» capítulo 37

4.2K 386 608
                                    

                  

Había sido la mañana más extraña de todas, Luke se había despertado antes que yo y me llevó el desayuno a mi cama, cantándome la canción de «feliz cumpleaños». Me había preparado pan francés con un licuado de fresa con mucha crema batida. De ahí, me robó la mitad del desayuno y nos arreglamos para ir al trabajo. Él rogó para que me rizara el cabello, ya llevaba días si hacerlo, así que no me pesó. Me coloqué un palazzo con un estampado raro, ni siquiera tenía idea de cómo describirlo. Me puse mis mocasines negros y para el frío mi chaqueta de mezclilla.

Alimenté a Leo y bajamos los dieciocho pisos para llegar al estacionamiento y de ahí a su auto. Esta vez no quedaba tan cerca como lo era mi casa, quizá tardábamos unos cinco minutos más. Diez si yo manejaba. Al llegar nos separamos como debe de ser y comencé a hacer todo mi papeleo y entregas. Era viernes, por lo que normalmente era más día de edición y grabación. Bueno, todos los días lo era, pero hoy más.

Para la hora de comida fuimos con Rita quien nos esperaba con costillas con BBQ, claramente no me salvé de las fotos de Luke con el trozo de carne gigante entre mis dientes con mi boca salpicada del aderezo. Para terminar el día fui a ayudar en producción puesto que tenían varios videos que grabar. Las seis de la tarde se hicieron y al subir, vi que la oficina de Luke estaba apagada y vacía, como si se hubiese ido, quizá me esperaba abajo. Fui por mis cosas a la oficina y bajé al primer piso, donde reconocí al instante esos cabellos de colores.

Michael estaba recargado en el mostrador hablando con Diana, llegué detrás de él y piqué su costilla. Él se dio la vuelta rápidamente y sonrió. Extrañamente ambos llevábamos nuestra chaqueta de mezclilla, la diferencia es que la de él tenía varios bordados pegados y tenía ligeros rasguños.

"Hey", me abrazó fuerte. "Feliz cumpleaños".

¿Qué?

"Michael, ya pasó mi...", oh, cierto. Lo había cambiado, seguro Luke les dijo. "Gracias".

"¿Lista?", preguntó.

"¿Para qué?".

"Para irnos".

"¿Y Luke?".

"Ya se fue", fruncí el ceño. ¿Se fue sin mí? Qué diablos. "Por lo que tendrás que irte conmigo. Lo sé, también es un castigo para mí", reí.

"¿Habrá Jonas Brothers?", crucé mis brazos y él entrecerró sus ojos.

"No habrá Jonas, pero ¿qué tal High School Musical?", abrí mi boca y sonreí.

"¡Sí!".

"Sabía que no te resistirías a eso".

"Basta, tú tampoco puedes".

"Hm, touché".

Subimos a su auto, donde me abrió la puerta y conectó su teléfono para abrir Spotify y poner el soundtrack de HSM.

"¿Y a dónde quieres ir? ¿Tienes hambre?", preguntó. "Hoy te consentiré".

"¿Luke lo sabe?", pregunté.

"Luke que se vaya a la mierda", reí y mordí mi labio.

"De acuerdo, vamos a cenar entonces".

Fuimos a un IN-N-OUT donde nos bajamos, amaba esas hamburguesas con todo mi ser. Y él lo sabía, por lo que pedimos cuatro, dos para cada uno –y para mi defensa, venían demasiado pequeñas para un solo estómago-, junto con una orden grande de papas fritas con queso y malteadas. Probablemente Luke estuviese regañándome y diciendo que debo cuidarme, pero era IN-N-OUT, y mi cumpleaños. Para no preocupar a mi novio, le mandé un mensaje que estaría con Michael para que no se preocupara. Él me respondió con un par de emojis y una foto con Ashton. Y después me llegó otra de Calum, con un acercamiento a su nariz. No pude evitar soltar una carcajada, tuve que mostrarle a Michael, quien también rió.

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora