» pray

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"¿Qué es lo que no entiendes?", pregunté.

"La forma en la que se pronuncia, no puedo".

"Sólo repite conmigo: « J'ai le meilleur petit ami dans le monde entier»".

"¿J'ai le mei...?".

"Meilleur".

"Meilleur", repitió.

"Petit ami dans".

"Petit ami dans".

"Le monde entier".

"Okay, Ja'i le ¿meilleur? Petit ami dans le monde entier".

"Perfecto", sonreí.

"¡Sí!", aplaudió.

"¿Recuerdas las frases que te enseñé?".

"Oh sí. «Je ne vais pas parler français»", solté una pequeña risa.

"Pareces casi francesa".

"Obviamente".

Cerré mis ojos dejándome llevar por la presión del agua dentro del jacuzzi, hacía tiempo que quería relajarme de esta manera. Jamás creía que el complacer a una mujer llegara a ser estresante. No es como si me quitara el sueño, pero definitivamente el querer sorprender todos los días a mi novia, era algo del cual me preocupaba muy seguido, y cuando digo muy seguido, es todos los días. Siempre quiero que tenga lo mejor y sobre todo que piense lo mejor de mí. De tal manera de que llegar a separarse. Si alguien fuera a terminar, puedo asegurar que yo sería el último. No hay manera en la que yo pudiese cansarme de ella.

El tiempo en el jacuzzi terminó y nos dirigimos al cuarto de masajes, donde prepararon dos camillas. Caminamos a unos biombos para quitarnos el mínimo de ropa, me causaba gracioso que después de todo, Salsita aún tuviera vergüenza a estar desnuda frente a mí. Admito que soy caliente, y ella lo sabe mejor que nadie, pero no por verla desnuda voy a querer coger. O al menos no en ese momento.

Me estiré un poco para ver detrás del biombo y ella soltó un pequeño grito y se cubrió con la toalla. Reí.

"¿Qué haces?".

"Quitándome la ropa tal vez".

"Bonitas piernas", dije al verlas, con apenas y nos cuantos vellos.

"Dios, ni me lo recuerdes", negó. "No sé cómo no te di asco".

"No empieces de ridícula por favor".

"Hablo en serio, mira", alzó sus brazos mostrándome sus axilas. "Soy como un simio".

"Un simio que a mí no me causa ningún problema".

¿Qué tenía de malo? No es como si le estuviese exigiendo que fuera lampiña o algo por el estilo.

"A mí me causa conflicto".

"Qué ridícula", rodé los ojos y dejé el mi ropa mojada en un cesto.

Cuando las chicas estuvieron listas, nos recostamos en las camillas y comenzaron a masajearnos a base de cremas. Esta mujer tenía manos mágicas. Cerré mis ojos escuchando como Salsita se disculpaba por sus piernas velludas.

La miré y ella rió.

"Oh vamos Salsita, ¿te asusta?".

"Estamos hablando de arrancarte la piel a tirones, paso".

Era una nenita, era de esperarse que dijera que no. Sería bastante divertido, a parte que con esta situación, podría tener su piel suave y no sólo hablamos de las piernas.

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora