— cuando Waldemar dijo aquello yo agaché la mirada, pensando en lo sucedido en nuestra travesía y como puse en aprietos a Waldemar.

Comimos y platicamos un poco, pues varios guerreros tenían que volver al campo de guerra. Después de la comida Iorak me dijo que me vería en la noche y así fue. Como no había sirvientes que me ayudaran a vestir o bañarme, lo tuve que hacer sola. Lave mi cuerpo con paños húmedos para después ponerme un vestido gris semi transparente que se amarraba por la cintura, formando un moño por detrás de mi espalda. Perfume mi cuerpo con el único perfume que pude meter en la maleta y recogí mi cabellera en una media coleta.

 
Mientras esperaba la llegada de Iorak acomode la cama, pues está se encontraba  en el suelo, esto no era nuevo para mi, pues en todo el imperio se acostumbraba a que si se dormía bajo una tienda, la cama se encontraba en el suelo hecha de gruesas colchas y de muchos cojines.

—Veo que estás arreglando todo— me interrumpió la voz de Iorak. Voltee desprevenida y al verlo le sonreí. Como recién casada me puse en pie y corrí a sus brazos.

—Aun no puedo creer que estoy contigo— dije con los ojos cerrados gozando de este sueño.

—Yo tampoco Oksana

Levante mi mirada y el me beso, yo le segui el beso y el paso sus manos por mi cuello, yo comencé a quitarle el uniforme y el me cargó en sus brazos para dejarme sobre las mantas en el suelo,  abrí mis piernas y el se alejo unos momentos para verme, yo le sonreí sonrojada y el nervioso llevo sus manos a su vientre para quitarse el cinturón.  Comencé a desabrochar mi vestido y el desnudo me tomo. 

Su tacto era brusco y sus movimientos fuertes, al principio me sorprendió pues hacía tiempo que Iorak no se comportaba de esta manera, pero no dije nada, solo me concentre en sentirlo y disfrutar el momento.  Al terminar el se acostó a un lado de mi, sobre las almohadas y yo me acurruque en sus brazo, cansado él comenzó a dormir, mientras yo pensaba en que tal vez el antiguo Iorak había vuelto.

Los días siguientes las cosas fueron igual. Todo el dia me quedaba ahí en la tienda sin oportunidad de salir pues Iorak tenía miedo de que algo me sucediera al ser la única mujer en el campamento y por las noches él volvía  a hacerme el amor de una manera fría y dura. Ni siquiera me veía a los ojos mientras me tomaba; a pesar de que no me gustaba su manera de hacer el amor y comenzaba  a preocuparme no dije nada. 

Lei sobre plantas medicinales nordas, pero no podia pasar de la página cuarenta, pues me encontraba aburrida.

—¿Oksana?—era la voz de Wilhem.

Emocionada de ver por fin a alguien, me puse en pie y camine hasta la entrada de la tienda—Hola— dije sonriendo.

—He venido, para saber si vendrías a comer, no te hemos visto en dos días

—No puedo, Iorak le dijo a sus sirvientes que me trajesen la comida aqui—Wilhem bajo la mirada pensativo— lo se tambien me resulta extraña su nueva actitud 

—Esta bien Oksana, no hagamos enojar al emperador

—Oye , pero dime ¿que han estado haciendo tú y Waldemar ahí fuera?

—Practicando, uno de los guerreros del clan de Iorak, nos lleva a practicar por las tardes y ayudamos en lo que podemos, labores básicas

Wilhem se fue y me quedé muy pensativa, pues ya estaba cansada de estar encerrada. Llegó la noche y Iorak fue en busca de mi cuerpo, después de que termino el me abrazo.

—Iorak ¿podría pedirte algo?

—Dime

—Quiero aprender a usar la espada

Iorak se quedó mudo, entonces lo voltee a ver y él me miraba sorprendido

—¿Por qué?

—Quiero saber protegerme

—No lo se Oksana

—No te estoy pidiendo permiso— rei.

Iorak se sorprendió por mis desafiantes palabras, yo estaba sentada y le daba la espalda, entonces el tambien se sentó y beso mi espalda. 

—De acuerdo, entonces hazlo

—Le diré a Waldemar que me enseñe—le mire a los ojos y el se alejo un poco de mi

—¿Por qué a él? ¿Por qué no a otro guerrero?

—El sabe manejar muy bien su espada...además fue quien me trajo sana y salva hasta aqui

Iorak se puso serio y solo carraspeo

—Veo que tú y él se llevan bien

—Nada extraordinario—me acerque a él y le bese. 




ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now