Italia, años atrás.
Bruno y Fabrizio Morelli discutían en la oficina de la mansión, ambos gritaban y lanzaban cosas pero sin darse cuenta alguna tenían de espectador a un pequeño pelinegro y de ojos azules, quien escuchaba la discusión en la que su padre y su tío eran protagonistas.
-¡eres un débil!- Bruno grito a su hermano mayor- eres un débil por no ir y matarlo con tus propias manos, es un maldito hijo de puta y dejas que hago contigo y con todos lo que más le plazca, Alek Ivanov merece morir y si no lo matas tú seré yo quien lo haga.
-no harás ni una mierda- el hombre frente a él habla mientras se acerca amenazante- nadie se meterá con los rusos, ni tú, ni yo, ni nadie que pertenezca a la mafia italiana se meterá con ellos.
Bruno suelta una risa cargada de ironía.
-no pienso obedecer a tus órdenes Fabrizio- ambos se desafiaban- no pienso seguir más tus órdenes, he acatado todo lo que has pedido y dicho pero no pienso hacerlo más no hasta que seas lo bastante inteligente y termines con él, ¿lo harás?- Fabrizio se mantuvo en silencio ante la pregunta de su hermano- no lo harás.
-no lo haré- afirmó el mayor de los Morelli- no mataré a ese hombre solo para complacer tus caprichos.
-bene- Bruno comienza- has lo que quieras- finaliza mientras comienza a caminar para salir de ahí.
-¿A dónde demonios vas, Bruno?
-a conocer a la heredera Ivanov.
Es lo último que Fabrizio Morelli escucha antes de que su hermano salga hecho una furia de ahí.
Días después la mafia rusa estaba de luto, Alek Ivanov había perdido a su familia.
♤
Italia, actualidad.
Dalila.
-¿crees que no te amo, cara?- Raffael pregunta ante la pregunta que yo he hecho.
-creo que tal vez solo amas a la Dalila que te ama de manera loca y desenfrenada- hablo mientras bajo mi tono de voz.
Suspira frustrado mientras intenta sentarse mejor sobre la cama dejando su comida a un lado.
-ven aquí- palmea un pequeño lugar en la cama, me acerco y tomo asiento en aquel lugar- te amo- habla- y sé que te amaría pase lo que pase- comienza pero evito su mirada- Dalila, intento evitarte un montón de dolor y arrepentimiento, para ti es fácil decir que lo matarás, lo sé, pero no estás pensando en todo lo que pasará una vez mates a un líder, tendrás a toda una mafia sobre la tuya, no creas que dejarán pasar las cosas solo porque sí, buscarán o no una manera de vengar- solo escucho lo que dice- ahora, eres Dalila Román, la persona que nunca en su vida ha matado ni a una mosca- muerdo mi labio para no reír- tu vida cambiará después de eso y lo digo por experiencia, en el momento que lo hagas posiblemente no sientas nada más que adrenalina en tu sistema pero una vez que regreses a la realidad será difícil que olvides lo que has hecho, cuando matas a alguien por primera vez tendrás el recuerdo para siempre en ti, vivirás con eso para siempre e incluso lo revivirás cuando menos lo imagines- habla- y yo no quiero eso para ti.
Me aclaro la garganta para después ponerme de pie.
-me voy- hablo acomodando mi cabello y mi abrigo.
-promete que lo pensarás- habla- que pensarás muy bien en lo que harás y que no dejarás que tus simples impulsos guien tus acciones.
Asiento sin más opción.
Me acerco a besar sus labios y antes de que salga de la habitación por completo él habla de nuevo.
-quiero ser yo quien termine con Dante- habla a mis espaldas- es tiempo de que deje nuestra sangre a un lado y tome venganza por todo lo que ha hecho en mi contra.
-has tenido la oportunidad más de una vez- respondo sin voltear a verlo- ¿cómo puedo saber que esta vez hablas en serio y no lo dejarás vivir?
-tal vez tú también solo has visto al Raffael enamorado como estúpido de ti- responde- pero no has visto al diablo italiano tomando las riendas.
No digo nada más y solo me voy de aquí, llego a la primera planta en donde Alonzo y su padre comen.
-debo de irme- hablo y aquel hombre se pone de pie asintiendo- Raffael no es un mal hombre- comienzo- a veces suele ser algo difícil e irritable pero puedo prometer que no dará problemas al estar aquí y si da problema alguno no duden en llamarme- asiente de nuevo- vendré dentro de unos días, no puedo arriesgar a cualquier de nosotros, espero y pueda entender eso.
-está muy bien.
-cierto- recuerdo una parte de nuestro acuerdo- respecto al trabajo- saco una pequeña libreta y lapicero para comenzar a anotar- vaya aquí y busqueme, me encargaré de su incorporación inmediata.
Sonríe un poco asintiendo. Me despido de ellos y salgo para ir hasta la camioneta en donde subo y comienzo a conducir hasta mi departamento, en cuanto llego a este veo algunos autos aparcados y creo saber sobre quienes se tratan.
-señorita Dalila- Antonio habla una vez paso por la caseta de vigilancia- hay gente en su departamento, espero no le moleste, la señorita Anna y su padre venían con ellos .
-no te preocupes Antonio- respondo- está bien.
En camino hasta mi departamento veo mi celular y este tiene mensajes de Luka, Anna, Aline y de mi padre, seguramente me encontraría una escena dentro de este, abro la puerta y automáticamente todos guardan silencio, aquí están todos los que se habían quedado en el cementerio justo cuando me fui.
Cierro la puerta mientras los miro y ellos a mi.
-¿pasa algo?- pregunto intentando lucir como lucía y me sentía hace unas horas.
-¿en dónde estabas?- pregunta mi padre.
-fui a ver a un cliente- respondo- problemas de la ley, ya sabes.
Miro algunos papeles que habían llegado y se encontraban sobre mi barra, era todo lo relacionado al caso con mi tío, también estaba la información sobre el caso de Anna y Adriano que se llevaría a cabo en unos días y por último la información sobre el asesinato de Fabrizio Morelli que había solicitado.
Dejo todo ordenado y voy hasta la cocina para tomar algo de comer pero el silencio de aquellas personas logra ponerme algo nerviosa.
-lo que sea que tengan que decir pueden decirlo ahora- hablo recargandome en la barra y mirándolos.
-No puedes hacer lo que quieras, Dalila- Anna es quien comienza mientras se pone de pie- mierda, no puedes estar tan tranquila después de todo y solo irte como si nada.
-mañana nos iremos a Rusia- mi padre habla ahora.
-¿a qué hora se van?- pregunto mirándolo y eleva una ceja.
-tú vendrás con nosotros- soy yo quien eleva una ceja ahora.
-no lo haré- hablo de inmediato.
-no hay más que puedas hacer aquí.
-aquí está mi vida y no pienso irme solo porque sí.
-has amenazado a Dante Morelli, el nuevo líder- habla de nuevo- ¿qué te hace pensar que él dejará que sigas en Italia como si nada?
-no le pediré permiso- defiendo- este es mi hogar.
-Rusia lo es.
Guardamos silencio.
-no puedo irme- respondo de nuevo- y no puedes obligarme a irme contigo.
Miro a los demás y parece que estaban de acuerdo con lo que mi padre decía.
-prometimos a Raffael que te protegeriamos y si esta es la mejor manera para mantenerte a salvo creo que deberías de hacerlo- habla Noan y los demás asienten.
-Giovanni- hablo al italiano pero este solo niega haciéndome saber que apoyaba a los demás.
Saco mi celular y marco el número de aquel hombre quien no tarda en contestar.
-debo hablar con él- hablo y no tarda en comunicarme con Raffael.
-¿cara?- pregunta- ¿qué pasa?
-mi padre está obligandome a ir a Rusia con él y todos aquí están de acuerdo con eso- informo mientras los demás guardan silencio.
Suspira pesadamente.
-pon el altavoz- ordena después de unos segundos y lo dudo- Dalila.
Termino haciendo lo que me pide.
-listo- hablo una vez que lo he hecho.
-soy yo- habla él y veo como todos abren sus ojos con sorpresa acercándose- Raffael y no estoy muerto.
♤
Rusia, tiempo atrás.
Rosalie Ivanov regresaba a casa junto a su pequeña hija, Dalila. Había sido un largo día de compras y lo único que anhelaba era ver a su marido quien se había mantenido trabajando lo que parecía ser toda la tarde.
Voltea para mirar a la niña que duerme sobre sus piernas, la pequeña Dalila de tan sólo tres años, había terminado agotada después de estar todo el día de un lado a otro.
El celular de ella comienza a sonar y al ver que se trata de su buena amiga Gretta Morelli decide responder con una sonrisa.
-Gretta- habla emocionada- es un pl...
-debes de bajar de ahí de inmediato- aquella mujer suena desesperada del otro lado de la línea- baja de esa maldita camioneta, ¡ahora!
-¿qué?- pregunta confundida.
-Bruno ha colocado una bomba, quiere matarte, ¡baja ya!
-¡detente!- grita Rosalie al hombre que conduce su camioneta- ¡detente!
Aquel hombre frena de golpe y Rosalie no duda ni un solo segundo para bajar de inmediato y comenzar a correr con su hija en brazos, solo es cuestión de minutos para que una explosión se escuche detrás de ella, se ha alejado lo suficiente, su respiración es agitada mientras intenta recomponerse.
-¿mami?- la niña en sus brazos se despierta y la castaña baja a su hija lentamente mientras esta mira todo confundida.
-no pasa nada cariño- Rosalie obliga a su hija a mirarla a la cara dejando así que deje de mirar el vehículo que se incendia a la distancia- no pasa cariño.
-¿dónde está papi?- pregunta la niña haciendo que su madre ahogue un sollozo.
-estaremos mejor sin papi, ¿si?- intenta convencerse a si misma de que así será, intenta convencerse a si misma de que está haciendo lo correcto al dejar al hombre que ama e intenta pensar en que eso es lo mejor para la pequeña en sus brazos- estaremos mejor sin él.
Nos leemos pronto.
-Neftali.