» capítulo 1

11.9K 674 83
                                    

Las ruedas del carrito sonaban por toda la oficina. Entregaba la correspondencia a los trabajadores. De eso vivía, de entregar el correo. Era una gran compañía, jamás pensé que fuera a trabajar en BuzzFeed.

Había un gran movimiento en cuanto correspondencia. Todos los días llegaban cientos de correos con permisos y sobre todo sugerencias para nuevos videos o artículos.

El edifico estaba dividido, no era grandísimo, a lo mucho habían siete o seis pisos.
El primero era la recepción desde la entrada, ahí es donde puedes encontrar a Diana y Eric, ellos se encargan de marcar la hora en la que llegas, cuándo sales, con quién llegas, etc. Había una que otra oficina y una sala de descanso. Al fondo se podía ver el comedor, en este habían montones de mesas, una cafetería bastante económica y máquinas dispensadoras de comida. Los sándwiches de Rita eran deliciosos, siempre los pedía con doble queso, pan tostado, huevo, jamón, tocino, y queso Philadelphia, porque yuck, ¿quién le puede poner mayonesa a los sándwiches?

Subiendo al segundo piso, era donde sucedía la magia. Estaban los estudios, las cámaras, luces, la utilería y por supuesto los actores. La verdad es que casi no estaba por ese piso, no tenía mucho que hacer por ahí, más que ver en mis tiempos libres.

El tercer piso era donde se editaban todos los videos. Muchas veces pasaba por ahí para dejar recados o bueno... También sirvo café. Y entrego sándwiches. Y llevo jugos.

Llegando al cuarto piso y el mejor de todos, es en donde surgen las ideas y está la oficina de la jefa. Todos estaban separados por cubículos y colores. Cada mañana que llegaba y acomodaba mi carrito. Les colocaba un sticker del color respectivo y salía a entregar los papeles y/o cartas.

El rojo era especial para parejas, el amarillo para los videos de comida. El azul para ropa y accesorios. Verde para videos cómicos, y un sin fin de colores más.

Imprimía las cartas y las acomodaba en sus respectivos colores para entregarlos a cada encargado.

Después de un rato de usar el correo electrónico, comenzaron a darse cuenta que era un desperdicio de tiempo para cada persona, estar leyendo los correos que les enviaban y eliminarlos después. Ya que muchos de ellos no eran tan servibles o simplemente eran pura basura. Fue donde aparecí yo.

Me encargaba de leer, imprimir, acomodar y entregar. La diferencia es que ya no es tan fácil como lo era cuando había correos electrónicos para cada sección. Ahora todo se carga en uno solo y tengo que separarlo. Era divertido a decir verdad.

Regresando a la actualidad, las ruedas del carrito sonaban alrededor de la oficina. Tomé el paquete rojo y lo dejé en el escritorio de Jules. Di vuelta al cubículo y le dejé a Lilly el verde.


"¿Qué tienes hoy para mí, preciosa?", escuché a Bill alzando las cejas. Negué entre risas y le el amarillo.
"34 sugerencias, 16 solicitudes y...", estiré mi brazo a la parte de abajo del vehículo. "Tu recibo de la luz".

Èl arqueó una de sus cejas y sonreí. Bill era uno de los más antiguos aquí, él era esa clase de chico con el que puedes perder el control por una noche, ya sea en una fiesta o en convivios y al mismo tiempo tener una plática muy profunda -claro, después de unos tragos, termina llorando-. Las fiestas en su casa siempre eran en grande, nadie nunca faltaba a ellas.

"Hey Sandra, tengo algo para ti", le di una caja de cartón pequeña, un poco pesada, estaba envuelta en papel brillante. Seguro era su aniversario. Su esposo era la persona más romántica que podía conocer. Clint siempre era tan atento con ella y se veía tan enamorado, tanto ella como él.
"Gracias Zazil".

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora