CAPITULO XIII: "Clávale la estaca a Drácula"

634 84 78
                                    


—¡Vlad, tienes que ver esto!

Zahyr, acostado en el sofá de microfibrilla gris plomo en forma de "L", tenía el mando del televisor en la mano, después de cambiar de canal varias veces, lo dejó sintonizado en BBC News.

—¿Hum? —preguntó el vampiro de cabello oscuro, tumbado en la otra esquina de la habitación en un chaise longe forrado en terciopelo púrpura, sin levantar la vista del libro que tenía entre las manos.

—¡Que tienes que ver esto! Es un reportaje sobre las protestas que han ocurrido en varias partes del mundo en rechazo nuestro. Mira el noticiero, hacen un recuento de todo lo que ha sucedido desde que Ryu dio la entrevista hace más de un mes.

Vlad suspiró con fastidio, dejó el libro en la mesita, al lado del cómodo sillón en el que leía y se levantó. Con algo de pereza caminó hasta donde Zahyr miraba la televisión. El albino se enderezó, con la mano le señaló el lugar en el sofá donde antes apoyaba su cabeza para que el otro se sentara. Vlad hizo lo que le pedía y apenas se sentó, Zahyr recostó la cabeza en su regazo. El castaño rodó los ojos, pero no se levantó, al contrario, empezó a acariciarle el sedoso cabello plateado.

El reportaje mostraba diferentes ciudades del mundo y cómo desde hacía dos meses, en todas protestaban en contra de los vampiros. Las manifestaciones eran nutridas, miles de personas levantaban consignas que decían cosas como "Muerte a los chupasangre", "mi sangre en mis venas" "clávale la estaca a Drácula" y así muchas más. Zahyr soltó una risotada, se incorporó un poco para mirar el rostro concentrado de Vlad en la televisión.

—Mi favorita es "Clávale la estaca a Drácula" —con voz melosa, agregó—. Tal vez podamos hacer algo de eso más tarde.

Vlad lo miró con una de sus pobladas cejas enarcada, negó con la cabeza y le dio una pequeña palmada en la frente que lo dejó de nuevo acostado en su regazo.

—¡No son solo protestas, mira!

En efecto, después de presentar las diferentes manifestaciones en las principales ciudades del mundo, ahora el reportero hablaba sobre agresiones a vampiros en sus casas, vampiros que aparentemente, no le hacían daño a nadie. Seres más bien taciturnos que, desde antes de la revelación al mundo eran considerados extraños por sus vecinos. Uno de esos vampiros fue agredido por una muchedumbre que entró a su casa durante el día y lo expuso a la luz del sol. Varios vecinos grabaron el altercado en su teléfono celular y al poco tiempo se hizo viral. Los agresores eran más o menos diez personas enfurecidas que golpeaban con palos a su víctima y la arrastraban al jardín delantero donde una vez en contacto con el sol, el vampiro aullaba de dolor mientras en la piel se le formaban enormes y feas ampollas. Las personas aprovechaban la debilidad del vampiro en el sol para atacarlo con patadas y palazos.

—Esto es...¡Muy desagradable! —dijo Vlad, asqueado de lo que veía—. Seguramente ese hombre era un vampiro reciente para no haber logrado defenderse.

—Bueno, aprovecharon la luz del día, cuando somos más débiles, para atacarlo.

El documental continuaba con otras agresiones, e incluso un episodio donde otro vampiro, también perseguido por hordas de humanos enojados, no se contuvo y se defendió destrozando los cuellos de quienes le atacaban. Ese evento en particular, ocurrido poco después de la entrevista de Ryu, generó toda una polémica que Zahyr siguió por las redes sociales. El vampiro en cuestión huyó después de eso, con la piel ampollada y chamuscada por el sol, pero se escabulló tan rápido que no fue posible entregarlo a la justicia. De ese evento echaban mano los radicales que querían imponer algún sistema que apartara a los vampiros de la sociedad.

La noche oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora