» capítulo 7

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Caminaba a través de la oficina entregando la correspondencia. Ayer había sido un día bastante extraño. Todo iba tan bien, jamás me había reído tanto en mucho tiempo, y luego llegó Luke con su pregunta y no supe que hacer. No tenía idea de por qué lo hizo o cómo salió. Lo único que sabía era que no quería salir con alguien que al decirle que no, se comporte como un idiota que no le importa nada. Pero bueno, supongo que él era así y no puedo hacerlo cambiar.

Después de que terminé de organizar la sala de correo, miré el reloj y le di el tiempo necesario para que se limpiara y bajé al cuarto donde estaba toda la utilería y tomé prestado una camisa y ropa interior. Creo que ese par lo había usado Eugene. En fin, ya no lo vi, sólo lo dejé ahí y al regresar ya lo había tomado.

En verdad esperaba verlo hoy, no para mi beneficio o algo. Sólo tenía un poco de curiosidad por saber qué tontería haría hoy, o si al menos me agradecería por lo de ayer. Y... Probablemente si reconsidere lo de la cita. No es como si yo quisiera salir con él, no, no. Yo bueno, no me gusta ser tan fácil para los chicos, probablemente sí él insiste le diga que sí. Va a depender de las circunstancias en las que nos encontremos.

Ugh, ¿por qué pensaba en esto? Él dijo que tenía planes, y que no lo decía en serio. Claro, ¿quién tendría ganas de salir conmigo? Después de todo soy la del correo.

En fin, la señora Hemmings me pidió de favor que le sacara copia a unos volantes. Me dirigí al centro de copiado y coloqué la hoja blanca. Tenía en mis manos diferentes colores de papel. Probablemente eso le guste, que algunos sean verdes, o anaranjados, amarillos o azules. Presioné los botones haciendo series de 25 copias por color y piqué el verde para que comenzara a imprimir.

¿Por mientras? Probablemente me quede esperando o... No sé. No puedo irme muy lejos. Esto tardaría al menos unos 30 minutos. ¿Dónde estará Luke en estos momentos? Mordí mi labio y me moví de donde estaba para ir a buscarlo. Probablemente estaba lleno de porquería de nuevo. Bajé al primer piso, quizá el señor Kim sepa. Entré a su oficina y lo vi mirando la televisión.

"Buen día", le sonreí.

"Hola Zazil, ¿qué se te ofrece?", dijo educado. Mordí mi labio.

"Uhm, ¿el hijo de la jefa?", pregunté y él hizo una cara de pocos amigos.

"Ese niño, ayer hizo un desastre en el baño", no pude evitar reír. Ow. "Probablemente esté sacudiendo la saca de juntas o limpiando ventanas". Asentí.

"Muchas gracias, pase buen día", me despedí. Bien, sala de juntas. Subí al último piso y caminé para la sala de juntas. No tuve que acercarme para ver a través de las paredes de cristal su cara de «mátenme». Èl limpiaba la mesa larga en donde los empleados se sentaban a discutir. Crucé mis brazos y noté que comenzó a rascarse las manos. No pude evitar sonreír. Volvió a rociar un poco más en la mesa, tallaba fuerte con la esponja. Se veía bastante frustrado.

Me acerqué al cristal y puse mi mano sobre èste, mientras tocaba con mis nudillos llamándole. Èl me miró y en vez de parecer aliviado, frunció el ceño. Caminó hacia la puerta y la abrió.

"¿Qué te pasa?", exclamó. "Lo acabo de limpiar".

No pude evitar reír.

"Oh, lo siento", tapé mi boca y entré a la sala con él.

"Ya no hay respeto...", negó.

"¿Te estás divirtiendo?", pregunté y me senté en una silla.

"Uy, mira que divertido estoy", dijo alzando sus manos, reí.

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora