"Gracias señor Higgins", dije con mi geranio en mano. Caminé las dos calles sobrantes para entrar al edificio. Al abrir la puerta me sorprendió la presencia de Hemmings el recibidor.
"Vaya, madrugaste", mascullé y él rió apenas.
"Aunque no lo creas, te estaba esperando", confesó y sentí un hueco en mi estómago. O no sé si sea un hueco precisamente. Era raro. Cómo sí de pronto todo comenzara a revolverse, la piel se me erizara y mi boca se secara.
"¿Y eso se debe a...?", él se encogió de hombros. No llevaba puesto el uniforme, usaba una camisa gris un poco apretada de los brazos, hacía que éstos sobresalieran y su espalda se viera más ancha de lo normal.
Él me miró y cerró uno de sus ojos, ah ya veo. Suspiré.
"¿Qué necesitas?", pregunté y él sonrió.
"Organización".
"¿Almacén?", él asintió. "Necesito hacer algo primero. Podemos hacer esto: Vas adelantando y me esperas al menos una hora o vamos acompañas y me ayudas".
"¿Qué es exactamente?", preguntó curioso.
"¿Te gusta leer?", él arrugó su nariz y dejó caer sus hombros. "Ya, vamos que se me hace tarde".
Él me siguió al ascensor y presioné el último piso. Jamás habíamos estado solos en el elevador, era raro este silencio.
"¿Y... Cómo va tu dedo?", pregunté y alzó su pulgar. Tenía un nuevo curita pero se quedó un poco morado por la sangre molida dentro. "¿Te duele?".
"Casi nada", se encogió de hombros y de abrieron las puertas. Caminamos a la sala de correos y prendí la PC. Él se sentó en el escritorio y abrí el correo electrónico. "¿Y cuál es tu trabajo exactamente?".
"Leer estos, escoger los buenos y borrar los malos, imprimirlos y acomodarlos".
Èl se me quedó viendo con cara de «Salsita por favor». Siempre lo hacía.
"Pensé que sólo entregabas en correo", confesó y reí un poco.
"Sí... Tenía que practicar otras cosas", admití y él arqueó una ceja. Meneé mi cabeza. "Olvídalo", miré al computador y suspiré. "Puedes ir acomodando esos...", apunté a unas hojas que tenía listas desde ayer. "Rojo es de parejas, amarillo de comida, azul para ropa y esas cosas, verde para cómicos, anaranjado animales...", comencé a indicarle y él sacudió su cabeza.
"De acuerdo, de acuerdo. Lento", reí apenas y le di las hojas.
"Sólo sepáralos, por favor", pedí y él asintió.
Puse un poco de música esperando a que no se quejara. Èl se quedó callado –eso es raro-, y acomodó los papeles justo como se los pedí. Mientras iba imprimiendo el acomodaba. Trabajo en equipo. Me gustaba. Luke no hablaba mucho, estaba acostumbrada a su silencio pero siempre tenía que pelear por algo o tan siquiera presumir cualquier cosa. En verdad sí quería que lo ayudara. Para finalizar lo mandé a comprar cuatro lattes y un sándwich y al traerlo, terminamos de acomodar, puse la correspondencia en el carrito.
"Sí quieres ve adelantándote", sugerí. "Yo entregaré esto rápido", él asintió y salió de la oficina. Me estiré un poco y tomé en marcha el carrito para hacer lo de siempre. Entregar, saludar, sonreír y ya. Creo. No era un gran problema para mí. Sonreír era natural, Stef siempre ha dicho que le encanta mi risa, ¿por qué? No tengo idea. Pero cada que empiezo a reír ella lo hace también, como si fuera contagiosa o algo.
Awn, la extrañaba. Extrañaba estar todo el día juntas, escuchando música, o simplemente hablando. En la clínica habían chismes grandes, muchos dicen que la seguridad en los hospitales es súper estricta pero sólo los que han estado ahí saben que no. Más en la noche. Las noches en las clínicas es la mejor parte. Como aquella película de "Una noche en el museo", por más muertos que estuviesen, cobraban vida.
Recuerdo la vez en la que ella y yo salimos a escondidas, ¿cómo? No tengo idea, pero logramos salir del cuarto y subimos al elevador hasta la terraza del hospital. Durante semanas habíamos estado planeado una fiesta con todos. Damien y Greg se encargaron de conseguir una botella de vodka. Willa consiguió el sonido, y entre varios lograron sacar sillas y mesas de los almacenes de mantenimiento. Unas chicas encargaron comida para todos, recuerdo que había pizza, hot dogs, spaghetti. E hicieron ponche de frutas, para cuando Stef y yo llegamos, le habían vaciado el vodka al ponche. Todos bailaban, cantaban, comían, fue uno de los mejores días en la clínica. Sólo como tres enfermeras se enteraron de lo que estábamos haciendo pero por alguna razón –nuestra desgracia-, no nos delataron con la directora. Para el amanecer ya habíamos limpiado y regresado a nuestras camas a dormir lo poco que pudiéramos para continuar con nuestros tratamientos.
Terminé de entregar todo, bajé al segundo piso donde se supone que Luke me esperaría. Caminé al almacén y toqué un par de veces la puerta para entrar. Ahí estaba él, sólo sentado en su teléfono.
"Vaya, no pensé que fuéramos a limpiar tanto", mencioné. Realmente no me importaba acomodar, pero quizá teniendo algo en común con él lo hiciera hablar.
"Es un desorden, ¿se creen mucho por ser las estrellitas?", preguntó y reí apenas.
"Sólo hacen su trabajo Luke", me encogí de hombros y miré el cuarto.
Todo estaba tan fuera de lugar, no había nada de organización.
"Creo que deberíamos comenzar por vaciar todos los estantes", él me miró.
"Pero re acomodarlo nos llevará horas", respondió.
"Bueno, yo salgo hasta las 6 así que...", él se me quedó viendo y dejó caer sus hombros.
"Pido este lado", sonreí y asentí. Comenzamos a saquear los estantes. El monto de ropa lo lanzábamos en una caja, los objetos de vidrio en un lado, los de plástico en otro. Los letreros, gafetes y señales en otro lado de manera en que todo estuviese dividido a la hora de acomodar.
"¿Puedo hacerte una pregunta?", lo miré por unos segundos y me di la vuelta de nuevo para seguir sacando. "¿Por qué sigues aquí si puedes estar en fiestas o con tus amigos?".
Él se encogió de hombros sin mirarme.
"No lo sé", se quedó callado un momento. "Supongo que quiero mostrarle a mi mamá que soy capaz de hacer otras cosas más que causar problemas".
Sonreí para mí.
"¿Por qué trabajas tú aquí?", preguntó. "No haces nada Salsita", me miró. "Haces el trabajo que las personas que trabajan aquí pueden hacer. Tienes un puesto absurdo", confesó.
Ladeé un poco mis labios.
"Necesitaba ayudar a mi padre", confesé. "Hace unos meses enfermó y no podía seguir trabajando".
"Pero, ¿aquí?".
"Mi padre hace mucho tiempo trabajó para tu mamá antes de que abriera BuzzFeed", confesé. "Dice que le debía un favor o algo así".
"No recuerdo haberte visto antes", confesó. "De haber sido así, no te hubiera olvidado".
Me quedé quieta un momento. ¿Qué se supone que debía significar eso?
"Pues... Yo tampoco te vi a ti", sonreí divertida.
"Jamás estaba en mi casa", admitió. "Siempre salía con mi hermano".
"Oh, si quieres podemos hablar de otra...", me interrumpió.
"No, está bien", alzó un hombro. "No soy tan sensible como mi madre".
"¿De qué murió?", pregunté curiosa y él se quedó quieto un momento.
"Lo asesinaron", mi corazón de empequeñeció. Dios eso era terrible. "Él estaba en casa de uno de sus amigos estudiando para uno de sus finales. Era una de las personas más inteligentes que conocía y decidieron salir por comida y... No sé. Hubo un tiroteo cerca y...", sentí que su voz se cortó un poco.
"No tienes que seguir...", dije y él asintió.
"Lo extraño tanto", escuché que absorbió su nariz y tragué saliva.
"Él está en un lugar feliz", Luke de giró y me miró. Tenía sus ojos enrojecidos.
"¿Un lugar feliz? Está muerto Salsita. ¿Cómo la muerte puede ser feliz?", entreabrí mi boca.
"Yo... No lo sé".
"Exacto, no lo sabes", se dio la vuelta y apreté mis labios.
"Lo siento".
Él bajó su cabeza y suspiró profundamente.
"No. Yo... Lo siento".
"Él te quería mucho Luke, lo sé", él asintió.
"Y por eso mi madre me odia", negué con media sonrisa.
"No te odia, ¿cómo una madre puede odiar a su hijo?", pregunté.
Vaya, ¿qué puedo decir yo? A mí me abandonó.
"Por la misma razón de que soy los ojos de mi hermano difunto y mi padre desaparecido, ¿qué tal eso?", me le quedé viendo. Había tanto dolor en su mirada. Èl apretó sus labios y negó. "Nadie me ve Salsita, y no puedo pedir que tú lo hagas también. No soy nadie, ni para mi madre, mucho menos para mi padre, ni siquiera yo puedo verme. Soy invisible".
Dios, sus palabras me dolían tanto. Como si él en verdad no se quisiera, como si de verdad para él no fuera nada. Quién diría que alguien como Luke tendría una autoestima tan bajo. El dolor en sus ojos era grande, su mirada estaba profundamente apagada, sus pupilas se engrandecían, sus labios temblaban y su pecho se levantaba. ¿Qué podía hacer yo en una situación como esta?
"Luke, no eres invisible", susurré.
"Sólo mírame, soy un intento fallido de mi hermano. Soy una copia mal hecha, soy la vergüenza de mi madre. Todo este tiempo, todos estos años simplemente he intentado ser algo más. He explotado cada parte de mí, he madurado y he aprendido a ser hombre por mi propia cuenta, sin nadie quien viera por mí, sin nadie que me dijera lo que está bien y lo que está mal", tragó saliva. "Si tan sólo fuera un poco como mi hermano, si solamente mi madre no quisiera verme siempre como él. Si tan sólo las personas dejaran de verme como «el hermano menor de Jack», y no como mi hermano mismo. Siempre luché por ser como él, siempre. Luché por gustarle a la gente, luché para ser un cerebrito, luché por tantas cosas y no puedo ser como él, jamás podré satisfacer a mi madre".
"Oye...", di un pasos para estar más cerca de él. "No puedes ser tan duro contigo mismo, esas fueron las cartas que te tocaron para que aprendieras que ese... no eres tú. Intentas sacar lo mejor de ti, pero eso es todo lo que puedes hacer, haces lo mejor que puedes. Si tu no das todo lo que tienes, sólo te estas engañando a ti mismo. No tienes que pretender ser otra persona cuando puedes ser tú", miré hacia abajo y tomé su mano. Él bajó la mirada. "Pero... Si logras lo que quieres, va a terminar siendo así".
Èl apretó fuerte mi mano y entreabrió su boca.
"Lo único que quiero es que mi madre me quiera".
No pude evitar pensar en el sobre de dinero. Cerré mis ojos y solté su mano. No me sentía bien.
"Ella te quiere Luke".
"Sí, claro", bufó.
"Es en serio, por eso te tiene trabajando aquí. Para no perderte de vista, para que en una de tus fiestas no te pase algo como a tu hermano. Ella no quiere tenerte como un alcohólico o drogadicto. Quiere que estés seguro aquí. En sus brazos. Donde ella te pueda ver".
"Por favor, tengo 21, ya soy lo bastante mayor para estar con eso", negó.
"Luke", reí nerviosa. "Yo tengo 18 y aún tengo la necesidad de estar con mi papá".
"Es diferente, tu no fumas, dudo que tomes, parece que no sales, sin ofender Salsita, siento que no tienes una vida social grande".
¿Auch? De acuerdo, esto me ganaba por ser buena persona. Sé que no soy súper popular, pero... Bien. Tenía razón, mis únicos amigos son una ciega, un leucémico, un sordo-mudo y mil discapacitados más.
"Pero olvidas que yo tampoco tengo a uno de mis padres...", susurré y él se me quedó viendo.
Él puso las manos en su cabeza y comenzó a caminar. Já, gané.
"Soy un idiota, lo sé".
"Sí, probablemente lo eres", aseguré y él se disculpó.
"Lo siento".
"¿De eso vives?", pregunté. "¿De lo sientos?".
"¿A qué te refieres?".
"Eres alguien bueno, eres una gran persona por un momento y sólo comienzas a hablar de ti y te abres y te conviertes en un idiota. Y cuando te das cuenta de que estas mal y repasas por tu cabeza toda la mierda que dijiste de las personas, te disculpas".
Él cerró sus ojos un momento pensando.
"Luke... No tienes control de ti mismo", negué.
Él abrió sus ojos y se me quedó viendo.
"¿Qué es lo que eres?", preguntó. "¿Cómo es que...?", entreabrió su boca y dejó sacar el aire de su pecho. "¿Cómo lo haces?".
Arqueé una ceja.
"¿El qué?".
"Todo. Hablar. ¿Cómo sabes decir las palabras correctas en el momento correcto?", preguntó y me encogí de hombros.
"No lo hago", confesé. "Es sólo lo que pienso. El único recurso que siempre he utilizado".
"No lo entiendo", se dio la vuelta y siguió sacando cosas.
"¿Qué cosa?", pregunté. Él apretó sus labios y dejó caer sus hombros.
"El hecho de que lo que me dijiste me lo han dicho miles de veces, pero viniendo de ti todo es diferente".
Me le quedé viendo y bajé la mirada. Y ahora era yo la que no entendía. La pregunta realmente debió ser para él. ¿Quién era Luke Hemmings? El chico que conocí con aspecto terrible, malhumorado e irrespetuoso, o el chico dulce y honesto que tengo frente a mí.
✈ ✈✈
Capítulo dedicado a mi bebé Fanny,
porque sin ella no hubiera podido escribir este capítulo.
Te amo♥.