Su reina por obligacion /LIBRO 1) COMPLETA

27

Beatriz sabía que era muy peligroso lo que estaba haciendo, en todos los sentidos, pero eso no la detuvo de conseguir discretamente un caballo en las caballerizas y salir aquella noche a encontrarse con el rey Darcy. Tenía años que no cabalgaba y se sintió libre, mientras la capa de la capucha que la cubría para que no la reconocieran, ondeaba al viento, al tiempo que se alejaba a velocidad del castillo de campo, rumbo al bosque. Iba unos minutos más tarde, a la hora que la había citado el rey, porque le había costado encontrar el valor para hacer esta locura, lo que significaba que él ya debía estar allí esperándola; efectivamente así era, ya que cuando llegó, lo encontró sentado en una roca, tan sereno y imponente como siempre, mismo quien se levantó y la ayudó a bajar del caballo, con mucha lentitud para aprovechar y tenerla un rato entre los brazos, antes que ella que detuviese aquella intimidad, alejándolo y estabilizándose en el suelo.

—Sabía que vendrías. —le dijo, pareciendo muy satisfecho. Él vestía tambien de negro, viéndose más oscuro y peligroso que de costumbre.

—A ver Darcy, no malinterpretes esto. No vengo a mantener relaciones contigo. —le puso las cosas claras Beatriz de inmediato.

—Disculpa mi desconcierto querida mía...—ladeó la cabeza extrañado él y preguntó, mientras tomaba su caballo y lo amarraba a un árbol—Si no pretendes venir a aliviar mi sed de ti, trayéndome su belleza tentadora y escandalosa ¿A qué has venido?

—Quiero tratar un asunto contigo, que no tiene nada que ver con nosotros. —respondió ella tratando de sonar lo más firme posible, aun cuando sus piernas temblaban deseando abrirse y recibirlo; más sí le decía ese tipo de poesía erótica.

—Ah sí, seguro otro cuento que te inventaste para acercarte a mí de nuevo. —replicó él, divertido.

—¡Yo no me invento cuentos para acercarme a ti! —se enojó ella—Las cosas que he querido decirte son de seriedad.

—¡Escóndete! —le dijo él de repente, empujándola para que se ocultaran tras el árbol que tenían detrás. Beatriz gimió al tenerlo encima, pero se quedó quieta porque se dio cuenta que le había hecho eso porque alguien estaba pasando por el caminoDisculpa si te lastimé. —le dijo él despues separándose. — Son los guardias de tu hijo, haciendo ronda por los predios y sé que no te gustaría que nos descubrieran aquí.

Beatriz solo asintió sintiéndose muy nerviosa, porque mientras lo tuvo pegado a ella, sintió que aquel bulto que Darcy tenía entre las piernas, le rozó muy cerca de su estómago.

—Ven conmigo—la agarró él de la mano, mientras ella se soltó abruptamente, haciéndolo explicarle— para que tratemos con mas privacidad el asunto de importancia del que quieres hablarme. ¿O prefieres quedarte aquí y que seamos descubiertos?

—¿A...donde vamos? —preguntó ella no gustándole la idea de ir a alguna parte con él.

—Ya te dije que a un lugar más privado, querida. Es necesario que nos quitemos de aquí, antes que la guardia vuelva —Beatriz lo vio tomar las riendas de los caballos, antes que le tendiera la mano. —No te preocupes, no te atacaré. —agregó irónico, al ver que ella no lo agarraba.

—Prefiero que hablemos aquí, Darcy—dijo ella—Trataré de ser lo más rápida posible.

Él cruzó los brazos, luego de poner los ojos en blanco, entonces dijo:

—Bien, hablemos aquí entonces, así evitas que te violente. ¿Qué pasa?

Beatriz sabía que él no le haría daño, pero la alteraba pensarse a solas con él, ya que no confiaba en sí misma, así que tragó saliva y se dispuso a empezar a expresar su dilema, pero apenas pudo decir una palabra antes que escucharan cascos de caballo y tuvieran que escabullirse con rapidez, con el rey tomando las riendas de su caballo y su mano. Él luego la condujo a una pequeña edificación de piedra, no muy lejos del punto de encuentro, parecida a una pocilga con una puerta que chirrió al ser corrida, pero ella al entrar al interior se sorprendió cuando encontró que el lugar estaba iluminado con velas, además que el suelo cubierto de heno, tenía un lecho con sábanas, listo para dos amantes.