Bastardo.

Mi corazón late con fuerza y tengo que calmar mis pulsos frenéticos. Maldita sea. Austin me aterra, pero también me genera mucha intriga. No sé qué pensar de él. No sé porque me hace sentir tan nerviosa.

Es un desgraciado que odia a mi familia.

—¡Aquí estás! —La voz de Ellie me hace sobresaltar —. Tú y yo tenemos una cita pendiente con el estilista. Nuevo color de cabello, ¿recuerdas?

La golpeo en el hombro.

—Me asustaste, idiota.

Mi prima suelta una risita y observa por donde desapareció Austin.

—Uyyy, perdón. ¿Quién tenía toda tu atención?

Ajusto la mochila sobre mi hombro derecho y caminamos en dirección a la salida. Me avergüenza admitir que Austin despierta cosas raras en mí a pesar de la curiosidad. Probablemente se me pase cuando descubra sus verdaderas intenciones. Puede ser muy atractivo, pero su actitud nefasta le resta muchísimos puntos.

—Nadie —respondo —. ¿Cómo te sientes? Logan partirá pronto a Canadá y quizás...

Me cubre la boca, callando cualquier mal presagio.

—No te atrevas a pensar en lo peor —dice Ellie —. Salvarán a Sadie y todos estaremos bien.

Hago una mueca.

—Pensaba que hay otras posibilidades...

—No lo hagas —reprende mi prima —. Que tu boca se haga chicharrón por pensar en tonterías.

—Relájate. ¿Y tú por qué irás al estilista? No te hace falta nada.

Ellie toca las puntas de su cabello rubio.

—Quiero un retoque, algo nuevo para verme diferente. Por cierto, no invité a nadie. Iremos juntas.

Qué sorpresa inesperada. Ellie ama este tipo de eventos, pero me imagino que sus ánimos no son las mejores por Logan. Mamá debería cancelar la fiesta, aunque no es una buena idea. Dará motivos de qué sospechar. Es adecuado continuar como si nada estuviera pasando.

—Seremos un trío perfecto —sonrío —. ¿Te despediste de Logan?

Se ruboriza.

—Le preparé algunas galletas para su corto viaje y nos besamos esta mañana.

Por la diosa luna... El amor nos hace idiotas, pero soy la menos indicada para juzgar. Ellie se dará cuenta por sí misma. Veo a mi tía Reynard recoger a Ava. Ellie y yo levantamos las manos a modo de despedida mientras se aleja en su auto. Asa tiene clases de matemáticas y se irá más tarde con mamá.

—¿Cómo te sentiste en tu primera vez? —pregunto.

Sus ojos azules destacan más que nunca gracias al sol y sonríe ampliamente. Estoy a punto de tener un ataque diabético.

—Él fue muy gentil y se portó como un príncipe. No me arrepiento de mi experiencia, Melissa. Lo volvería a repetir si pudiera.

Me quejo mientras llegamos al estacionamiento. Mamá no puede llevarme hoy, me dejó a cargo de mi tía Emmie. Ella está dentro de su impecable Mercedes Benz. Adam atrás en su asiento de bebé con una consola portátil en la mano. Si hay una experta en modas, es mi tía Emmie. Mamá ya compró mi vestido y no me vendrá mal algunos consejos sobre mi cabello.

—¡Niñas! —grita mi tía Emmie —. Será una tarde maravillosa en el salón de bellezas. Dense prisa.

Ellie se sienta a su lado mientras me acomodo cerca del pequeño Adam. Mi primo viste su típico traje de Batman y es inevitable sonreír. Él y Amy son los únicos inocentes de nuestra familia. Tienen tanto para vivir.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora