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Había llegado la noche, yo ya estaba arreglada y lista para la recepción de esta noche, baje al vestíbulo y tome asiento en la sala. Mientras Iorak era bañado y vestido, Saleh me hacia compañía junto al fuego de la chimenea.

—Aun me encuentro estupefacta por lo que sucedió por la mañana— dije mientras bebía agua de mí copa de marfil.

Saleh me volteo a ver y rio brevemente—Ha decir verdad es el regalo mas extraño que se ha hecho  a una emperatriz en muchos años, pero tampoco me sorprende

—Créeme la sorprendida soy yo ¿por qué se atrevería a hacerme tal regalo?—cuando dije esto Saleh me miro serio y pensativo.

—Solo puedo decirle que sea cuidadosa y esté lista para lo que sea— me sorprendí por aquel comentario y me quede seria, mientras dejaba mi copa de marfil sobre aquella mesa hecha del viejo tronco de un enorme árbol.

—Además estoy casi seguro de que la comida que servirán esta noche, no va a ser de su agrado

—¿Ha sí? — le pregunté extrañada.

—Tendrá algo que ver con serpientes, le puedo asegurar... esperare con ansias hablar con usted mañana y que me cuente como estuvo la cena — dijo sonriendo, yo le sonreí de vuelta pues a pesar de que sus presagios eran negativos, el parecía saber qué era lo que sucedía y me transmitía confianza.

Iorak bajo arreglado y luciendo espectacular en un uniforme gris, por lo que yo no podía ni sostenerle la mirada del nerviosismo que el provocaba en mí. Los dos nos fuimos en un carruaje a caballo, mientras que Wilhem y el consejero de Iorak se fueron en otro carruaje. Llegamos al castillo del rey y la reina de Skorjv ahí nos esperaba un festín y una recepción diplomática. Al entrar al palacio nos esperaba un pasillo de hombres y mujeres nobles en fila a los costados de este, para saludarnos y ver a su nueva emperatriz.

Mi vestido de terciopelo dorado acariciaba los antiguos pisos de madera del castillo de los reyes, mis mangas largas que sobrepasaban el largo de mis dedos y cubrían mis manos temblorosas del nerviosismo de volver a ver a aquella reina; Pasamos de todos los invitados y cuando llegamos con el rey Jaimich y la reina Annia quienes me esperaban con una gran sonrisa, pude sentir mi corazón latir rápido, pues no sabía qué nueva sorpresa podría esa mujer traer.

—Sus majestades imperiales— dijeron ambos reyes mientras hacían una reverencia ante nosotros, cuando estos se pusieron en pie el rey Jaimich tomo mi suave mano y la beso. Pude sentir la llegada de Wilhem por detrás mío, por lo que me sentí mas protegida de estar frente a estas personas.

—Queremos presentarles a nuestras hijas— dijo el rey mientras se abría a su izquierda y dejaba pasar a dos jóvenes princesas.

—Pero bueno, no conocerlas del todo, pues el emperador las conoce más que bien— dijo la reina Annia.

Me quede sorprendida por aquel comentario, la princesa de cabello gris, solo se limitó a hacer una reverencia, la de cabello lila casi blanco se acercó hasta Iorak y le tomó las manos para darle un suave beso en la mejilla, verlo a los ojos, hacer una reverencia y volver a su lugar; mientras la escena sucedía su madre la reina sonreía gozosamente y Iorak solo se limitaba a actuar en silencio. Mire aquello suceder y mucho pasó por mi mente, que lo unico que me limite a decir fue — Un gusto— para alejarme de ellos, sin siquiera verlos a la cara. No sabía si Iorak me seguiría o no, solo quise continuar, pues aquella escena me había incomodado muchísimo. Al parecer ellos parecían conocerse bien... muy bien y nuevamente yo me convertía en la extranjera.

Continue saludando a los invitados quienes me miraban de pies a cabeza, me seguían con la mirada desde sus lugares, querían estar conmigo todo el tiempo pues era algo nuevo para ellos ver a una extranjera y más que está ahora sería su emperatriz.

Tome asiento en la mesa que Wilhem me indico y Iorak aún no llegaba, pero ante su ausencia tome asiento, mientras me servían una copa de vino. Degustaba mi bebida cuando observe como los reyes junto a Iorak llegaban al comedor, las princesas le seguían el paso, Annia y Jaimich se sentaron en nuestra mesa, mientras que sus hijas tomaron asiento frente a nosotros.

El rey Jaimich y Iorak dieron un brindis, mientras Iorak hablaba en su idioma podía ver que una de las princesas lo miraba fijamente con unos ojos ilusionados, no lograba entender el interés de la joven por Iorak, pero parecía que esta se encontraba feliz tan solo de verlo. La cena fue servida, cuando la cubierta de mi plato fue levantada me encontré con una sopa verde opaco y dos enormes bolas blancas que tenían forma de huevo. Vi mi plato por largos segundos y note que todos comenzaron a comer, entonces yo preocupada tome la cuchara y parti uno de las bolas y vi que adentro había un tipo de puré verde, que desprende un penetrante olor, nada apetitoso, entonces hice una cara de disgusto y moví mi cabeza hacia atrás.

Iorak quien me veía de reojo se dio cuenta de la situación — Son huevos de serpiente— me susurro, entonces yo hice una mueca de asco y juro que casi vomitaba ahí,  me puse la servilleta de tela para cubrir mi nariz y boca y fue cuando recordé las palabras de Saleh sobre la cena de esta noche.

Iorak veía mi disgusto, que me miro a los ojos y me dijo — No se preocupe no es una comida muy común ni siquiera para la gente de aquí, es la segunda vez que la como en mi vida, puedo pedir si usted desea que le preparen otra cosa— dijo amablemente, yo me sorprendí pues pensé en Octavius y en todas la veces que me forzó a comer lo que el comia, pues lo que a él le gustaba debía gustarle a todo el mundo, por lo contrario recibirá un castigo.

—Lo agradeceria mucho— dije haciendo una pequeña sonrisa, entonces Iorak mandó a traer un sirviente para que se llevará el plato y fue cuando la reina Annia se dio cuenta de la situación

—¿Sucede algo? ¿el plato le causo nauseas? — me quede sorprendida por su comentario.

—Algo, no me he sentido muy bien el dia de hoy

—Probablemente es porque llevas un bebé en el vientre — dijo sonriendo fríamente mientras pausaba su comida— Esperemos que ese sea el caso— dijo deshaciendo su sonrisa.

— No, me temo que aun no estoy embarazada— dije seria y un tanto irritada

—Pero que triste sorpresa— dijo la mujer para después continuar con su comida, yo deje de mirarla y realmente comenzaba a sentirme mal, bajo la presión de aquella mujer, el hecho de que tenía mucha hambre y la mirada constante de aquella princesa hacia Iorak.

la cena terminó y yo quería irme a la brevedad pero Iorak mencionó que se nos estaba haciendo la invitación de quedaros dos días en el palacio antes de nuestra partida, pero yo suplique que quería estar en el palacio de Nunooh a lo que Iorak parecía estar de acuerdo conmigo, por lo que dijo que por esta noche nos iriamos a descansar a nuestra residencia pero volveríamos mañana por la mañana para quedarnos esos dos días y así el tercero partir para continuar por nuestra gira real.

ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now