» a little too old

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"¡No!", grité por el teléfono. "Con doble «Z»".

"¿Y dónde lleva el guión?", preguntó mi prima.

"Después del Ha".

"Sazzil-Ha", dijo ella y golpeé mi cara con la palma de mi mano.

"Zazil-Ha, Lily. Z-A-Z-I-L", comencé a deletrear.

"Okay, ya lo tengo".

"Es muy importante que escribas su nombre bien", señalé.

"Ya está bien escrito, Dios", dijo un poco desesperada. "Qué genio te cargas estos días".

"Sólo necesito que me des la invitación Lilian", pedí.

"Se la dejaré a tu mamá en la oficina", respondió.

"¡No!, yo bajare por ellas", probablemente Salsita sea la que se las lleve y no podía verla.

"De acuerdo, nos vemos ahorita", me despedí y colgué.

El próximo sábado mi prima se casaría, tenía cierta obligación de ir, ya saben es familia y bueno, luego las ofensas, a parte habría barra libre. Quería que Salsita fuera conmigo, probablemente sea algo insignificante para ella pero para mí era dar un paso grandísimo. Es como si fuera a presentarla con mi familia, ¿qué les diría? No era mi novia y dudo que seamos sólo «amigos», no podía llegar y decirles: «¡Hola familia! Ella es mi quedante, espero que les guste porque será mi novia», sería ridículo.

Tenía dos opciones:

a) Presentarla como una amiga.

b) Hacerla mi novia para ese día.


Faltaba una semana completa para llegar a sábado, no podría hacer algo tan... Digno para ella. Ni siquiera tenía una puta idea de cómo lo haría. Ya he usado flores y las cenas son muy clichés. Y pedirle ayuda a los imbéciles de mis amigos no era una opción. Quizá Ashton pueda considerarlo, sólo porque tiene novia. ¡Oh! ¡Bryana!, podría pedirle ayuda a Bryana. Ella me ayudó con una de mis novias en preparatoria. No salió como esperaba pero al final dijo sí.

Mierda, era demasiado rápido para pedírselo. Ambos lo sabíamos. Era muy peligroso lanzarnos a los tiburones tan rápido. Muchísimas cosas podrían salir mal y ella no era el tipo de persona con el que quisiera quedar en malos términos.

No pasó más de una hora cuando Lilian llegó con las invitaciones.

"Gracias al cielo".

"Tenía que ir a comprar un bolígrafo nuevo", se encogió de hombros. "¿Y bien? ¿Dónde está?", preguntó.

"Arriba, pero no te la presentaré", ella hizo un puchero. "Te lo agradecerá mucho".

"Una persona más, una menos", admitió. "Con tal de quitarte esa cara de guapo solitario".

"¿Feo yo? Para nada".

"Por eso mismo digo"

Lily se despidió y subí a mi oficina donde guardé la invitación de Salsita en mi cajón, junto con la de mi madre, a ella se la daría en casa. Le eché un vistazo desde su puerta, se encontraba barriendo la alfombra. ¿Por qué no le pedía a alguien de mantenimiento? Siempre complicándose. Terminé con unas facturas que me pusieron a acomodar y cuando se dieron las doce, la vi caminar a la oficina.

"¿Debería ir cerrando las persianas?", pregunté y ella rió.

"Sí así fuera, lo haría yo misma", confesó y se sentó en una de las sillas que tenía frente a mí.

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora