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El rey Paskva nos guió hasta dentro de su castillo y nos dio un pequeño recorrido, para después llevarnos al comedor, el cual era pequeño comparado con el que teníamos en nuestro palacio en Marmur; ahí nos esperaba la famosa sopa ''Hova'' una sopa espesa hecha con verduras y hongos, famosa entre los reinos y tribus del imperio. Mientras degustábamos nuestra cena, se me informó que dormiría en una habitación ajena a la de Iorak por mi sangrado, el cual comenzaba a desesperarme, puesto que desde que el viaje había comenzado y lo único que quería hacer era estar con Iorak, pues estar con él me hacía sentir en casa, una fría casa, pero sentía cierto apego. 

Cuando abrí mis ojos desperté en una habitación de paredes blancas y pisos de madera, el tenue sol entraba por una gran ventana, entonces se abrieron las puertas y Revna entró junto a otras esclavas, estas me ayudaron a salir de la cama, para después ayudarme a tomar un baño. La tina había sido puesta literalmente a un costado de mi cama, pues no había un baño en este castillo. Mientras lavaba mi cuerpo podía comprender una que otra frase que decían las mucamas que limpiaban mi habitación, quienes se referían a mí como la extranjera que no había traído herederos al imperio.

Mientras escuchaba eso, me sumía en mis pensamientos y me venía a la mente Octavius, quien me pidió embarazarme lo antes posible pues Iorak podía conseguirse otra esposa,  pero tenía más miedo de que mi matrimonio se viera anulado y yo terminará en manos de Octavius...como su esposa.  Pensaba en que ya había pasado tiempo y aun no me embarazaba. Los pensamientos terminarían destruyéndome, pues a pesar de que la gente hablase, yo era la primera en apuntarme. 

Mi baño término y la reina Natasha me acompañó en el desayuno, esta estaba emocionada de poder compartir la comida en privado con la emperatriz, en todo el desayuno Revna sirvió de nuestra traductora. Aquella mañana yo portaba el broche en forma de flor de cerezo que había sido hecho para mi en oro y diamantes rosas, mientras que la bella reina Natasha vestía un vestido morado y llevaba su cabello rojo oscuro recogido, el cual Revna me dijo que era teñido. Al terminar Iorak y yo dimos un recorrido por el bosque de cerezo junto al rey y la reina, para después pasar a saludar a los aldeanos y carpinteros. Pasaríamos otra noche en el castillo Gilos.

La cena la tomamos en una cena privada junto a los reyes y sus dos pequeños, quienes resultaron ser sorprendentemente tranquilos, su madre la reina los mandó a dormir temprano y mientras estos se iban algo cansados de la mano de sus nanas, pude ver como Iorak los miraba contento, al parecer parecían cruzarle muchas cosas por la cabeza pues su mirada parecía perdida en aquellos niños. Yo ahogué mis temores en el vino y continue mi corta plática con Natasha puesto que lo poco que sabía del idioma no me permitía desarrollar una elaborada platica con la gentil reina.  

—Buenos días su majestad— dijo Revna quien abría las cortinas de la habitación, para dejar entrar a las mucamas, las cuales más amables que la primera vez, seguían llamándome extranjera.

 Se tenía prevista nuestra partida por la tarde, pero no sin antes Iorak tuvo una junta con el rey y los caballeros del reino. mientras esto sucedía, yo me cercioraba que nuestro equipaje fuera subido al bakismálan y que todo estuviera bien. Salí del castillo y ya me había despedido de los reyes, ahí frente a este, vi que una carroza nos esperaba—Debe ser un error, no viajaremos en carroza, viajaremos en el bakismálan— dije mientras me llevaba mi mano a la barbilla tratando de descifrar qué era lo que sucedía. 

—No su majestad, el emperador dijo que el clima era perfecto y que viajarían por tierra— cuando Revna dijo esto yo me sorprendí, ambas nos dirigimos al carruaje y mientras retiraba mi guante lila de mi mano para entrar al carruaje, volvi a cuestionar a Revna sobre si esto había sido decisión de Iorak. 

—¿Cuánto tiempo haremos por tierra, para llegar al reino de Skovjor?

—Cinco días su majestad— cuando Revna dijo esto me moleste tanto que lo único que hice fue poner mis ojos en blanco y cerrar la puerta del carruaje, Iorak quien me esperaba a las afueras del reino parecía estar más que contento cuando vio mi carruaje llegar hasta el. 

Se abrió la puerta de este y me tope con un Iorak sonriente. Me sorprendí, pues el casi no sonreía... ha decir verdad nunca lo hacía.

—Veo que ya te han informado, viajaremos por tierra al reino de Skovjor

—¿Por qué no lo haremos por aire?— le cuestione algo irritada, pues sabía que ir por tierra era soportar fríos a los que aun no lograba acostumbrarme.

Él sonrió levemente, algo que me hizo sentir en confianza. Se bajo del carruaje y ahora nos encontrábamos frente a frente. Su carácter parecía diferente, cada vez dejaba ver más su verdadera personalidad.

—Por que la ruta por tierra tiene los más bellos paisajes del Imperio, prometo que no se arrepentirá, además debe verlos, prometo que no hay nada como estas vistas— cuando el menciono esto, mi coraje se disminuyó y pensé que tal vez él tenía razón, por algo quería mostrarme estos supuestamente bellos paisajes.

Los dos nos subimos a un carruaje blanco, mucho más grande y tras nosotros nos seguía un séquito de carruajes con nuestro equipaje y el de nuestros sirvientes. Pasamos días en ese carruaje y Iorak no paraba de mirar por la ventana, la primer noche descansamos en una casa de acampar que los esclavos construyeron, el durmió junto a mi casa de acampar, pero jamas entro a la mía.

 Mi cuerpo  estaba cubierto en pieles de animales y aun así el frío del bosque era insoportable. Al otro día antes del amanecer ya estábamos viajando, él se salió con el cochero, para poder ver los paisajes más de cerca y no desde una ventanilla. Nuevamente por la noche nos detuvimos a descansar y así el resto de los días, hasta que un día al atardecer llegamos al reino de Skovjor.

Yo dormía junto a Revna cuando el carruaje se detuvo, entonces la puerta se abrió y Iorak me hablo, yo retome mi postura y el me pidió que bajara del carruaje, yo hice lo que él me pidió y me tope con un bosque verde, pasto verde y un cielo azul, yo me sorprendí y el soltó una risita por mi sorpresa.

—Bienvenida a la parte más caliente de todo el imperio, el reino de Skovjor


ROSA INVERNALWhere stories live. Discover now