» the reckless and the brave

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Estaba nervioso, realmente no sabía que esperar de este día. No por ella, sino por mí. A veces podía llegar a ser un total idiota –solo a veces-, y no lo sé. Desde que desperté tenía esta sensación en mi estómago de querer vomitar o algo. Ni siquiera comí bien. Cuando me salí de bañar, me coloqué mis jeans y una camiseta gris junto con mis converse. Miré el reloj. Aún eran las 12, ella se iba normalmente a la una o doce y media. Tomé mis llaves y mi cartera y bajé, cerré la casa para subir al auto e ir por ella.

Tenía que tranquilizarme, estaba demasiado nervioso como para ser sólo Salsita. Ella no era un problema, no era una niña hueca y alzada que necesitan encantos para enamorarlas. Ella, era más sencilla y mierda. Basta, ella era un amor. Llegué a BuzzFeed y miré a Diana guardando sus cosas para irse.

"Hola Diana, ¿está uhm...", no podía decirle «Salsita». "Johnson".

"Se acaba de ir hace unos, ¿qué será? 10 minutos", mierda.

"Oh, bueno, gracias", dije y corrí al auto. No debería estar tan lejos. Okay.

Si mis cálculos no me fallaban, probablemente tomaría el autobús para su casa. El cual está a dos calles de aquí, por lo que en 10 minutos o aún espera ahí o ya subió. Salí del estacionamiento y me di la vuelta para buscarla por la calle. Bien, no estaba en la parada, quizá ya estaba arriba. Puta madre, ¿por qué se tuvo que ir temprano hoy? A lo lejos pude ver a una chaparrita de cabellos rubios despeinados y una falta con estampado de flores. Sí tenía que ser ella. Era la única persona capaz de usar esa falda. Siempre vestía ropa rara, con muchos colores y estampados fuera de lo común. Era algo muy «Salsita». Me acerqué para verla mejor, y al estar al lado noté su pequeña nariz respingada. Sonreí para mí y bajé la ventana.

"¿Necesitas un aventón?", pregunté y ella formó una ligera curva en sus labios sin mirarme.

"No sabía que eras taxista", respondió y puse el auto en neutral para que avanzara lentamente a su paso.

"Yo lo puedo ser todo".

"¿Qué haces aquí?", preguntó mirándome.

"Siguiéndote".

Bueno, eso no se escuchó tan romántico como pensé-

"Vaya, y acosador también", dijo y reí.

"Te dije, lo puedo todo", alguien hizo sonar el claxon de su aunto y fruncí el ceño. Que esperen.

"Tienes fila", miré ligeramente para atrás, ay. Sólo eran dos autos. Me encogí de hombros.

"Ignóralos", dije y uno de los autos pasó a mi lado cruzándose por el carril contrario.

"¡Muévete idiota!", me gritó el hombre y rodé los ojos. Le mostré mi dedo medio y miré a Salsita.

"¿Qué estás haciendo Luke?", preguntó.

"Ya te dije, siguiéndote".

"¿Y cómo para qué?".

"Para llevarte a un lugar".

"Tengo planes", dijo. ¿Qué podía ser más importante que salir conmigo?

"Cancélalos".


Ella paró y me miró.

"¿Qué acaso no tienes mejores amigos?", preguntó.

"Tres para ser exactos", ella se me quedó viendo incrédula y negó. Tomó el paso nuevamente.

"Salsita, ven conmigo", pedí.

"Tengo que ir con mi mejor amiga", admitió. Vaya, no sabía que tenía una mejor amiga. Esto sería más fácil.

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora