» capítulo 12

5.5K 529 455
                                    

Él estaba parado frente a la puerta. Usaba una camisa azul marino abotonada de mangas largas, bastante apretada, hacía resaltar sus hombros y sus brazos y... Su pecho y todo. Cielos. Miré rápidamente abajo y usaba sus típicos jeans negros y unos zapatos de vestir del mismo color, eran como botas, qué importaba, se miraba bastante guapo. Él al verme sonrió y me acerqué a él.

"Vaya", rascó su barbilla. "Te vez...", rió un poco. "Wow".

Mis mejillas se enrojecieron.

"Wow para ti también", rió y sonreí grande.

"¿Estás lista?", asentí y vi a mi padre. Él nos miró unos segundos y asintió caminando hacia nosotros.

"Bueno, creo que es donde tengo que interferir yo", carraspeó un poco su garganta y miró a Luke.

"La cuidas bien", dijo y Luke asintió. "No muy tarde, ¿de acuerdo?".

"La traeré a casa con bien, señor", le dio su mano y estrecharon fuerte, mi padre le dio una pequeña palmada en el hombro y asintió. Caminé a él y lo abracé fuerte.

"Estaré bien", él besó mi frente. "No me esperes despierto".

"Ya váyanse", pidió y miré a Luke. Él me sonrió con sus labios y suspiré. De acuerdo. Estaba pasando.

"Buenas noches", se despidió Luke abriendo la puerta y mi padre se limitó a menear su mano. Vi un auto precioso estacionado frente a la casa.

"¿Es tuyo?", pregunté curiosa mientras caminaba a éste.

"Algo así", me abrió la puerta del coche y esperó a que entrara para cerrarla. Unos segundos después apareció sentado a mi lado y colocó la llave.

"¿Debería tener miedo contigo al volante?", pregunté entre risas y él sonrió.

"Sólo si te gusta ir despacio", encendió el auto y comenzó a andar. No tenía idea por dónde íbamos pero la emoción me mataba. No podía evitar verlo conducir, se miraba tan atractivo desde mi lugar. Sus manos apretando fuerte el volante, como la manga de su camisa se levantaba un poco y dejaba ver sus muñecas. Subí la mirada a su rostro, su perfil era tan bello. Su nariz puntiaguda hacía todos mis días mejor. Sus labios rosados y como el superior era más delgado que el de abajo. La forma en la que su cabello estaba acomodado hacia la derecha, y como sus patillas apenas se unían con su barba de días, muchos días. Era un hombre hermoso.

Y sé que dije que el blanco era su color, pero cómo era posible que con el azul marino sus ojos se pronunciaran tanto que hasta hacían que vieran más claros. A este paso, todos los colores, serían su color.

Miré a la ventana y noté las luces de todas las calles y los edificios, era una ciudad grandísima e iluminada. Todas las noches cuando el sol se escondía la ciudad de Los Ángeles apenas amanecía. Todo por la noche cobraba vida en esta ciudad. Y eso me encantaba de ella.

"¿A dónde vamos?", pregunté muerta de la curiosidad. Llevábamos más de quince minutos en el auto, sólo escuchando música, sin hablar.

"A un lugar secreto", me miró de reojo y mordí mis labios.

"Muero por saber", él rió.

"Y yo porque te guste".

"¿Qué cosa?", pregunté y él me miró.

"El lugar", las comisuras de mis labios se alzaron y me sonrojé.

"¿Estamos cerca?", pregunté.

"Cinco minutos más".

Suspiré y dejé que siguiera conduciendo. Después de dar un par de vueltas, noté que paró frente a un hotel y fruncí el ceño. ¿Qué estaba pasando? Un hombre se acercó al auto y Luke le dio la llave. Se dio la vuelta y abrió mi puerta.

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora