Capitulo XIV: Asamblea General de las Naciones Unidas (II/III)

Start from the beginning
                                    

—¡Suelten las espadas! —gritó Zhayr a los cazadores quienes lo vieron impávidos, Karan se congeló en su avance hacia Vlad sin decidirse a atacar.

—¡¿Qué crees que estás haciendo, Zahyr?!

El vampiro dio una risotada al escuchar la pregunta de Ryu, arrodillado ante él.

—¿Acaso no es evidente? Me hago cargo de la situación. Este mundo nos pertenece y ahora lo dejo en claro. ¡Los vampiros gobernaremos todo!

Zahyr se dirigió entonces al camarógrafo quien era custodiado por uno de sus hombres:

—¿Estás grabando, niño? No dejes de hacerlo, deseo que el mundo entero veo lo que les espera —Él habló a la cámara—. ¡Ustedes humanos, son inferiores y están por comprobarlo! Vampiros del mundo: ¡Salgan, ahora, tomen su lugar!

Ryu tembló cuando lo escuchó. Ese era el llamado al caos, el infierno desatado en la tierra. Al terminar de hablar, Zahyr se inclinó sobre el primer ministro de Inglaterra, frente a las cámaras mordió su cuello cómo un animal salvaje, arrancando un pedazo de piel en el proceso y, bebió de él hasta que no quedó más que un cuerpo seco y destrozado que lanzó al suelo con desprecio.

Las butacas de la Asamblea General se mancharon de sangre, por los escalones escurría líquido espeso, ya negruzco, coagulándose. Decenas de cuerpos, algunos sin cabezas, otros con el pecho destrozado, se hallaban esparcidos por todo el recinto, el fuerte olor de la sangre envolvía la plenaria entera.

—¡Ahora tú, cazador —le gritó Vlad a Karan —, nos llevarás afuera! Dile a tu gente que se alejen del edificio si quieren ver a sus presidentes con vida. Si nos siguen, si detectamos la presencia de cazadores, policías o militares cerca de nosotros, mataremos a cada uno de estos asquerosos humanos.

Karan apretó los dientes, rápidamente miró a su alrededor, para darse cuenta que solo Tatiana quedaba en pie. Cuando volvió su mirada al frente, notó que entre los rehenes estaban Ryu y su hermana.

«¿Por qué no hacen nada, ¿Por qué no los enfrentan?»

Ryu miraba al piso, luego levantó el mentón y fijó sus ojos en él. Karan vio el collar metálico en su cuello, igual al que llevaba Amaya cuando la doctora Auberbach la tomó prisionera y lo comprendió, el vampiro se encontraba indefenso, con sus poderes anulados.

El general Fabio también estaba de rodillas. Buscaba sus ojos, cuando conectaron le dirigió una mirada feroz a Karan y negó levemente con la cabeza. Él sabía lo que quería decir, que no pactara, que no aceptara sus términos, pero no se trataba solamente del general, él no era el único rehén. No tenía opción, el cazador aceptó. Habló a través del intercomunicador en su oreja y dio la orden a sus cazadores afuera que se alejaran y que le transmitieran la misma orden al resto de los equipos de seguridad.

Después de unos minutos, asintió indicándoles a los vampiros que el exterior estaba despejado.

Vlad sonrió. Tomó a cada uno de los mandatarios y los esposó, luego dividió el grupo en dos, cada uno de los príncipes se hizo cargo de un grupo.

Todo el asalto en la Asamblea duró menos de veinte minutos. Los oficiales vampiros avanzaron antes, con Karan y Tatiana obligados a presidir la comitiva y abrirles el paso.

Avanzaron por los pasillos con los miembros de seguridad élite de Estados Unidos y la ONU alejándose de ellos a medida que los príncipes y sus rehenes avanzaban.

Afuera se desataba otro caos. Entre los periodistas que se encontraban en las adyacencias del edificio de la Asamblea General, al igual que sucedió en la plenaria, muchos eran vampiros infiltrados que se lanzaron sobre los grupos de seguridad. Lo mismo pasó en la calle que bordeaba el complejo, cuando entre los manifestantes se revelaron los vampiros y comenzaron a atacar a las personas y a la policía.

La noche oscuraWhere stories live. Discover now